El 18 de marzo, la Administración Nacional del Aire y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), realiza el desplazamiento del cohete lunar más potente construido desde el programa Apolo. Su destino es la plataforma 39B ubicada en el Centro Espacial Kennedy y su objetivo volver a poner al ser humano en la Luna.
El cohete es uno de los primeros del programa SLS (Space Lunch System). NASA prepara su lanzamiento junto a la cápsula Orión que llevará a la tripulación hacia la Luna para un vuelo de prueba. Es mucho más potente que el Saturno V usado para las misiones Apolo.
Se trata del puntapié inicial del programa Artemis. Se espera que el vuelo de prueba abra nuevos caminos en los próximos años para los lanzamientos de tripulaciones los que deben finalizar con los aterrizajes en la Luna al final de la década.
El cohete, de 98 metros de altura, sale del edificio de ensamblaje de vehículos “High Bay 3” el día anterior. Para el traslado hasta la zona de lanzamiento, se utiliza el mecanismo de la antigua “oruga”, un vehículo-base encargado de transportar las naves espaciales desde la década de 1960.
Las “orugas” están modificadas para soportar el peso de los nuevos cohetes del programa. Para atender los nuevos requerimientos, los técnicos reemplazan los rodillos y los rodamientos se modifican para movilizar mayor carga. En el vehículo se incluyen también un nuevo sistema de lubricación, cilindros de elevación y nivelación, un nuevo sistema de control y monitorio de conductor, frenos y un reacondicionamiento para las cajas de engranajes y engranajes de la oruga. Todo está destinado para extender la vida útil por unos 20 años más.
Con el SLS y la capsula Orión en plataforma, los equipos de tierra comienzan con los preparativos para el ensayo general y una simulación en la cuenta regresiva para el lanzamiento a principios de abril. Las actividades consideran el suministro de hidrógeno líquido y propulsores de oxígeno liquido para la sección central, desarrollada por Boeing, y la sección superior, diseñada por United Launch Alliance (ULA).
La fecha estimada del lanzamiento se fija para mayo. Sin embargo y según últimos comunicados de NASA, se estima que no ocurra antes de junio. No se descarta que existan nuevos cambios dependiendo de los resultados de las pruebas como en la preparación del lanzamiento. La misión tiene una duración estimada de 10 días, pero puede cambiar por el ciclo lunar de un mes.
Posterior al ensayo general, se estima que el SLS vuelva al área de ensamblaje para los preparativos del lanzamiento oficial Artemis I. Se espera que los vuelos orbitales en la Luna se concreten a fines de 2022 o a comienzos de 2023.
El ensayo esta programado para el 03 de abril, se realizará una cuenta regresiva. La actividad tiene contemplado una detención a los T-10 segundos, justo antes que los cuatro motores principales, RS-25, se enciendan. Luego los equipos terrestres deben drenar los líquidos del cohete para regresar al área de ensamblaje el 11 de abril, siempre y cuando, el ensayo se lleve a cabo sin ningún percance.
El vuelo de prueba del SLS es un proyecto que comienza en 2011, cuando el Congreso de los Estados Unidos ordena a la NASA diseñar y construir un cohete más grande, reutilizando tecnología sobrante de la flota de transbordadores retirados. Previamente, la agencia espacial ya otorga a Lockheed Martin el desarrollo de la capsula Orión en 2006, pero para otro programa denominado Constellation Moon, cancelado en 2010 y reemplazado por Artemis.
La NASA logra mantener vivo el programa Orión debido a dos importantes reestructuraciones de los esfuerzos de exploración en lo profundo de la agencia. El primero ocurre bajo la administración de Obama, cuando el Congreso y la Casa Blanca acuerdan centrar el enfoque en NASA para una misión humana a Marte, con una exploración tripulada adicional a un asteroide. El segundo, se da bajo Donald Trump que decide cambiar la misión hacia la exploración espacial y regreso del ser humano a la Luna.
Pese a los cambios, el proyecto Orión logra salir a adelante. El gasto en este proyecto alcanza a la fecha los US$12,8 mil millones en el desarrollo de la nave en 2012, y adicionalmente US$6,3 millones comprometidos con el programa de la década anterior.
Artemis I se convertirá en el segundo vuelo de la capsula espacial Orión y es la primera misión espacial a la Luna. Además es el primer vuelo del modulo construido en Europa de la nave espacial que proporciona electricidad y propulsión a la capsula en el espacio profundo.
El programa lleva el nombre de Artemis en honor a la diosa griega Artemisa, hermana de Apolo. De esta manera, se establece una continuidad simbólica con las misiones espaciales de las décadas de 1960 y 1970.
De acuerdo con los datos de la NASA, desde 2012 se han destinado US$18,1 mil millones para el programa SLS y otros US$4,8 mil millones para la infraestructura terrestre para las misiones en el Centro Espacial Kennedy del cohete y de la cápsula tripulada.
Fotografía portada – NASA