Después de dos años de estrictas restricciones de escasa efectividad, el Ministerio de Salud del Gobierno de Chile anuncia una flexibilización importante en las políticas sanitarias de frontera para el ingreso al país. Si bien no se trata de un término inmediato de las medidas, es un primer cambio significativo que de continuar propicia un camino para una tardía reactivación, especialmente del sector aéreo y la industria del turismo.
A partir del 14 de abril, Chile no colocará restricciones a los viajes tanto a la salida como al ingreso del país. Tampoco obligará a los viajeros a realizarse una prueba de diagnóstico (PCR como se establecía antes) antes de embarque, sólo se mantendrá el test aleatorio en el punto de ingreso al país. La nueva política sólo lo recomienda.
Lo que mantiene es la declaración jurada de c19, el seguro de salud con cobertura COVID-19 y la homologación de las vacunas. Si bien el Ministerio de Salud indica que la homologación es voluntaria, se vuelve obligatoria para obtener el cuestionado “Pase de Movilidad” que se exigen en algunos lugares como hoteles, restaurantes, concierto u otro tipo de eventos.
La homologación de vacunas es uno de los temas que la industria aérea y el sector turismo vienen pidiendo, así como el término de otras medidas. Si bien es un trámite burocrático, desde su imposición se viene solicitando mayor agilidad y eficiencia al proceso, objetivos que hasta la fecha, no se cumplen y ponen una barrera para los viajeros que desean visitar el país. Además, se considera una medida que no aporta dado que valida las mismas vacunas contra el COVID-19 que se aplican en otros países.
Respecto al seguimiento de viajeros, se establece que si hay casos de COVID-19 en un vuelo se procede al aislamiento de los casos confirmados. Tanto en esos casos como en los contactos estrechos se aplican los protocolos de acorde a la normativa sanitaria.
El plan “Paso a Paso” del Gobierno de Chile diseñado bajo la administración Piñera es simplificado en el primer mes del gobierno de Gabriel Boric como parte de la nueva gobernanza de la pandemia. Las cinco fases anteriores se reducen a sólo tres niveles de alerta sanitaria siendo 1 la más flexible y la 3 la más estricta. Actualmente, Chile está en alerta sanitaria hasta el 30 de septiembre de 2022 y se encuentra bajo alerta 1.
La nueva gobernanza para la pandemia del Ministerio de Chile considera que en el nivel 2 las restricciones de viaje serán parciales para personas provenientes o dirigidos a un terminado país o lugar donde exista una presencia de una nueva variante de preocupación del SARS-CoV-2. Los flujos de pasajeros por razones humanitarias, suministros o actividades estratégicas se mantienen. Se vuelve a imponer el testeo obligatorio previo al ingreso y el segundo test obligatorio al llegar a Chile. Además, se vuelve obligatorio en la forma (mas no en la práctica) la homologación y exigencia de vacunas contra el COVID-19.
Un punto preocupante de la alerta 2 es el manejo de los viajeros. Si no hay casos en un vuelo se vuelve a establecer las cuarentenas en residencias sanitarias o domicilio a quienes no tengan el “Pase de Movilidad”. Si hay casos los aislamientos son obligatorios en residencias sanitarias y los contactos estrechos deberán hacer cuarentena en domicilio o residencia sanitaria.
En la alerta 3, se establecen restricción total de viajes a personas provenientes o dirigidos hacia destino donde se confirme o se sospeche la presencia de una nueva variante del SARS-CoV-2 considerada de preocupación. Se exceptúan razones humanitarias, flujos de suministros y actividades estratégicas para el país. También se implementan las cuarentenas en residencias sanitarias a todos los viajeros provenientes de lugares donde se confirme o se sospeche de la existencia de una variante de preocupación. Además, se vuelven obligatorias todas las medidas como homologación de vacunas, declaración jurada c19 (que se mantiene en todas las fases), seguros de salud y el doble testeo obligatorio.
Las medidas contempladas en las alertas 2 y 3 serán anunciadas en su momento y apuntan a ser específicas. Se supone que el país no regresaría a un cierre de fronteras total, aunque el manejo político de la pandemia y la presión mediática pueden forzar un cambio de opinión.
En las condiciones actuales (alerta 1), las medidas sanitarias representan un alivio respecto a las estrictas restricciones impuestas sin criterios científicos bajo la administración Piñera. En ese sentido, se espera que los anuncios dados a conocer por el Ministerio de Salud sean el punto de partida para una tardía reactivación. No obstante, considerando la realidad internacional, Chile todavía queda como uno de los países más restrictivos de América.
Un punto preocupante son las políticas establecidas para las alertas 2 y 3 que sin duda tendrán un impacto significativo en la aviación, el turismo como muchos sectores productivos. Considerando la alta tasa de vacunación contra el COVID-19 de Chile que cubre más del 90% de la población, incluso con la inoculación forzada de dosis de refuerzo (necesarias para validar el “Pase de Movilidad”), las alertas 2 y 3 no debieran aplicarse.
Fotografía portada - Ricardo Delpiano