Mientras la demanda de viajes continúa recuperándose a medida que los Gobiernos eliminan las restricciones político-sanitarias impuestas por el COVID-19, las líneas aéreas enfrentan cada vez más la falta de personal. Según un reporte de la consultora Oliver Wyman, la región del Medio Oriente sería una de las primeras en tener una crisis de falta de pilotos para cumplir con las operaciones que quieren las líneas aéreas.
De acuerdo con la consultora, la falta de pilotos podría comenzar a partir de este año. Para mitigar el impacto, las líneas aéreas del Medio Oriente necesitan para 2023 alrededor de 3.000 pilotos y otros 18.000 para 2032. En caso contrario, no podrían atender adecuadamente sus planes de crecimiento.
Al igual que la crisis de falta de personal que afecta a los aeropuertos en Europa y en menor medida en Norteamérica, la salida de personal por largo tiempo como resultado de los cierres de fronteras y confinamientos -que demuestran ser innecesarios para combatir un virus- provocan una falta de pilotos habilitados. A esto se suma, que los procesos de reincorporación y reentrenamiento son lentos lo que dificulta que las líneas aéreas -por más que lo deseen- puedan sumar personal operativo a sus filas.
Para enfrentar el escenario, las líneas aéreas del Medio Oriente deben acelerar los procesos de selección de personal. Las principales líneas aéreas que son catalizadoras de empleo en lo que respecta a pilotos son Emirates, Qatar Airways, Etihad, principalmente. Por disponer de una gran capacidad, estas compañías suelen impulsar capturar parte importante de la demanda de pilotos en la región.
Sin embargo, no son las únicas. También se observa un crecimiento importante de otras líneas aéreas como Saudia, Egyptair, así como las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) como Air Arabia, flynas, flyadeal, flydubai, Jazeera Airways, cuyos planes de crecimiento y pedidos de aviones demandarán más tripulaciones de vuelo en el corto plazo.
Norteamérica, otra región en problemas
Tras el fin de las medidas restrictivas a los viajes en Norteamérica, comenzando por los Estados Unidos, las líneas aéreas comienzan a enfrentar una falta de personal operativo para cumplir los vuelos previstos. En un intento por maximizar los recursos y aprovechar el momento para recaudar la mayor cantidad de ingresos, muchos operadores programan más vuelos de los que pueden operar. Como resultado, desde fines de 2021 y durante este año, se ven en la obligación de ajustar a la baja su capacidad.
Según Oliver Wyman, Norteamérica tiene una grave escasez de pilotos. Las estimaciones reportan una brecha de 11% o alrededor de 8.000 pilotos, la que podría ampliarse en los próximos años.
En Norteamérica, los factores que amenazan la falta de pilotos responden a las jubilaciones tanto naturales como forzadas (aplicadas durante la pandemia), la reducción de pilotos potenciales que vienen de las Fuerzas Armadas. También cita problemas en las escuelas de vuelo por la cantidad superior de pilotos que se deben capacidad en comparación a la media histórica.
La consultora indica que si bien hay confianza de que la cantidad de pilotos aumente en los próximos años, las condiciones actuales parecen no ser óptimas para solucionar la brecha. Como consecuencia, en Norteamérica podrían faltar 30.000 pilotos para 2032.
Perspectivas más favorables para África y América Latina
Desde el comienzo de la crisis impuesta por el COVID-19, la industria aérea proyecta que la recuperación no será uniforme para todas las regiones. Dicha estimación se cumple tal como lo demuestran los resultados en Europa, Norteamérica, América Latina, Medio Oriente y más atrás Asia.
El problema de la falta de pilotos tampoco es uniforme. Responde a la realidad de cada región tanto por la capacidad operativa a colocar como por factores demográficos y también políticos (por ejemplo, algunos países son más abiertos a recibir personal extranjero que otros).
De acuerdo con Oliver Wyman, Europa, África y América Latina estarían más en un equilibrio entre la falta de pilotos y la capacidad que se busca operar. La perspectiva es más favorable que para otras regiones, pero representa una señal de alerta para estas regiones.
Faltan 80.000 pilotos
El tema de escasez de pilotos en la industria aérea no es nuevo. Desde hace años, las líneas aéreas informan de que el sector puede enfrentar una crisis de existir soluciones en el mediano plazo.
Sin embargo, la demanda por nuevos pilotos choca muchas veces con la búsqueda de eficiencias y planes de reducciones de costos que las empresas buscan a toda costa, especialmente, cuando los ciclos económicos y políticos son más frecuentes. La crisis del COVID-19 es un ejemplo. Con las finanzas seriamente comprometidas por pérdidas, deudas más presiones por nuevas inversiones, la necesidad de reducir costos y maximizar recursos es mayor, lo que afecta la incorporación de personal. La razón es simple: mantener a las tripulaciones es caro.
Oliver Wyman pronostica a principios de 2021 que se avecina una inminente escasez de pilotos. A la demanda histórica de las líneas aéreas, se suma la crisis del COVID-19. En su momento, reconoce que la recuperación puede demorar siguiendo las proyecciones de la propia industria, las que no consideran el cambio en el comportamiento humano que tras el término de los confinamientos sale a viajar.
A medida que la demanda de viajes aéreos continúa recuperándose, la consultora indica que en el periodo 2022-2024 habrá más demanda de pilotos en muchas regiones del mundo y que la brecha podría empeorar si no se toman las medidas adecuadas.
Las estimaciones de Oliver Wyman consideran que para 2032 faltarán 80.000 en todo el mundo. La consultora hace un llamado a las líneas aéreas a reforzar la oferta de pilotos para evitar una crisis mayor.
Fotografía portada – Simón Blaise