Casi un mes después de su inauguración, el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago vuelve a contar con salones VIP para sus pasajeros internacionales. A comienzos de esta semana LATAM abre su Lounge, nuevo nombre que la compañía da a estas instalaciones. Se trata de un renovado espacio de más de 4.000 metros cuadrados (m2) que reemplaza al que disponía en el antiguo terminal. Aero-Naves recorre las instalaciones, hasta el momento, las más grandes en Sudamérica.
El LATAM Lounge está en la terminal 2 del aeropuerto de Santiago, específicamente en el edificio central (procesador). A la fecha el único espacio que está en esas dependencias, ya que todavía se espera la apertura de otras salas para otras líneas aéreas (como el salón de la alianza SkyTeam). Su acceso se encuentra tras el paso por el filtro de seguridad y el Duty Free. Una escalera lleva una especie de “túnel” por el cual el pasajero llega a un vestíbulo donde se le da la bienvenida.
Desde ese lugar, el pasajero tiene tres puertas que dan a cada uno de los salones. Dependiendo de su categoría de socio del programa de lealtad LATAM Pass, o su viaja en cabina Premium (incluye Premium Economy) con sus respectivas equivalencias en las líneas aéreas asociadas o del status en los programas de socios comerciales, puede acceder a uno de los tres salones.
Lounge WorldMember
A mano derecha del vestíbulo está el Lounge WorldMember. Es el más sencillo de los tres y el único que mantiene un concepto más aeroportuario, ya que su gran ventanal permite observar desde lo alto el hall público de la terminal 2 donde se realiza el check-in. Está dirigido a la mayoría de los pasajeros y que son titulares de las tarjetas de crédito WorldMember y WorldMember Limited del Banco Santander LATAM Pass y que viajen en LATAM.
La oferta considera cómodos espacios con sillones colectivos e individuales y dos salas de televisión. Cuenta con un ambiente inspirado en la tierra y en el aire. En temas gastronómicos, la propuesta es más sencilla y dirigida a un público masivo. Para ello, el servicio es del tipo buffet que prioriza los platos fríos, las sopas, bebestibles y cafés. Invita a una estadía rápida y quizás puede ser considerado como un símil a la propuesta que existía en el antiguo terminal.
Lounge Premium
Es la segunda propuesta y donde la experiencia comienza a cambiar. Inspirado en el océano Pacífico incorpora espacios más privados y exclusivos, además de zonas más amplias. Entre las novedades están zonas de trabajo (o co-work como se las denomina), salas de descanso con una especie de cama para conciliar algo de sueño y una sala para niños.
El espacio está dirigido a socios de categoría Platinum que vuelan en LATAM o Delta. La oferta gastronómica es superior así como de bebidas, ya que se incorpora el servicio de bar que no está incluida en salón anterior.
Lounge Signature
Se trata del salón más grande de todos, también el más exclusivo y el que logra una mejor decoración. Inspirado en el desierto, ofrece sillas y sillones confortables, espacios comunes y privados y zonas de trabajo (co-work), además de la zona para niños, salas de tv y zona de descanso.
Sorprende al usuario el gran bar en el centro con la decoración de su lámpara cuya disposición recuerda -para quien haya estado- a las experiencias de otros aeropuertos de Asia o Medio Oriente. Se trata de una decoración que de cerca puede que no represente nada, pero que a lo lejos deja entrever el isotipo de la compañía.
El bar de 360º es complementado por una oferta gastronómica amplia con platos fríos y calientes. Incluso los pasajeros pueden pedir algunas preparaciones especiales.
Al Lounge Signature pueden acceder los pasajeros que viajen en cabinas Premium de LATAM (Premium Business y Premium Economy), los socios de la categoría Black Signature junto con su familia inmediata (cónyuge, hijos y padres) más un acompañante (sólo si viajan en LATAM), socios de categoría Black para titular y acompañante viajando en la línea aérea y los socios de la categoría Diamond.
Lo bueno
En comparación con la oferta anterior, se trata de un salto importante en comparación con la oferta anterior y que permite adecuar la propuesta a las experiencias que ya ofrecen muchas líneas aéreas en Europa y Asia, principalmente. Al distribuir los 4.000 m2 disponibles en tres salones se da una adecuada segmentación que brinda espacios más privados que el usuario que busca un servicio superior demanda. En caso contrario, se trataría de un gigantesco salón, probablemente abarrotado que pasaría a ser una sala de espera adicional.
Hay una propuesta interesante por innovar, especialmente en la decoración, aunque a veces puede resultar algo monótona, y equipamiento. El uso de la tecnología es muy bienvenido, especialmente en conectores para cargar equipos electrónicos personales (PED, por sus siglas en inglés) como computadores, tablets y teléfonos. Para estos últimos -y si el equipo lo permite- se pueden cargar sin usar un cable conector.
Otro punto a favor son las salas de descanso, la sala de niños muy separada del resto del salón que es bienvenida, los espacios para trabajar o ver televisión y el bar del salón Signature. No son grandes innovaciones si se lo compara con la oferta mundial, pero si una actualización importante que no estaba presente en Chile. La sala de niños, por ejemplo, es algo que otros salones ofrecen como el antiguo Admirals Club de American Airlines en la antigua terminal.
Siguiendo su inspiración latinoamericana, el LATAM Lounge incorpora decoraciones de esculturas de arte realizadas, en su mayoría, por artistas sudamericanos. En el recorrido realizado se aprecian obras de Ximena Guzmán (Chile), Sofía Donován (Argentina) y Percy Zorrilla (Perú). Alrededor de una veintena de artistas podrán exhibir sus obras en coordinación con la línea aérea, por lo que todo el espacio se transforma en una vitrina adicional.
Lo Malo
Si bien el cambio es positivo, no todo puede ser perfecto. Pese al uso correcto de los espacios y la distribución de los salones, la gran desventaja del LATAM Lounge es la pérdida de la sensación de un ambiente verdaderamente aeroportuario. En ese sentido, priva al pasajero de lo más apasionante que son los aviones y de la noción del viaje.
LATAM Lounge es una especie de bóveda (casi literal si se consideran las puertas automáticas por las que se accede a cada salón) que hace olvidar que el pasajero está en un aeropuerto. Sólo el salón WorldMember tiene una vista “algo más aeronáutica” al disponer del ventanal al hall público de la terminal. Al estar completamente aislado, obliga al pasajero a estar pendiente del tiempo para no perder el vuelo, ya que incluso no hay diferencia alguna si se está de día o de noche.
Otro punto que queda pendiente es la ausencia de luz natural. Al estar en el centro del edificio procesador de la terminal 2 no cuenta con esta opción por lo que depende de la luz artificial para iluminar los interiores. Si bien no algo totalmente negativo, ya que la compañía utiliza energías renovables en un 80% -según indican- si contrasta con propuestas que ofrecen compañías como Air France, United o incluso la propia Delta al aprovechar la infraestructura del aeropuerto para tener la ventaja de la luz natural, que incluso con vistas a la plataforma, brindan una correcta interacción entre el pasajero y aeronáutica, ampliando la experiencia.
Finalmente, la decoración y la presencia en exceso de lo sostenible que puede llegar a agotar. LATAM señala que su Lounge está en línea con su estrategia de sostenibilidad, que si bien es valorable, la repetición constante en cada aspecto de la compañía puede comenzar a agotar al usuario. Así, la experiencia se vuelve algo monótono a tal punto que puede sugerir en una especie de imposición a la fuerza de una ideología, como se aprecia en los juegos para los niños.
Fotografía portada – LATAM