ENAER estrecha lazos con Lockheed Martin y busca reimpulsar el proyecto Pillán II

Con la firma de un memorándum de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), la Empresa Nacional de Aeronáutica (ENAER) estrecha lazos con Lockheed Martin para atender los desafíos inmediatos en temas de mantenimiento de aeronaves estratégicas de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Con esta acción, la empresa aeronáutica chilena demuestra su capacidad para mantenerse vigente en el mercado aéreo y retomar proyectos emblemáticos.

Son dos MOU firmados en la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE) por ENAER. El primero es con Derco Aerospace, filial de Lockheed Martin encargada de proveer mantenimiento y servicios técnicos de sus productos, entre los cuales la reparación de las hélices de los C-130 Hercules y los motores F100 del F-16.

El segundo es con la propia Lockheed Martin con el cual se inician las negociaciones para que ENAER disponga de las certificaciones de mantenimiento de los productos de la empresa estadounidense. La intención de Chile es ingresar en la plataforma Blackhawk que no está incluida entre las certificaciones de ENAER y es indispensable para adjudicar el mantenimiento de la flota de helicópteros S-70i de la FACh.

Pillán II

En FIDAE 2022, ENAER también muestra sus intenciones de retomar el proyecto del Pillán II del cual se conoce sólo una presentación conceptual. Se trata del principal programa del fabricante chileno para reemplazar a las actuales aeronaves en servicio.

El T-35 Pillán es sin dudas el producto “estrella” del fabricante chileno. Se trata de un entrenador básico monomotor, biplaza en tándem, diseñado en la primera década de 1980. En su momento, su construcción responde a la necesidad de FACh de reemplazar a los Beechcraft T-34 Mentor como parte de una solución local en medio de un contexto adverso para el país, especialmente en lo referente a equipamiento para la defensa.

Por sus características, el Pillán califica como un producto exitoso para la industria aeronáutica de Chile. La aeronave está exportada a siete países entre los que están España, Ecuador, República Dominicana, entre otros. En Chile, se encuentra en operación desde 1985 y es parte fundamental de la formación de pilotos de la FACh.

Luego de más de tres décadas de servicio ininterrumpido, urge un reemplazo debido a la antigüedad de los sistemas y el aumento de los costos de mantenimiento a medida que las células y partes de la aeronave llegan al término de sus horas de servicio. ENAER dispone de convenios con la FACh para la mantención de los T-35, sin embargo, la necesidad de renovación comienza a ser una prioridad.

Con el proyecto Pillán II se busca un cambio generacional de los nuevos entrenadores básicos. Prácticamente, implica dejar de lado todos los sistemas análogos para implementar la última tecnología disponible, especialmente en lo que respecta a interfaz en cabina, sistemas de navegación y de comunicación. La intención es colocar a la futura aeronave como un entrenador adaptado para las nuevas generaciones de pilotos de cazas de 5ta generación.

En su propuesta, ENAER apunta a un sistema integral. Se compone de la misma aeronave más un simulador de realidad mixta que emula de manera fidedigna los sistemas. Además, contempla una cabina de crista, sistemas de navegación por instrumentos (IFR), radares meteorológicos, aire acondicionado, entre otros equipamientos. La modernización del Pillán también considera un motor recíproco de cuatro cilindros. A la fecha, sus características se mantienen en reserva.

Si bien el Pillán II sería bastante parecido en su diseño y forma al actual T-35, se trataría prácticamente de una aeronave totalmente nueva. De acuerdo con ENAER, esto se explica por la inclusión de nueva tecnología, cambios en los procesos de fabricación, nuevas interfaces entre el hombre y la máquina, prestaciones y eficiencia.

Fotografía portada - Issan Valenzuela

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