Viajar por estas semanas en avión a través de Europa no está entre las mejores experiencias. Las largas filas en los aeropuertos, los retrasos de varias horas, las pérdidas de conexiones y así como la demora -o incluso- pérdida de los equipajes siguen afectando a los viajeros. El caos aeroportuario en Europa sigue siendo una de las principales preocupaciones inmediatas del sector y es uno de los temas tratados por líderes de la industria aprovechando la convocatoria de Farnborough 2022.
En conferencia de prensa, sir Tim Clark, presidente de Emirates, anticipa que la falta de personal de los aeropuertos podría continuar hasta fines de este año o incluso de 2023. Tras varios enfrentamientos por los recortes forzados que impone el aeropuerto londinense de Heathrow (LHR) y la falta de planificación de las terminales aéreas, señala que la única solución es “resistir”.
En efecto, pese a los esfuerzos que están desplegando distintos países, la incorporación de personal aeronáutico no es inmediata. Para muchos, cualquier acción no representará mejoras inmediatas para aliviar la presión que enfrenta el sistema para la temporada de verano del hemisferio Norte.
Una opinión similar tiene Johan Lundgren, CEO de easyJet. La línea aérea de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés), expresa que pese a colocar más personal en la medida de lo posible, hay desafíos que escapan del lado de las líneas aéreas como el personal encargado del control de tráfico aéreo, lo servicios de handling y el personal de aeropuertos en procesos críticos como filtros de seguridad, migraciones, entrega de equipajes, entre otros. Desde su perspectiva, respalda por el momento la acción de limitar los vuelos como la única forma de mitigar el problema.
Como se menciona, la incorporación -o reincorporación- de personal no es algo inmediato. Cualquier trabajador aeronáutico demanda preparación para el puesto que va desempeñar, incluso si trabaja en los aeropuertos. Los tiempos son mayores en el caso de las tripulaciones de vuelo. Por lo mismo, se espera que los efectos continúen por los meses siguientes y dependerá del esfuerzo que tanto aeropuertos como las líneas aéreas realicen para incorporar personal. La acción debe estar respaldada por los Gobiernos quienes deben dar certezas en sus políticas asegurar un entorno favorable para la contratación de personal.
En lo que va julio, Official Airline Guide señala que los aeropuertos con mayor cantidad de vuelos retrasados son Bruselas (72%), Frankfurt (68%), Eindhoven (67%), Londres (LTN) (66%), Budapest (65%), Lisboa (65%), París (CDG) (62%), Ámsterdam (61%), Niza (60%), Londres (LGW) (59%). Otros casos como el Londres (LHR) que si bien tiene relevancia noticiosa también figuran con retrasos significativos, pero en niveles inferiores a las terminales aéreas mencionadas.
Los problemas de los aeropuertos en Europa también se trasladan al otro lado del Atlántico. Producto de los retrasos y reprogramaciones o incluso cancelaciones de vuelos, la disponibilidad de material aéreo se ve afectada. En ese sentido, una compañía aérea de Norteamérica con vuelos a Europa también puede sufrir retrasos importantes por la llegada tarde de los aviones o la disponibilidad de tripulaciones, afectando tanto sus vuelos internacionales como domésticos.
En América Latina, el caos aeroportuario también puede afectar a las compañías aéreas con servicios a Europa. Afortunadamente, para los viajeros desde y hacia esta región, las terminales aéreas como Madrid no están entre las más comprometidas. Según OAG, apenas el 19% de sus vuelos programados tiene demoras. Sin embargo, los problemas en París (CDG), Ámsterdam y Londres (LHR) podrían afectar los planes de viaje de las personas por ser hubs de líneas aéreas con importantes servicios a Latinoamérica como son Air France, KLM o British Airways, entre otras.
Fotografía portada – Mark Hodson