En medio de una intensa presión de la industria aérea y de los viajes, así como de distintos sectores políticos, el Presidente Joe Biden se prepara para anunciar el término de la exigencia de pruebas COVID-19 para ingresar a los Estados Unidos. Según menciona CNN, citando a un alto funcionario de gobierno, el fin del requisito ocurría a partir de la medianoche del domingo.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) la decisión se toma “en base a la información científica y los datos a la fecha”, en un intento por mantener el discurso. Para evitar polémica, dejaría una reevaluación de la medida en un plazo de 90 días.
Las pruebas PCR o antígeno para detectar el SARS-CoV-2 para ingresar a los Estados Unidos están vigentes desde enero 2021. Con la aparición de la variante Ómicron del virus a fines del año pasado, el requisito incluye que el examen debe ser tomado en un plazo no superior a 1 día de calendario antes del embarque hacia los Estados Unidos.
En las últimas semanas, la industria aérea reclama al gobierno de Biden la desactualización de las políticas colocadas bajo el argumento del COVID-19. Los CEOs de importantes líneas aéreas como American Airlines o Delta señalan que la exigencia de las pruebas de salud “no tiene sentido” y la consideran “hasta de absurda”, además de indicar que las restricciones afectan a la recuperación de la demanda.
La eliminación de las pruebas PCR o de antígeno es junto con el uso de las mascarillas a bordo las últimas limitantes para devolver la normalidad a los viajes aéreos. En los aviones con registro en los Estados Unidos, el uso de mascarilla ya no es obligatorio, independiente si el vuelo es doméstico o internacional. La mayoría de los pasajeros está agradeciendo volver a volar sin estar presionados en su cuerpo. Con la eliminación del requisito de las pruebas sanitarias previas el embarque hacia los Estados Unidos, el viaje a ese país vuelve a la normalidad, al menos en algunas líneas aéreas (de cuyos países no exigen el uso de mascarillas).
Con la imposición por mandato de los Gobiernos, los laboratorios han abierto una nueva línea de negocios con las pruebas PCR. Su obligatoriedad hace que los valores tengan un costo alto en muchos países, por lo que para algunas personas representa un factor económico a considerar al momento de cotizar un viaje. En algunos casos, los montos pueden superar los valores de un boleto aéreo más económico.
Por lo anterior, las pruebas COVID-19 son consideradas como una limitante para la reactivación y recuperación de la demanda. Esto último, sin considerar aquellos requisitos adicionales que otros países piden como seguros u trámites extra que no son un aporte más que a la burocracia.
Para las líneas aéreas estadounidenses, la demanda internacional todavía está estancada en su reactivación porque muchos pasajeros no viajan por las pruebas sanitarias. Más que a un posible contagio por COVID-19, el temor de las personas está en quedarse varados ya sea a la salida de su país y tener que modificar el viaje o en el destino. En los Estados Unidos, la demanda internacional se encuentra en un 14% por debajo de 2019.
Las líneas aéreas esperan que el fin de las pruebas sanitarias impulsen los viajes internacionales durante la temporada de verano del hemisferio Norte. La eliminación del uso de mascarillas a bordo de los aviones y de las pruebas de viaje en los Estados Unidos como en muchos países de Europa y África, se espera que aumente la presión para que otros países continúen sacando exigencias que en su momento se colocan “por razones sanitarias”.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano