Líneas aéreas critican cambio de hora en Chile y piden claridad al Gobierno

Más del 50% de los pasajeros que viaja hoy en Chile, especialmente en vuelos internacionales, podría ver afectados sus viajes aéreos a partir de septiembre. La improvisada decisión de cambiar nuevamente el uso horario anticipa posibles trastornos para la industria aérea por los ajustes que las líneas aéreas deben realizar en los itinerarios muchos de los cuales no dependen de lo que ocurre en Chile.

Inicialmente, el horario de verano de Chile para la temporada 2022 – 2023 se fija para el 03 de septiembre. Sin embargo, a solicitud de parlamentarios y también del propio gobierno Gabriel Boric, la modificación representa una preocupación por coincidir con el plebiscito de salida referente a la nueva propuesta de Constitución fijado para el día siguiente. Para ambos lados del espectro político como de la ciudadanía, la votación es clave por las implicancias que conlleva, además de ser un proceso obligatorio. Por lo mismo, se pide cambiar la entrada en vigor de la fecha para el 10 de septiembre, decisión que se toma de manera inmediata.

Para la industria aérea, el cambio del huso horario no es solamente adelantar o atrasar los relojes. Implica revisar toda la malla de itinerarios, muchos de los cuales no dependen de lo que sucede en Chile. Las conexiones son las más afectadas porque con el cambio de hora un pasajero puede perder la ventana para cambiar entre un vuelo u otro. Además, la modificación implica una carga de trabajo adicional al personal de contact center pues deben informar a miles de viajeros que el horario de su vuelo está cambiado, afectando seguramente su vida diaria. También trae ajustes en el uso de flota por la disponibilidad de aviones.

Si bien los vuelos internacionales y las conexiones internacionales-domésticas son las más afectadas, también hay cambios a nivel local. La región de Magallanes y la Antártida Chilena no modifica horarios por lo que también hay cambios en los vuelos que se salen y llegan a Punta Arenas y Puerto Natales, las dos ciudades que tienen enlaces aéreos con el resto del país.

El cambio en el huso horario no es nuevo en Chile. Se viene aplicando por casi seis décadas los segundos sábados de marzo y de octubre con la intención de hacer un mejor uso de la luz natural y reducir el consumo de energía. Considerando la mayor dependencia de la energía eléctrica en comparación con años anteriores, la medida entra en cuestionamientos por su efectividad.

En respuesta, la primera administración de Sebastián Piñera comienza a introducir modificaciones en el periodo de su implementación. En 2015, el segundo gobierno de Michelle Bachelet vuelve a cambiar la normativa y coloca el “horario de verano” en el uso horario UTC -3 como el oficial para Chile. La medida en su momento es cuestionada por los trastornos que ocasionaba la diferencia horaria, pero se defiende a ultranza por las autoridades “por ser la correcta”. Al año siguiente y contradiciendo su propia decisión, dicho gobierno vuelve a implementar el cambio de horario, pero por un periodo acotado.

Desde entonces, cada nuevo gobierno modifica la fecha del cambio de hora. El gobierno de Boric no es la excepción. Las modificaciones son muestras de la improvisación en la toma de decisiones que se viene haciendo una práctica habitual en Chile, resultante de la incapacidad de la clase política para allanar una representación en la ciudadanía. Un ejemplo del “gobierno por Twitter” que se toma al país sudamericano.

La preocupación de las líneas aéreas por los repentinos cambios del horario continental chileno no es nueva. En 2016, LAN (hoy LATAM) critica lo sorpresivo del cambio de hora de ese año, apenas 12 meses de haberse anunciado una modificación anterior. En esa ocasión, estima un impacto en alrededor de 550 mil pasajeros. En mayo de ese año, la industria estima que alrededor 5.000 vuelos sufren cambios.

Los constantes cambios del huso horario de Chile también llegan a esferas internacional. El periódico Wall Street Journal publica un artículo titulado “¿Qué hora es en Chile? No se sabe en el cual critica los constantes cambios de hora implementados y menciona el impacto que produce en la vida diaria.

La industria aérea está dispuesta acatar las decisiones de las autoridades, pero piden certezas en las decisiones y definiciones a largo plazo. En caso chileno, solicitan al Gobierno de Chile una definición de al menos cuatro años respecto a cuál será el huso horario para Chile continental y las fechas de las modificaciones.

A través de una carta a la ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches, las líneas aéreas chilenas como las extranjeras que operan en Chile manifiestan su preocupación por la situación actual y piden obtener algo de certezas a futuro. Para el sector, no puede ser que la discusión del cambio de hora sea abordada cada cinco meses.

Si bien apelan a que el trabajo conjunto con las autoridades pueda entregar resultados positivos, las perspectivas realistas no entregan un panorama muy alentador. Precisamente, advierten que este tipo de conversaciones podría incrementarse en el futuro dado que el tema del cambio de hora se viene utilizando al antojo de cada gobierno de turno.

La situación que vive Chile tampoco ayuda a construir certezas. Con una administración cargada de una agenda política sectorial en un país altamente polarizado, se hace difícil que decisiones técnicas de estas características puedan ser abordadas de la manera correcta. En ese sentido, no es de extrañar que la llegada de un nuevo gobierno también modifique la fecha de cambio del huso horario, o que incluso, la siguiente agenda electoral o la “presión ciudadana” durante la actual administración también sea justificación para realizar nuevas modificaciones.

Fotografía portada - Simón Blaise O.

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