Una investigación del Congreso de los Estados Unidos advierte que la fabricación de los dos nuevos “Air Force One” que realiza Boeing podría sufrir un retraso. La falta de capacidad laboral y situaciones relacionadas con la seguridad de aeronave serían los principales desafíos que estaría encontrando el fabricante para cumplir con los plazos originales, según advierte la Oficina de Responsabilidad de Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés).
Los nuevos “Air Force One”, como se los conoce popularmente por el código que recibe cuando transporta al Presidente de los Estados Unidos, corresponde a un B747-8. En 2018, bajo la administración de Donald Trump, Boeing se adjudica el contrato para proveer de dos nuevos aviones que reemplacen al actual conocido como VC-25 que corresponde a un B747-200 de la década de 1980. Las dos aeronaves se fabrican de manera independiente a la línea de producción del Jumbo Jet que cierra este año.
Inicialmente, los nuevos B747-8 destinados para el transporte presidencial tienen fecha de entrega en 2024. Sin embargo, con los problemas que advierte el Congreso podrían demorar su puesta en servicio hasta 2026.
GAO considera que los problemas encontrados suponen un “riesgo importante” para el programa. En su informe también menciona que Boeing cambie de proveedor para algunos trabajos en el interior de la aeronave.
Citado por Reuters, Boeing indica que sigue con avances en el programa del VC-25B. Sin embargo, reconoce algunos desafíos que se han presentado.
Otro desafío mencionado está en el cambio de pintura sugerido por Trump. El azul oscuro sugerido podría representar un mayor peso para la aeronave, considerando los equipos adicionales que incorpora diferentes a un B747 tradicional, lo que podría comprometer las prestaciones y a una cantidad pequeña de componentes, especialmente en condiciones de altas temperaturas.
Recientemente, fuentes no oficiales ligadas a la administración Biden indicarían que el actual gobierno mantendría el esquema tradicional de pintura, argumentando razones técnicas mencionadas. Sin embargo, para Taylor Budowich, vocero de Trump, simplemente se trataría de algo simbólico ligado principalmente a cuestiones políticas. Desde su perspectiva, la decisión de la actual administración de mantener los colores de la aeronave “no sorprende”. El actual esquema de pintura de los aviones de Gobierno de los Estados Unidos datan de la administración Kennedy.
La construcción de los nuevos VC-25B está avaluada en alrededor US$3,9 mil millones. En 2016, Dennis Muilenburg, ex CEO de Boeing, realiza una promesa a Donald Trump que la construcción de los dos aviones no superarían los US$4 mil millones.
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