En lo que va corrido del año, la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC) ha autorizado un número importante de simuladores PCATD (Personal Computer Autorized Training Device). El número de equipos aprobados son superiores a los del año anterior lo que contribuye a una mayor facilitación de la instrucción de vuelo.
Según el reporte de la autoridad aeronáutica chilena, en la primera mitad de 2022 se autorizan 14 nuevos simuladores. Los últimos corresponden a Ferrypilot y el Club Aéreo de Arturo Merino Benítez en Curacaví, en las cercanías a Santiago. El número continua con la tendencia al alza que se registra en 2021 cuando se aprueban 12 equipos.
La instalación de estos nuevos simuladores se interpreta como una confirmación del pronóstico que realiza el sector respecto a la necesidad de facilitar la instrucción básica. Con una situación arrastrada de años anteriores y la salida de muchas tripulaciones de vuelo producto durante la pandemia, existe una demanda importante de personas que buscan continuar con su instrucción básica o mantener su habilitación.
“Efectivamente, hay una creciente demanda de pilotos de instrucción”, comentan desde Ferrypilot, una de las empresas que recientemente habilita un simulador junto con Aerolíder. “La industria aérea viene presentando un déficit de pilotos por años y situación que puede convertirse en un cuello de botella si no existen los equipamientos o la infraestructura para propiciar una adecuada instrucción”.
Los simuladores PCATD cumplen un rol fundamental, especialmente en la instrucción básica de vuelo. Es en esta etapa en la que exista una mayor demanda porque confluyen prácticamente todos los alumnos que buscan obtener su licencia de vuelo y los pilotos privados que necesitan mantener su habilitación.
Este tipo de simuladores son de base fija, pero pueden emular todas las características del avión desde el panel y las pantallas hasta el fuselaje. Por su tipo, la certificación establece que este tipo de simuladores sólo pueden ser utilizados para la capacitación y entrenamiento en la habilitación que corresponda y no otra. Uno de los principales usos es la práctica de procedimientos, navegación, mantener habilitación o familiarización con la aeronave.
“Nuestro simulador tienen las características de un Cessna C172 o C182RG que son aviones muy utilizados. Por lo tanto, los alumnos pilotos como los pilotos privados encuentran un equipo en el cual no sólo pueden practicar maniobras, sino tener una verdadera conciencia situacional del vuelo en un equipo de estas características”, agregan desde Ferrypilot. “Para los que se inician en el vuelo, esto es un aspecto muy importante”.
Desde Ferrypilot, consideran que el aumento de las autorizaciones para los simuladores PCATD puede aumentar en Chile en los meses y años siguientes. En primer lugar, porque la demanda de pilotos o el interés por este tipo de carrera alienta a la formación de escuelas de vuelo que necesitan de estos equipamientos para impartir la instrucción. También hay oportunidades con muchos clubes aéreos que no tienen actualmente un equipo para facilitar la mantención de las habilitaciones a sus socios o realizar la instrucción de vuelo. Además, existe un tercer grupo de posibles clientes que corresponden a instructores independientes o pilotos privados que precisan de un lugar y equipamiento para enseñar o practicar.
En Chile, la normativa aeronáutica reconoce un determinado número de horas en simulador como horas de vuelo. En el caso de un vuelo visual (VFR), se permite convalidad cinco horas en simulador como hora de vuelo, al igual que en los cursos de vuelo comercial. Para los vuelos por instrumento (IFR) están se autoriza la convalidación de hasta 20 horas.
“Debemos ver a este tipo de simuladores como una ayuda a los programas de instrucción, por lo que es positivo que el número de equipos aumente. Por la falta de lugares para realizar la instrucción en Chile, la certificación de estos nuevos equipamientos representa una ayuda importante para los estudiantes desde alumno piloto privado (PPA), vuelo por instrumentos (IFR) y alumno piloto comercial (PCA)”, sentencian en Ferrypilot.
Fotografía portada - Simón Blaise O. (Aero-Naves)
*Publicación pagada