Con foco en la problemática medioambiental, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) espera que los Estados miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) adopten un acuerdo de largo plazo en materia de descarbonización de la aviación. Desde el 27 de septiembre hasta el 07 de octubre, 193 países y múltiples organizaciones de aviación están reunidas en la 41va Asamblea General de OACI en Montreal.
IATA espera que los Gobiernos adopten un esquema que estén en línea con los esfuerzos que la industria aérea viene realizando desde hace varios años. El foco está en mantener el compromiso de lograr cero emisiones netas de CO2 para 2050. La meta es ambiciosa, pero realista, considerando los múltiples desafíos asociados en la introducción de nuevas tecnologías y fuentes de energía. La demora en la introducción de los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) es un ejemplo de ello.
“Las expectativas de la industria para la 41.ª Asamblea de la OACI son ambiciosas, pero realistas dados los desafíos que enfrentamos”, sentencia Willie Walsh, director general de IATA. “Los Gobiernos deben aprender las lecciones del COVID-19 para que la próxima pandemia no resulten en fronteras cerradas que se traduzcan en dificultades sociales y económicas”.
Poniendo énfasis en la agenda medioambiental, espera que los Gobiernos apoyen el compromiso de la aviación para llegar a las cero emisiones netas de CO2 para 2050 y adopten una serie de políticas públicas adecuadas para alcanzar esa meta. “Las decisiones correctas de los Gobiernos pueden acelerar la recuperación del COVID-19 y fortalecer los cimientos para la descarbonización de la aviación”, agrega Walsh.
Agenda sostenible
Con la presentación de más de 20 documentos en el temario de la Asamblea, el gremio de las líneas aéreas espera abordar áreas normativas y políticas claves. Son tres objetivos los que se plantea IATA para la 41va Asamblea General de OACI.
El primero es un Objetivo Aspiracional a Largo Plazo (LTAG) para descarbonizar la aviación. Asegura que las líneas aéreas están comprometidas con las emisiones netas de CO2 para 2050. Dado que hay una parte que tiene un compromiso autoimpuesto desde hace años, piden a los Gobiernos hacer lo suyo y abordar una serie de políticas coherentes para una meta común.
En segundo lugar, IATA espera un fortalecimiento del Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) como la única medida económica para gestionar la huella de CO2 generada por la aviación. Para ello, plantean evitar nuevos impuestos (muchos colocados con la justificación verde en respuesta a presión de grupos de interés), así como también esquemas de fijación de precios de emisiones. También plantean eliminar medidas redundantes o duplicadas.
Finalmente, se pide evitar situaciones relacionadas con la destrucción económica y social, además de la conectividad global derivadas de los intentos de los Gobiernos por controlar la propagación del COVID-19. Si existe algo que se puede rescatar de la pandemia del COVID-19 es precisamente que decisiones anticuadas basadas en la política y no en la ciencia como las cuarentenas y los cierres de fronteras no traen beneficios para las sociedades. El daño económico es gigantesco, así como el impacto social que se refleja posteriormente, sin que ello se traduzca en una medida efectiva para controlar un virus.
Importancia de los SAF
IATA enfatiza que los SAF son la herramienta más efectiva para reducir las emisiones de CO2 y avanzar en una transición energética. Su postura es compartida por distintas organizaciones de la industria aérea las que han intensificado las gestiones ante los Gobiernos para crear marcos normativos e instrumentos que impulsen la producción y compra de SAF.
Para 2050, se espera que alrededor del 65% de la mitigación de CO2 sea proporcionada por los SAF. Estos combustibles tienen la capacidad de reducir hasta en 80% las emisiones de carbono. Actualmente, los SAF sólo se pueden ocupar en un 50% mezclado con combustible tradicional, pese a años de ensayos que demuestran que no representan riesgos para la seguridad. Se espera que recién para fines de década se puedan usar en su totalidad.
En la 41va Asamblea General de OACI, IATA insta a los Gobiernos a adoptar medidas y políticas coordinadas para incentivar la producción de SAF. También pide el establecimiento de un sistema global de “búsqueda y reclamo” para permitir la adopción más eficiente de estos combustibles por parte de las líneas aéreas.
Fotografía portada – SITA (referencial)