Con el cierre de su última versión, probablemente la más desafiante por toda la coyuntura doméstica e internacional en que se desarrolla, la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE) cumple 42 años de existencia. Un periodo que no sólo se caracteriza por un crecimiento de la muestra por reunir negocios, oportunidades, experiencias y pasión, combinados en un solo lugar. Pese a las adversidades, la aviación vuelve a convocar e integrar a las personas.
FIDAE es la mayor feria de aviación de América Latina. Si bien nace como un evento estrictamente ligado a la defensa, logra transitar hacia otros sectores de la aviación. Sin embargo, por más que lo intenten demostrar sus organizadores (la Fuerza Aérea de Chile), el componente de defensa continúa predominando, al menos en lo que se refiere a la exposición y muestra de aeronaves, sector que con el material aéreo local prácticamente han “salvado” cada evento.
La primera edición de FIDAE se realiza en 1980 en la base aérea El Bosque, al sur de Santiago. Lleva el nombre de Feria Internacional del Aire (FIDA) para conmemorar el cincuentenario de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Tal su éxito que se decide hacerla cada dos años. En 1990, coincidiendo con su sexta edición, se incorpora el rubro espacial para denominarse Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE), nombre que lleva hasta el día de hoy.
Por su crecimiento e interés mundial, FIDAE cambia su locación a la losa del desaparecido aeropuerto Los Cerrillos. El nuevo espacio permite ampliar la muestra hasta 2004, siendo quizás los años más exitosos del evento aeronáutico por la convocatoria, la cantidad de expositores y especialmente la muestra de aeronaves. En 2006, se traslada a la base aérea de Pudahuel, al norte del aeropuerto de Santiago.
Precisamente, son los distintos aviones y helicópteros los que atraen. Desde temprana edad, el ser humano siempre manifiesta su aprecio por las máquinas voladores y no escatima recursos para acercarse a ellas. El sueño de volar siempre está presente en el anhelo. La experiencia de muchos de los asistentes es comparable casi como un partido de fútbol: un punto de encuentro entre personas diferentes con intereses similares y por supuesto pasión.
La pasión es el término correcto para explicar el sentimiento de muchos de los asistentes que los fines de semana se reúnen en torno a la aviación que entrega FIDAE. Si vamos a la definición de ese término, la pasión es lo que nos hace existir, a hacer algo, a hacer que pase, a hacerlo bien. Es un sentido pertenencia que tenemos por algo, eso es la pasión.
Para muchos, FIDA o FIDAE es un cambio de vida. Algunos descubren su pasión por los aviones, otros la afloran mucho más. Otros simplemente descubren su vocación, no sólo en la aeronáutica propiamente tal, sino en los distintos rubros que tiene esta industria que día a día convoca a muchos y que pese a todas las crisis del mundo, se mantiene resiliente.
La versión 42 de la feria llega después de dos años de paralización del mundo. Una pandemia y decisiones políticas que llevan a la aviación prácticamente a una detención completa. A Chile, llega con un país convulsionado y también por errores y dejaciones políticos, marcada por la ceguera de expertos que aseguraban guiar al país hacia “los tiempos mejores”, pero que desde distintas miradas conducen al país hacia otro destino. Pese a esto, la aviación sigue luchando para salir adelante.
Mientras el mundo vuelve a abrir y a conectarse, la guerra se convierte en otra amenaza. Pese a esto, la aviación sigue mirando al futuro. Nuevas formas de volar, la búsqueda de eficiencia y nuevas fuentes de energía y de alternativas para seguir conectando al mundo. Si bien la guerra es algo que nadie desea no se puede negar que representa un impulso para salir adelante. La aviación es testigo de ello gracias a las invenciones, la sofisticación de armas, los sistemas de defensa, la alerta temprana, los materiales modernos, eficiencia y eficacia, inteligencia artificial.
Al realizar un recuento de la historia de FIDAE, esas invenciones son las que se materializan en cada versión. Quien haya asistido a alguna de estos eventos recuerda perfectamente alguna experiencia que marca su vida. Poder estar en la cabina de un avión de última generación, como cuando visita por primera vez el F-15, es un sueño que muchos pueden cumplir en FIDAE y que pese a todo siguen invitando a los niños a soñar con el vuelo.
FIDAE es la fiesta aeronáutica de Chile y América Latina. Es el evento más importante de todo el hemisferio sur, un baluarte que el país debe cuidar hacia la posteridad. No sólo por ser una plataforma de negocios y puerta de entrada al mercado de la región, sino por su contribución al desarrollo nacional, a la creación de una conciencia aeroespacial, pero por sobre todas las cosas por acercar la aviación a la gente.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano