Alberto Santos Dumont, el padre de la aviación mundial

Alberto Santos Dumont debe ser considerado como el padre de la aviación mundial. Si bien el conocimiento popular tradicional entrega el reconocimiento a los hermanos Wright como los primeros en volar un aeroplano al despegar el 17 de diciembre de 1903, Santos Dumont es el primero en cumplir un vuelo con un circuito prestablecido con una aeronave impulsada por un motor y bajo la supervisión oficial de especialistas en la materia, periodistas y los ciudadanos de París.

Nace en la localidad minera de Palmira, Brasil. Es el sexto hijo del matrimonio de Henrique Dumont y Francisca dos Santos, una familia de amplos recursos económicos que le permiten estudiar ciencia y mecánica en París. Desde su infancia, estudia con profesores particulares desde Francia contratadas por su padre y se siente atraído por el cielo, motivado por los libros de Julio Verne. La observación de las nubes y las aves son su pasatiempo, así como los primeros vuelos en globo, cuya primera observación la hace en una feria en Sao Paulo con un aparato que llevan unos franceses.

Más en edad, Alberto se interesa por la ingeniería y en la adolescencia conduce las locomotoras de la hacienda de su padre. También colabora con las máquinas de la producción de café y de coser de su madre, además de analizar el funcionamiento de las máquinas de vapor, los engranajes y la trasmisión por poleas, así como otros equipamientos mecánicos.

Los conocimientos que adquiere sientan la base para compatibilizarlos con las primeras hazañas aéreas de la época. En ese contexto, incursiona en las experiencias con los globos de aire caliente de los hermanos Montgolfier en 1783 y la de Jean Pierre Blanchard y John Jeffries que en 1785 cruzan el Canal de la Mancha.

El accidente de su padre en una carreta en 1980 y su tratamiento obligan a la familia a vender la hacienda y viajar a París. Sin duda, la gran oportunidad para emprender en la aviación considerando los avances en su momento, la accesibilidad a recursos y tecnología, además de compartir conocimiento con otros precursores de la naciente industria.

En París, observa por primera vez un motor a gasolina, diferente de los motores a vapor que él conocía. Llevó para Brasil un automóvil Peugeot a gasolina, el primero de su tipo en todo el país.

Emancipado gracias a la capacidad económica que le entrega su padre, Santos Dumont se dedica al estudio y desarrollo de los globos. Sin embargo, el alto costo de volar en la época lo llevan a desistir y dedicarse a los automóviles que también llaman la atención por la época. Sin embargo, su pasión por la aviación lo llevan a volver a los estudios aéreos, ahora enfocándose en la capacidad de maniobra, lo que lo lleva a estudiar física, mecánica y electricidad.

En 1897, logra construir un motor de explosión de dos cilindros, el cual adapta a un triciclo. En 1898, realiza su primera ascensión en globo desde un parque parisino volando por casi dos horas recorriendo 100 kilómetros. El vuelo lo motiva a comprar un globo tradicional a la casa “La Chambre”. Ahí, aprovecha de asistir a todas las etapas de construcción de su aparato para aprender las técnicas y añadir innovaciones. Una de estas, es la introducción de la seda japonesa para reducir el peso.

Su globo bautizado como “Balao Brasil” tiene una pequeña sesta para una persona y sorprende a los habitantes de París. Podría decirse que su aparato es una lejana antesala del ideal que persigue actual de la personalización de la aviación.

Una carrera aérea a través de los globos

Desde ese entonces comienza la carrera aeronáutica. Santos Dumont comienza a pensar como avanzar en el tema de la maniobrabilidad y propulsión de los globos. Concibe el proyecto Número 2 como un globo alargado inflado con hidrógeno e impulsado por un motor gasolina. Para la propulsión, considera que las aspas de la hélice del motor y el tubo de escape entren en contacto con el hidrógeno y produjeran una explosión.

En su primer despegue se estrella contra unos árboles atendiendo una incorrecta sugerencia de despegar con el viento a favor. El 20 de septiembre de 1898 logra el primer vuelo de un globo autopropulsado sobre París con vientos en contra y a favor. Si bien tiene un percance menor, logra descender sin mayores consecuencias.

El éxito de los vuelos hace que el magnate petrolero Henry Deutsch de la Meurthe, ofrezca 100 mil francos de premio a quien partiese del parque Saint Cloud y sin ningún tipo de auxilio en tierra, rodease la torre Eiffel y regrese al mismo punto inicial en no más de 30 minutos.

Para 1900, Santos Dumont dispone de varios globos construidos. Realiza pruebas con el Número 4 en septiembre de ese año e intenta ganar ese premio con el Número 5. En ese intento, ocurrido el 13 de julio de 1901, consigue despegar, rodear la torre, pero una falla de motor lo obliga a descender chocando con unos árboles. En agosto de ese año, realiza un segundo intento que si bien logra rodear la torre Eiffel y emprender la ruta de retorno, una pérdida de hidrógeno y el corte de cuerdas de suspensión por la hélice lo obligan a descender anticipadamente. El globo cae en un hotel cerca de Trocadéro.

Con el globo Número 6, el 19 de octubre de 1901 logra la hazaña pese a una polémica. Un cambio en el reglamento de la competencia indica que el vuelo debe ser realizado dentro de 30 minutos. Santos Dumont lo hace en 30 minutos y 29 segundos, pero el Aeroclub de Francia lo declara vencedor. El premio de 129.000 francos lo distribuye en su equipo y empleados.

Alberto Santos Dumont continúa construyendo “dirigibles”. Sorprende a la comunidad por utilizar estos aparatos para visitar a sus amigos o incluso descender en las calles parisinas para tomar un café o realizar trámites. Otra antesala del ideal que busca la aviación actual para el futuro del transporte aéreo con las nuevas aeronaves que se diseñan.

Los globos siguientes incorporan la capacidad para llevar personas y otras innovaciones. El Número 11 es un globo bimotor con alas, el Número 12 se asemeja a un helicóptero y el Número 14 sirve para realizar los primeros intentos de vuelo con su primer avión el 14-bis que estaba acoplado a este dirigible.

Con el fin de motivar la exploración aérea, se instaura la Copa Archdeacon para conseguir vuelos de mínimo 25 metros con un aparato autopropulsado y más pesado que el aire. También aparece el premio Aeroclub de Francia con 1.500 francos para un vuelo de 100 metros con un aparato de iguales características.

En 1902, Santos Dumont viaja a los Estados Unidos. Además de participar en carreras aéreas, visita los laboratorios de Thomas Alva Edison en Nueva York y es recibido por el Presidente Theodore Roosevelt en la Casa Blanca.

La gran hazaña y legado

Con la experiencia adquirida de todos sus vuelos, el 23 de octubre de 1906 con su avión 14 bis consigue volar 60 metros a una altura de 2 a 3 metros del suelo, en el campo de Bagatelle en París, logrando la copa Archdeacon. La hazaña realizada ante una multitud de testigos es supervisada por el Aeroclub de Francia y es la primera demostración pública de un vehículo levantado por sus propios medios.

La autopropulsión del 14-bis hace que Santos Dumont sea considerado por la comunidad científica como el verdadero padre de la aviación mundial. Sus investigaciones y logros sientan varios precedentes que no sólo impulsan el desarrollo de las primeras aeronaves y motivar la investigación aeronáutica, sino que también incorpora objetivos que están presentes hasta nuestros días: la idea de la personalización de los aviones, el uso cotidiano de estos, la concepción del hidroavión el globo Número 18 que era un deslizador acuático, por mencionar algunos.

Debido a que Santos Dumont nunca patenta sus invenciones, otros ingenieros siguen sus pasos. André Voisin fabrica un biplano que vuela en Bagatelle en 1907, Louis Bleriot construye otras aeronaves y realiza pequeños vuelos con sus modelos, Henri Farman supera en 1907 el récord del 14-bis al volar 771 metros en 52 segundos a bordo de un avión construido por Voisin. También a partir de 1909 se realizan los primeros eventos aeronáuticos con premios para las carreras aéreas y las hazañas como atravesar el Canal de la Mancha.

Curiosamente, después de todos los logros, Alberto Santos Dumont obtiene su licencia de aviador ese año autorizado por el Aeroclub de Francia.

Fotografía portada – Wikipedia Commons

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