Sumándose a las concesionarias que administran los aeropuertos de Santiago y Puerto Montt, el operador del aeropuerto de Concepción – controlado por ICAFAL- presenta una discrepancia contra el Ministerio de Obras Públicas (MOP) por los desequilibrios económicos generados en 2020 y 2021. La razón es la misma que para las otras terminales y responden a las consecuencias generadas por las drásticas -que en la práctica resultan infructuosas- restricciones tomadas por el Gobierno de Chile durante la pandemia que implican una caída en el tráfico de pasajeros.
Se trata de un problema heredado de la administración de Sebastián Piñera, en cuyo gobierno se colocan diversas y extensas restricciones a la movilidad de las personas causando daños significativos a estas y a las empresas. La concesionaria solicita al MOP una compensación por US$10 millones o la extensión del periodo de concesión a fin de recuperar en parte los daños provocados por la autoridad.
Según indica el diario El Mercurio (31/05/2022), la concesionaria de Carriel Sur el daño no se produce por la pandemia, sino por las medidas que el propio Ejecutivo adopta. Por lo tanto, sería el Estado el responsable de los desequilibrios económicos que se generan. Debido a las medidas adoptadas por Chile, el tráfico aéreo de pasajeros reporta caídas de hasta 90% en comparación con año normal. Para el aeropuerto, la significativa disminución de los pasajeros afecta los negocios y la generación de ingresos por servicios tanto aeronáuticos como por aquellos no aeronáuticos del tipo comercial como son los locales comerciales, restaurantes, tiendas y cafeterías, además de los estacionamientos, una de las principales fuentes de ingresos de las terminales aéreas.
Desde hace más de un año, Carriel Sur como otros aeropuertos tienen conversaciones con el MOP para buscar soluciones. Sin embargo, la entonces administración de Sebastián Piñera cierra las puertas a cualquier alternativa de compensación o extensión de los contratos. En el periodo más crítico, la concesionaria dice que en abril 2020 reporta apenas CLP58 millones en comparación con los CLP525 millones que registra el mismo mes de 2019 (último año normal).
Debido a los múltiples desafíos que tiene el Estado, la extensión de los contratos es la “mejor alternativa” para buscar una solución a los desequilibrios económicos provocados por las decisiones tomadas. Dicha propuesta aplicaría para aquellas terminales aéreas cuyos contratos de concesión tienen plazo fijo como Arica, Copiapó, Puerto Montt y Santiago. El resto de los aeropuertos concesionados funcionan con contratos de plazo variable, es decir, el contrato termina cuando la concesionaria alcanza el monto de ingresos que pide al momento de la adjudicación.
Según el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, los contratos deben ser respetados por ambas partes y las externalidades son conocidas por cada uno de los actores. Sin marcar diferencias con la administración anterior, indica que la controversia presentada se debe resolver por las instancias institucionales establecidas, es decir, el Panel Técnico de Concesiones.
A la fecha, las concesionarias de aeropuertos de Santiago y Puerto Montt recurren a este mecanismo de solución de controversias. Sin embargo, ninguna obtiene una solución a su favor. La disputa más significativa ocurre en Santiago, donde controladores concesionario Nuevo Pudahuel -Vinci Airports y Groupe ADP- recurren ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias (CIADI).
Chile es uno de los países de América Latina que impone las medidas más estrictas y extensas por motivos asociados al COVID-19, siendo la industria aérea una de las más afectadas. A diferencia de otros países de la región y el mundo, no se entregan ayudas económicas ni soluciones que permitan mitigar los daños que se generan. Si bien en los últimos meses las medidas político-sanitarias se flexibilizan, su población continúa regida por numerosas restricciones en su vida diaria, las que también afectan a muchas actividades y sectores productivos como los viajes y el turismo (receptivo), gastronomía, eventos, entre otros.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano