Con el respaldo de casi todos sus acreedores después del acuerdo alcanzando en mayo, el juez James L. Garrity de la Corte del Distrito Sur de Nueva York aprueba el plan de reorganización presentado por LATAM Airlines Group. De esta manera, la mayor línea aérea de América Latina supera meses de intensas negociaciones judiciales y también internas para encaminar su salida del quizás es el proceso más complejo de su historia.
La aprobación del plan de reorganización es el último hito del proceso del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en los Estados Unidos. El documento presentado que incluye las negociaciones y mediaciones realizadas visa que la compañía tenga una estructura suficiente para abordar sus compromisos.
Desde la empresa, destacan que el plan de reorganización cumple con todos los requisitos legales en los Estados Unidos y en Chile. Aseguran que ahora están más preparados para enfrentar escenarios más adversos y garantizar la sostenibilidad del negocio a largo plazo.
“Estamos muy satisfechos con la confirmación del juez de nuestro plan de reestructuración. Este es un paso muy importante en el proceso para salir del Capítulo 11”, sentencia Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines.
Con el fallo del juez Garrity, todos los trámites que restan pasan a Chile. LATAM tiene que llamar a una junta extraordinaria de accionistas para aprobar la nueva estructura de capital, el registro de acciones y bonos convertibles en la Comisión del Mercado Financiero (CMF) y la Oferta de Derechos Preferentes.
Desde LATAM explican que los bonos convertibles y derechos preferentes serán ofrecidos conforme a la ley de modo preferente a todos los accionistas que quieran participar de la nueva estructura de capital. De esta manera buscan evitar las consecuencias de la dilución de propiedad que conlleva el aumento de capital contemplado.
Una vez que sea efectivo, LATAM tiene que inyectar aproximadamente US$8 mil millones a través de una combinación de aumento de capital, la emisión de bonos convertibles y nueva deuda. Esto incluye los US$5.400 millones de financiamiento respaldados por los principales accionistas entre los que están Delta, Qatar Airways y Grupo Cueto y los principales acreedores de la empresa, es decir, los acreedores representados por el grupo ad hoc de acreedores valistas y algunos tenedores de bonos locales.
Con el respaldo sustancial de todos sus acreedores, sólo tres de ellos colocan objeciones al plan de reestructuración. La compañía espera que el veredicto del juez sea una invitación para que dichas partes no continúen insistiendo y se sumen al resto de los acreedores.
“Continuaremos trabajando intensamente para concluir los restantes pasos durante los próximos meses”, puntualiza Alvo.
La salida de LATAM del Capítulo 11 está prevista para el segundo semestre de 2022. Se estima que el proceso concluya hacia fines del tercer trimestre o principios del cuarto, siendo este último el más probable.
La línea aérea con sede en Santiago será la última en emerger de la protección judicial después de Aeroméxico y Avianca. Sus controladores aseguran que la compañía estará en mejores condiciones para competir ya que muchos de los cambios en lo que respecta al modelo de negocios lo vienen realizando desde antes de la crisis, además de la variabilidad de los costos mencionada en otras ocasiones.
Entre los logros del proceso está la reducción de la deuda que pasa de alrededor US$11 mil millones a unos US$7 mil millones. Sin embargo, la LATAM post Capítulo 11 espera ser una línea aérea más pequeña y en ese rol quedará más concentrada en Sudamérica en comparación con la red y flota que llega a ostentar antes de la crisis provocada por las medidas gubernamentales impuestas bajo la justificación de la pandemia del COVID-19.
Fotografía portada – Simón Blaise