Después de las masivas desvinculaciones por las medidas adoptadas por los Gobiernos que determinan la caída del tráfico aéreo a nivel global, la Asociación de Transporte Aéreo (IATA) prevé que la recuperación de los empleos en las líneas aérea sea lenta. Sin embargo, la cantidad de puestos de trabajo continuará con una tendencia al alza respecto a 2021 a medida que la demanda continúa regresando a los cielos.
Para 2022, se espera que el empleo directo que genera el sector que alcance los 2,7 millones, un 4,3% más que en 2021. Sin embargo, la perspectiva más inmediata anticipa que la cantidad de trabajo disponible esté por debajo respecto a los 2,93 millones de puestos activos en 2019. En términos generales, las proyecciones anticipan que los niveles de trabajos se mantengan bajos “durante algún tiempo”.
El retorno más lento de la empleabilidad está determinado por dos factores que se cruzan. El primero es la presión financiera, derivada de las pérdidas que genera la crisis del COVID-19 sumado el factor geopolítico internacional, la inflación y el precio del combustible. Con pérdidas y altos gastos, las líneas aéreas continuarán buscando la mayor cantidad de eficiencias posibles lo que impacta en la contratación de personal. Si bien esto se da a todo nivel y probablemente, el retorno de las flotas al servicio activo asegure que se requieran más pilotos y tripulantes de cabina (por la dotación mínima que deben disponer las aeronaves según normativa), las empresas buscan la forma de evitar incurrir en mayores gastos.
Después del combustible, los empleos es el segundo ítem de costos más alto en aviación. IATA espera que en 2022 los costos laborales unitarios sean de 12,2 centavos de dólar por tonelada disponible por kilómetro (ASK), ligeramente inferior a los de 2019 cuando alcanzan los 12,3 centavos de dólar por ATK.
El segundo factor condicionante es el tiempo. Habilitar a pilotos, tripulantes, mecánicos toma semanas y meses. Incluso si una línea aérea decide acelerar sus procesos, factores externos como la disponibilidad de simuladores, por ejemplo, pueden demorar la incorporación de personal operativo.
“El tiempo requerido para reclutar, capacitar, completar verificaciones de seguridad, los antecedentes y realizar otros procesos necesarios antes de que el personal esté listo para el trabajo se presenta como un desafío para la industria en 2022”, dice IATA. “En algunos casos, los retrasos en el empleo pueden actuar como una restricción de la capacidad en una línea aérea para satisfacer la demanda de pasajeros”.
El tema de empleabilidad es fuente de debate por estos días. El sector señala que la falta de personal es un problema para atender la alta demanda de viajes y la capacidad programada lo que genera serios inconvenientes en el cumplimiento de los itinerarios y en procesos críticos en los aeropuertos, principalmente en Europa y los Estados Unidos.
No obstante, entidades gremiales como la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA) califican que la falta de personal es “algo ficticio”, al menos en el caso de los pilotos, y que responden más a una falta de voluntad de las empresas para contratar y evitar incurrir en nuevos gastos. En algunos casos más específicos, señalan incluso que la lenta reincorporación de las personas “es una estrategia” para flexibilizar la normativa aeronáutica y así ahorrar en tripulaciones, por ejemplo.
En el sector dicha afirmación no necesariamente corresponde puede estar en lo correcto. Si bien hay presión para conseguir una mayor eficiencia está siempre en cualquier empresa -independiente si es de aviación o no-, la decisión de no contratar personal no siempre trae beneficios. Medidas de ese estilo puede generar a la larga mayores costos de los que se busca evitan, especialmente cuando se incurren en indemnizaciones a clientes, alteraciones en la programación y los turnos, horas extra o incluso en aspectos altamente sensibles como es la seguridad operacional.
En su perspectiva, IATA agrega que en algunos países donde la recuperación es rápida y la tasa de desempleo es baja es probable que exista escasez de personal y eso favorezca a un alza en los salarios. La asociación de las líneas aéreas estima que los gastos por sueldos alcancen US$173 mil millones en 2022, un 7,9% más que en 2021.
En América Latina, una investigación a través de encuestas de IATA que incluye más de 500 profesionales de la industria muestra que la formación y la incertidumbre son las principales preocupaciones. Un 50% de los encuestados dice que la formación de los empleados es un reto, en términos de tiempo y recursos que se necesitan para formar al nuevo personal, mientras que a un 48% le preocupa la falta de certezas que imperan en el sector.
Fotografía portada – Simón Blaise