El programa SpaceX se encuentra sometido a un intenso programa de evaluación de su impacto medioambiental por parte de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés). La autoridad aeronáutica tiene en evaluación al programa espacial Starship, como de los cohetes Super Heavy, que se desarrollan en la localidad de Boca Chica, Texas, por su impacto en el ecosistema de la zona.
Según distintos reportes de prensa, la FAA tiene emitidos alrededor de 17.000 comentarios relacionados con preocupaciones de ambos proyectos. Los principales asuntos a considerar son el impacto en las aves migratorias, las especies en peligro de extinción y un refugio de vida silvestre.
Parte de las preocupaciones están asociadas también a la presencia de comunidades locales cercanas. Desde noviembre 2021, los lugareños advierten a las autoridades de los efectos adversos generados por el ruido y las vibraciones provocadas por los lanzamientos. Ante esto, solicitan a la autoridad aeronáutica estadounidense limitar el número de pruebas por año, así como el tiempo y las condiciones en que se efectúan.
Inicialmente, la evaluación medioambiental para los programas mencionados se fija para abril. Sin embargo, se pospone para mayo y, recientemente, se extiende una nueva fecha para el 13 junio. La FAA reconoce que trabaja en la publicación de una evaluación de impacto ambiental final. La agencia que norma las actividades aéreas en los Estados Unidos indica que la demora en el resultado del informe responde a que SpaceX se realiza varios cambios que ameritan un análisis adicional.
SpaceX confía que sorteará con éxito el cumplimiento de la normativa. Desde febrero, Elon Musk, fundador de la compañía aeroespacial, viene indicando que la aeronave Starship, diseñada para viajes a la Luna y Marte, podría alcanzar la órbita terrestre por primera vez antes de que finalice 2022.
En el que caso de que la evaluación resulte adversa para SpaceX, no afectaría de manera significativa su desarrollo del programa, salvo un retraso de meses asociado a aspectos más legales que técnicos. La evaluación medioambiental es complementaria a la certificación que depende más del cumplimiento de los requisitos de seguridad de las aeronaves y de la capacidad financiera del operador o fabricante para dar las garantías correspondientes.
Bajo ese supuesto escenario, una alternativa que considera SpaceX es trasladar todo el programa Starship al Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. En ese Estado, la empresa ya cuenta con la aprobación medioambiental que necesita por lo que no tiene mayores impedimentos para continuar desarrollando los programas. Para la comunidad de Texas, el cambio podría suponer un impacto en los empleos y actividad económica local.
SpaceX espera materializar el programa Starship en 2023. Para el próximo año, tiene la intención de realizar la “primera misión lunar privada” de la historia utilizando una aeronave Starship para ir a la Luna, circunnavegarla y retornar a la Tierra.
Fotografía portada – Space X