Con la emisión de acciones de emergencia para recaudar US$3 mil millones, Aeroflot busca disponer de recursos suficientes para compensar el impacto de las sanciones económicas de países occidentales ligados a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y las prohibiciones de usar el espacio aéreo ruso. Parte de los recursos se podrían destinar a la compra de alrededor de 300 aeronaves a United Aircraft Corporation (UAC).
Si bien no se específica que tipo de aeronaves podría estar incluida en la orden de Aeroflot, se considera que el Irkut MC-21 y el Sukhoi SSJ100 estarían entre los pedidos. También no se descarta que se considere al Tupolev Tu-214, pese a su antigüedad considerando que es una aeronave fabricada bajo la ex Unión Soviética con tecnología de la década de 1980.
En todos los casos, el pedido apunta a compensar la capacidad en rutas medias en el segmento que entre los 100 y 210 asientos, máxima capacidad que tendría el MC-21 o el Tu-214. La intención es contar con una capacidad de reemplazo para los 18 Airbus A319, 66 A320 (seis A320neo) y 35 A321 (cinco A321neo). Actualmente, Aeroflot Group cuenta con 76 SSJ100 de los cuales opera 61 equipos tanto en su línea principal como en otras compañías del holding.
Independiente de la cantidad de aviones y de cuando realice el pedido. Se trata de una medida pensada en el mediano largo plazo, orientada a dar más un impulso a la industria aeronáutica rusa que atender la contingencia actual. Por más reducida que sea la orden a realizar, ninguna de las aeronaves encomendadas podrá estar lista en los meses más inmediatos. Incluso, aeronaves como MC-21 continúa en fase de ensayos de vuelo como parte de un programa demorado por años. UAC busca entregar el primer avión antes de que termine el año.
En la práctica, Aeroflot continuará siendo afectada por las sanciones de Occidente, así como el resto de las líneas aéreas rusas. El impacto de las medidas contra Rusia está privando a la principal compañía de ese país de recursos directos por las altas tasas derechos de sobrevuelo que se paga por utilizar el espacio aéreo ruso, la salida de los sistemas de distribución global (GDS), las alianzas comerciales y los recortes de capacidad con la prohibición de utilizar aeronaves en arriendo.
Si bien durante los últimos meses, la compañía con sede en Moscú logra recuperar algunos vuelos internacionales apelando a las relaciones bilaterales con países amigos o aquellos que no han colocado medidas en contra. La situación todavía sigue siendo altamente compleja a tal punto que la propia empresa estatal decide no relevar los estados financieros y transparentar los costos que está sufriendo por las sanciones.
El plan de Putin para reactivar la industria aérea rusa
Tras los inconvenientes para posicionar sus aviones en los mercados aéreos global, el gobierno de Vladimir Putin apela al mercado interno. Directa o indirectamente, las distintas compañías aéreas rusas están recurriendo a los fabricantes rusos para satisfacer sus necesidades de flota.
La feria aeronáutica MAKS 2021 refleja esa realidad. En esa versión, el SSJ, así como el Ilyushin-114 reciben pedidos de Aeroflot y compañías filiales, como de otras líneas aéreas rusas, incluyendo la también estatal Rossiya. También se deja ver el interés gubernamental por impulsar proyectos como el MC-21 como una alternativa directa al A320 o al Boeing 737. En ese sentido, el plan para dotar de una nueva flota a Aeroflot se enmarca en esa dirección.
Pese al impulso político del gobierno, desde la caída de la Unión Soviética los problemas técnicos-operativos y las fallas en los servicios de post-venta, son algunos de los inconvenientes que presenta industria aérea rusa para posicionarse en los mercados internacionales cumpliendo las altas exigencias de confiabilidad, homogeneidad y eficiencias que buscan los distintos operadores.
Al igual que la experiencia de China, la evidencia muestra a la fecha que los proyectos aeronáuticos de Rusia tienen en su mercado local su mayor y único apoyo. En el corto plazo, no se esperan cambios significativos al respecto.
Fotografía portada - Aeroflot / Katsuhiko Tokunaga