A 53 años de la llegada del hombre a la Luna, NASA prepara misión al satélite natural para agosto

Cada 20 de julio, se celebra el Día Internacional de la Luna. Declarado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la fecha busca conmemorar cada año a nivel internacional el aniversario del primer aterrizaje del hombre al satélite natural de la Tierra (conseguido por la misión Apolo 11 en 1969) para sensibilizar sobre su exploración y utilización sostenible para el futuro.

Para la industria aeroespacial, la llegada del hombre a la Luna es considerada una gran hazaña por la superación de los desafíos tecnológicos de la época, los cálculos realizados para ir y volver desde el satélite y toda la operación involucrada. El hecho, concretado por Neil Amstrong, quien pisa por primera vez la Luna, es considerado como un punto de inflexión en la exploración espacial y marca el inicio de una nueva etapa.

Coincidiendo con la conmemoración, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos, se prepara para volver a la Luna fijando el 29 de agosto como la próxima fecha de lanzamiento. A través de las misiones Artemis, la agencia espacial estadounidense llevará a la primera mujer y a la primera persona de color al satélite, en una señal de inclusión propia de los tiempos actuales y como una forma de representar de que la exploración espacial (incluyendo las futuras misiones a Marte) pertenecen a todo el ser humano de cualquier parte del planeta.

La misión Artemis 1 es considerada la sucesora del Apolo 11. La tripulación viajará alrededor de la cara oculta de la Luna durante cuatro a seis semanas para luego volver a la Tierra. Será el viaje más largo en una aeronave espacial tripulada sin acoplarse. El lanzamiento se realizará desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral en Florida.

Artemis 1 estará impulsada por cohete SLS (Space Launch System) que NASA considera como “el más poderoso que se ha construido”. Una de sus capacidades es que los ingenieros podrán corregir la trayectoria en el viaje de casi 500.000 kilómetros desde la Tierra.

El SLS cuenta con una capacidad de empuje de 3,9 millones de kilogramos entregado por propulsores de cinco segmentos y cuatro motores que llevará al espacio a todo el aparato y al vehículo orbital de 3.000 toneladas. Tras alcanzar la órbita terrestre desplegará los paneles solares y la propulsión criogénica provisional (ICPS, por sus siglas en inglés) que darán al vehículo Orion el impulso para llegar a la Luna.

Tanto el cohete SLS como Orion son considerados fundamentales por parte de NASA para las misiones Artemis. Orion será la aeronave que permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier otra para astronautas construida hasta la fecha. Su capacidad de retorno también es la más rápida y con mayor calor (necesario para el reingreso a la Tierra).

Tras dos horas después del lanzamiento, Orion se separará del ICPS para que este equipo despliegue pequeños satélites denominados CubeSats para desarrollar una serie de experimentos espaciales. El vehículo tripulado tiene previsto volar a unos 100 kilómetros sobre la superficie lunar y utilizar la fuerza gravitacional del satélite para reimpulsarse a una nueva órbita a unos 70.000 Km. La aeronave permanecerá en esa órbita durante aproximadamente seis días para recopilar datos.

Artemis I será el primero de una serie de vuelos que tiene programados los Estados Unidos para regresar a la Luna con tripulaciones humanas. El objetivo es establecer una presencia sostenida y utilizar la experiencia para planificar viajes a Marte en la década de 2030.

Fotografía portada - NASA

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