Cumpliendo con sus compromisos y en una señal de responsabilidad política, KLM devolverá al Gobierno de los Países Bajos €277 millones correspondientes a la última parte de las ayudas fiscales entregadas en 2020 para hacer frente a la crisis que provoca las medidas impuestas por el COVID-19. Ese año, la línea aérea holandesa recibe €942 millones de una línea de crédito por €3.400 millones.
El regreso de los dineros de las ayudas estatales se da a dos años de la crisis del COVID-19 y son posibles de realizar por la eliminación de las restricciones de viaje y el aumento de la demanda de viajes, además de las reestructuraciones internas que KLM realiza, ya sea como parte de las exigencias del Gobierno o como una forma de asegurar su propia estabilidad financiera en el tiempo. Las medidas adoptadas por la empresa implican la salida de 6.000 empleados directos.
Los pagos al Estado holandés se realizan en tres cuotas. La primera el 03 de mayo cuando paga €311 millones, la segunda por €354 millones a principios de junio y la tercera la que realiza ahora en julio. La línea aérea destaca que el fin de las restricciones COVID-19 y el aumento de la demanda hacen posible el pago de las dos primeras cuotas ante el aumento de ingresos.
“KLM está increíblemente agradecido del gobierno holandés y de los bancos por su apoyo durante la pandemia. Al devolver sus préstamos lo antes posible, KLM demuestra que se toma en serio sus responsabilidades y que cumple sus promesas a sus interlocutores financieros, al gobierno y a la sociedad”, resalta la compañía.
Por la alta incertidumbre de los mercados globales, KLM mantendrá el acceso a los créditos. De esta manera, seguirá disponiendo de una línea de crédito de €2.400 millones distribuidos en €723 millones de préstamo gubernamental y €1.735 millones a través de bancos. La línea aérea asegura que a medida que la demanda continúa reactivándose probablemente no sea necesario utilizar esos montos, ya que las actuales previsiones financieras aseguran recursos para los próximos dos años.
Las principales preocupaciones para el futuro son la inflación, el aumento de los costos como el combustible y el factor geopolítico determinado por la guerra en Ucrania. Además, están aspectos más inmediatos como la escasez de personal que está afectando la operación de la línea aérea, al igual que otras en Europa y los Estados Unidos.
Para disminuir la presión en los aeropuertos por la falta de personal, KLM está recortando hasta 20 vuelos diarios hasta el 28 de agosto. La reducción de operaciones afecta principalmente a destinos europeos. Además, limitará las ventas de asientos en los vuelos de KLM como de KLM Cityhopper para acomodar a los pasajeros afectados que hayan perdido su vuelo y para cumplir con las restricciones de capacidad propuestas por el aeropuerto de Schiphol.
Para disminuir el trabajo en rampa, la línea aérea holandesa también decide no continuar con las reservaciones para el transporte de carga en los vuelos de KLM Cityhopper para reducir la presión sobre los trabajadores y asegurar un turna round más rápido de los aviones. En esa misma línea, cambia el transporte de paquetería en los vuelos intercontinentales. Ya no se utilizará el transporte en bulk o paquetería suelta en los bellies (bodegas en los aviones de pasajeros), sino que todo paquete será colocado en containers para agilizar la carga y descarga.
Ante el aumento de la incertidumbre y de los costos, KLM continuará con su estricta política de control de costos para garantizar una estabilidad financiera. La reducción de los costes y mayor eficiencia es una de las principales condiciones impuestas a los préstamos por el Gobierno holandés. La compañía precisa que mantendrá esas condiciones hasta que termine la validez de los préstamos.
Fotografía portada - KLM