En el salón de la National Business Aviation Association (NBAA) que se desarrolla en Orlando, la aviación corporativa se muestra optimista pese al incierto panorama económico global y las tensiones geopolíticas. La razón son el alto número de ventas de aeronaves y reservas de vuelos privados confirmando la llegada de nuevos usuarios a este sector y una mayor valoración de los tiempos de las personas.
Los aviones de segunda mano continúan registrando un alto número de ventas. En los aviones nuevos las mayores preferencias están en las aeronaves categoría “Light” y “Medium”. También hay un incremento importante en las aeronaves denominadas “personales”.
En el sector las ventas registradas este año son superiores en número. Si bien ese antecedente invita a tener una mirada positiva, ya que asegura una especie de “bastión defensivo” frente a la crisis, también obliga a ser responsable. La aviación ejecutiva es consciente de la realidad que afecta a los países como la inflación, las afecciones a la cadena de suministro, el precio del combustible.
Por el alto número de aeronaves de ventas que se viene registrando, se espera que en los próximos años exista un descenso en los pedidos. Básicamente, las proyecciones de este segmento de la industria apuestan más a una moderación por la cantidad de aeronaves que existirá en operación en el mercado en lugar que a una caída. Al igual que en los aviones de pasajeros, existe un número de equipos en la aviación ejecutiva que también debe ser reemplazado. Por lo tanto, el mercado debiera mantener un cierto dinamismo.
En los próximos años, la aviación privada o corporativa también debiera verse impulsada por el ingreso al mercado de nuevas aeronaves calificadas como sostenibles. En este grupo están las aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, por sus siglas en inglés) que va de la mano con la movilidad aérea urbana (UAM) y las aeronaves eléctricas.
Por sus características y prestaciones, las aeronaves del tipo UAM y aquellas impulsadas por baterías, llevarán a la aviación corporativa a iniciar la primera fase de la transición en lo que respecta nuevas fuentes de energía. El segmento será la prueba para determinar si la aviación como industria está en condiciones para propulsar aeronaves de mayor capacidad y alcance.
Independientemente de ello, los usuarios de la aviación privada serían los primeros beneficiados con la nueva generación de aparatos. El cambio también constituirá una muestra de cómo este segmento también está comprometido con la sostenibilidad y la reducción de las emisiones de CO2.
Fotografía portada - NBAA