Probablemente, la versión de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE), terminada el pasado domingo 10 de abril, sea la más desafiante de toda su historia. Afectada principalmente por el contexto local, la vigésima segunda edición se resume en “un evento por cumplir”, para que de esta manera, no perdiera su mayor valor: su trayectoria.
Organizada por la Fuerza Aérea de Chile (FACh), FIDAE dice terminar con “gran éxito” la versión 2022. Al término del domingo, aseguran que “supera todas las expectativas propuestas”, luego de que en 2020, las medidas político-sanitarias fuerzan a su cancelación por la pandemia del SARS-CoV-2. Más de 420 expositores de más de 45 países y 200 delegaciones oficiales y profesionales, más de mil periodistas y spotters -considerados en las acreditaciones- son las cifras del evento.
Sin embargo, los días previos hacen notar la improvisación. La falta de una comunicación adecuada, tanto en el fondo como en la forma, la confirmación a último momento de expositores, sin grandes novedades -a excepción el Airbus A220, que por primera vez visita Sudamérica, retomando un tour suspendido en 2020-, un sistema de acreditación complejo, con trabas burocráticas incapaces de atender adecuadamente las solicitudes de los acreditados, son algunos aspectos que marcan el evento.
Durante la feria, se nota la reducción de expositores, comenzando por Rusia, ya que por decisión unilateral del Gobierno de Chile se les retiran las invitaciones a las empresas de ese país para participar. Los hangares del Grupo de Aviación Nº10 que sirven de pabellones de exposición hacen ver la disminución de la muestra, a tal punto que uno de estos pasa ser un improvisado salón de conferencias, cuya acústica no era la más adecuada.
En paralelo, se repite la falta de una infraestructura adecuada para una feria internacional. A los problemas de ruido para los conferencistas y el ambiente en los chalets, se suma mala señal de internet en el recinto -fundamental para las comunicaciones en el siglo XXI- y las dificultades para que la prensa acreditada pueda trabajar, lo que incluye “órdenes militares” a algunos acreditados. Para los asistentes, nuevamente está la falta de estacionamientos adecuados, “montados” en terrenos eriazos de los alrededores o las largas filas de más de dos horas para el ingreso, que como se comprueba en las jornadas, son resultado de la burocracia que genera un cuestionado “Pase de Movilidad”.
Si bien FIDAE se realiza en una base aérea, su realidad no es distinta a otras ferias aeronáuticas que también se desarrollan en aeropuertos o aeródromos, incluso mucho más concurridos que Santiago. Sin embargo, en estas no se presentan inconvenientes que se repiten todos cada dos años. A pesar de que desde 2006, el evento aeronáutico se realiza en el mismo lugar poco o nada ha cambia desde ese año.
Son varios factores que explican la realidad de FIDAE 2022. En primer lugar, y como muchos eventos que se desarrollan en el país, es víctima de las malas o falta de decisiones de la administración de gobierno anterior que producto de las excesivas restricciones no permiten entregar certezas de cómo y de qué forma se puede dar paso a una organización. Las medidas sanitarias impiden que muchos expositores y empresarios no puedan asistir dado que no consiguen homologar sus vacunas contra el COVID-19 (Chile es el único país el mundo que exige este requisito para visitantes extranjeros). Pero también durante la feria se pueden conocer opiniones de una “falta organización interna”, aspecto que no es novedad, ya que cada año una nueva dirección ejecutiva asume la dirección de FIDAE, por lo que en cada versión hay nuevas directrices.
En 2022, por primera vez FIDAE no es para todos. Sólo ingresan aquellos que cuenten con su “Pase de Movilidad” habilitado y muchos quedan sin asistir por el aforo generado a través del sistema de ventas de las entradas. Para los afortunados, los días profesionales como los de público general permiten disfrutar de las “maravillas de la aviación”. En ese contexto, el reencuentro de las personas de manera presencial, los abrazos, la camaradería, las reuniones, el verse in situ, los unos a los otros -no por una pantalla- y, especialmente, el deleite por las aeronaves son quizás lo más destacable de los seis días de feria.
FIDAE es la feria aeronáutica más importante del cono sur, simplemente porque hasta la fecha no tiene competencia. Todos los otros eventos aeronáuticos se desarrollan en el hemisferio Norte y los intentos por realizar una feria internacional en Río de Janeiro no tienen los efectos esperados. Como se indica, la trayectoria es el principal y hace que pese a todos los infortunios y oportunidades de mejoras -pendientes de atender desde hace años- hacen que siga siendo una plataforma de negocios y con esto, un aporte al desarrollo de Chile.
Al cierre de la vigésima edición, FIDAE si pasa prueba, pero al límite. Las apuestas están ahora para 2024 donde los organizadores tienen una nueva oportunidad para entregar a Chile y al mundo una feria de gran nivel y con una aviación que, pese a vivir su mayor crisis, muestra su capacidad de resiliencia.
Fotografía portada - Aero-Naves