Coincidiendo con los ejercicios militares con los Estados Unidos, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol ordena una actualización de los operativos militares. Se trata de una respuesta a las amenazas nucleares lanzadas desde Corea del Norte, que si bien no son nuevas, son consideradas como parte de una escalada que preocupa.
“Necesitamos preparar con urgencia medidas para garantizar la vida y la propiedad de nuestro pueblo, incluida la actualización de los planes operativos contra las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte que se están convirtiendo en una realidad”, advierte Yoon a los comandantes de las Fuerzas.
Según Corea del Sur y los Estados Unidos, régimen de Kim Jong Un viene realizando pruebas de misiles “a un ritmo sin precedentes”. Si bien el estado de guerra es permanente en Corea del Norte como parte de las políticas de control sobre la población, en esta ocasión las amenazas se realizan bajo un escenario diferente que se reflejan en una evolución de las amenazas.
Pyongyang responde
Corea del Norte se encuentra lanzando en las últimas semanas una serie de pruebas de misiles como parte de sus ejercicios. Se lo consideran como una respuesta a lo que el régimen a la presencia de los Estados Unidos en su vecina del sur y los ejercicios militares conjuntos que están realizando.
Desde Seúl se indica que las pruebas que lleva a cabo Pyongyang forman parte de “un ensayo para la invasión”. Por lo mismo, se justifica un aumento de los ejercicios y aseguran que el país del Norte podría estar listo para realizar una primera prueba nuclear desde 2017.
Escudo Libertad Ulchi
Cada año hasta 2018, Corea del Sur y los Estados Unidos realizan ejercicios militares a gran escala como actividad rutinaria asociado a la tensión en la península coreana. Se trata de una acción que busca no sólo cooperar en defensa sino que reafirma el rol hegemónico que intenta sostener el país norteamericano.
Los ejercicios se detienen con las negociaciones entre Corea del Norte, Corea del Sur y los Estados Unidos para que el régimen de Kim Jong Un se deshaga de sus armas nucleares. Sin embargo, el estancamiento diplomático y el posterior incremento de la atención fuerzan a reanudarlos.
Los ejercicios Escudo Libertad Ulchi se realizan hasta el 01 de septiembre. Son nueve días en los cuales los ejércitos de Corea del Sur y de los Estados Unidos ensayan distintos escenarios bélicos. Las maniobras se realizan a distintas escalas e involucran aviones cazas y helicópteros, entre otros materiales de defensa.
La versión 2022 es la primera desde 2018. Si bien el estancamiento diplomático con Corea del Norte es anterior, la decisión de no realizarlos en 2020 y 2021 responden a los cierres impuestos por la pandemia del COVID-19.
"El significado de este ejercicio conjunto es reconstruir la alianza Corea del Sur-Estados Unidos y afianzar la postura de defensa combinada al normalizar (…) los ejercicios combinados y el entrenamiento de campo", dice el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
Reflejando la escalada de la amenaza, en esta ocasión las jornadas de ensayos militares se ven interrumpidas luego de que dos bombarderos rusos Tupolev Tu-95 escoltados por un Sukhoi Su-30 sobrevolara las aguas entre Corea del Sur y Japón. Según Rusia, Corea del Sur responde con el envío de cazas Lockheed Martin F-16 lo que no es confirmado por el gobierno surcoreano.
Habitualmente en el ámbito de la defensa, las zonas de identificación se expanden más allá del espacio aéreo o territorio de un país con el fin de tener un tiempo de respuesta ante una amenaza. En el caso de que aviones militares ingresen al espacio aéreo deben notificar con anticipación a fin de evitar una alerta.
No es la primera ocasión que aviones de Rusia y también China ingresan a las zonas de identificación de Corea del Sur. Las acciones se interpretan como una medición de fuerzas y un efecto disuasivo ante lo que consideran una amenaza por parte de los Estados Unidos.
Fotografía portada - ROKAF