Un recorrido por el renovado Museo del Aire y el Espacio de París

Ubicado en el aeropuerto Le Bourget, uno de los lugares donde nace la aviación, el Museo del Aire y del Espacio (Musée de l’Air et Espace) de París debe ser una parada obligada para todo quien visite la capital francesa, especialmente para los entusiastas de la aviación. Fundado en 1919, es sobreviviente de guerras, invasiones y una pandemia -con serias restricciones a las libertades de las personas-. Su colección es un paseo histórico excepcional que va desde los primeros vuelos en globo de los albores de la aviación hasta el Airbus A380 o la conquista espacial.

En el aeropuerto Le Bourget, el museo ofrece un contacto directo al visitante entre el pasado, el presente y el futuro aeronáutico. Con una gran galería inaugurada en diciembre 2019, se descubren las primeras aeronaves, escenografías, uniformes, maquetas, diseño de aeropuertos (el famoso concepto Aerogare), grabados, obras de arte originales, entre otras cosas. La muestra hace un buen uso del hall público de la antigua terminal de pasajeros que invita al visitante a embarcarse hacia el pasado.

Prácticamente uno encuentra de todo tipo de aeronaves, equipamiento y souvenir. Un verdadero entusiasta de la aviación debe al menos dedicarle mediodía para recorrer todas las salas y visitar los aviones. Lo vale. Si hay que comer, una cafetería con vistas a la plataforma, como los viejos tiempos permite deleitar la pausa, no sólo viendo los aviones de la exposición, sino que el movimiento aéreo diario de Le Bourget, ya que el aeropuerto continúa operativo para la aviación corporativa (además cada dos años, en ese lugar se realizar el París Air Show).

A la salida, una tienda aeronáutica está pensada para los amantes de la aviación. Si usted es uno de ellos, reserve cupo en la tarjeta de crédito porque lo que se encuentra es compra obligada. Bibliotecas completas, maquetas de todo tipo de tamaños, uniformes, souvenirs, etc. está disponible para grandes y chicos.

A continuación las salas más importantes:

Gran galería: Es el hall público del antiguo aeropuerto. Acá se encuentran parte de las primeras aeronaves que hacen realidad el sueño de volar. Además de observar los primeros diseños de globos y aeroplanos, se puede conocer la historia de los pioneros, los uniformes, maquetas, así como el diseño de los aeropuertos. Acá está el Demoiselle de Santos Dumont, el Nieuport XI Bébé, entre muchas otras aeronaves.

Aviones del periodo “Entre Guerras”: Permite descubrir los albores de la aviación comercial francesa. Se puede encontrar el fuselaje del Farman F-60 Goliath o el tren de aterrizaje del Oiseau Blanc, aeronave que desaparece en su travesía.

Segunda Guerra Mundial: Con exhibiciones de aviones de la Alemania del Tercer Reich, acá está el Supermarine Spitfire, caza emblemático de la batalla de Inglaterra, el Douglas C-47 Skytrain o el AD-4NA Skyraider, entre muchos otros.

La sala del Concorde: Permite visitar dos aeronaves Concorde: el prototipo 001 y un ejemplar de Air France. En el primero, se conoce como es el interior de la aeronave sin asientos, permitiendo al visitante ver el cableado y los equipos. En el segundo, se exhibe el interior usado por la compañía francesa en los vuelos París (CDG) – Nueva York (JFK), así como muchos destinos a los cuales llega en sus años de operación, incluyendo Caracas, Río de Janeiro y Santiago de Chile (vuelo chárter), entre otros.

Hall de la Escarapela: En esta sala están los aviones como el F-86K estadounidense o el Dasault Mystère IV A de Francia. La sala es un paso obligado por equipos y documentos de la aviación militar francesa desde la década de 1950 hasta la Primera Guerra del Golfo. Se exhibe también un dron denominado MART usado en 1991 contra Iraq.

Sala de las alas rotatorias: Dedicada a la historia de los helicópteros, la sala es una completa maravilla. Recorre el camino desde las primeras pruebas del Hélicostat Nº6 Oehmichen hasta el famoso Aloutte III de la Gendarmería francesa. También está el autogiro de Juan de la Cierva y el Focke -Achgelis FA-330, un planeador alemán a velamen giratorio remolcado por submarinos.

Sala de Normandie: Cuenta la historia del regimiento de caza de Normandía y como sus pilotos combatieron a los alemanes junto con los soviéticos. Junto al Yakovlev Yak-3 hay decoraciones, uniformes y objetos cotidianos de esos momentos.

La historia de la Aerogare: Es un pequeño vestíbulo que permite adentrarse en el diseño de los aeropuertos, especialmente, cómo se concibe Le Bourget como terminal aérea. Ideal para una primera aproximación en el tema aeroportuario.

La conquista espacial: Dedicada al progreso humano en el espacio, en este salón se puede encontrar el Diamant A, el primer cohete francés que en 1965 lanza un satélite, la cápsula de reingreso del Soyouz T-6 en el que el primer francés viaja al espacio.

Plataforma: Dominado por las dos maquetas de los cohetes Ariane I y V, la plataforma de estacionamiento de aeronaves de Le Bourget crece año tras año. La muestra considera al Canadair CL-125 de la lucha contra incendios forestales, el primer Dassault Rafale, el Transall C-160. Entre las novedades está el Airbus A380, el Dassault Breguet Mercure de la desaparecida Air Inter, un avión similar al Boeing 737 y que puede anteceder al A320, el Sepecat Jaguar. Parada obligada es el B747-100 de Air France, ya que el visitante no sólo conocerá como era ese avión con los interiores de la compañía francesa, sino que también puede explorar los compartimientos de carga, el cableado y la cabina. Es un viaje a la materialización del Jumbo Jet, avión con el cual las compañías aéreas comienzan a democratizar los viajes aéreos.

Llegar al Museo del Aire y del Espacio es sencillo. Utilizando el buen sistema de transporte público parisino, desde el centro de París el viajero puede tomar el tren RER B desde cualquiera de sus estaciones (Châtelet Les Halles o Gare du Nord son ideales para las conexiones con el Metro) y bajarse en Le Bourget. Luego de caminar una cuadra desde la estación hacia la avenida principal se debe tomar el bus 152 que lo dejará en el Museo.

Si está en tránsito en París con una buena ventana de conexión (de más de 6 horas como mínimo) – y siempre y cuando, su documentación lo permita- puede tomar el RER B desde el aeropuerto Charles de Gaulle y bajarse en Le Bourget para luego combinar con la línea de bus 152. Desde Orly también es accesible con la red RER y metro. A partir de 2024, la línea 17 del Metro dejará al visitante directamente en la puerta.

Si usted prefiere una opción más cómoda y su capacidad financiera lo permite, puede tomar un taxi para ir y regresar del museo.

Fotografías - Ricardo J. Delpiano

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