Con el fin de continuar en la renovación de su flota, Delta estaría en conversaciones con Boeing para comprar 100 B737 MAX, pedido que podría concretarse en abril. En 2020, trascendidos en la industria indican que las conversaciones se habrían iniciado en 2020, cuando la aeronave todavía no conseguía su aprobación para el retorno al servicio y aparecen oportunidades con pedidos cancelados por otros operadores.
Según reporta Reuters (18/02/2022), no estaría definido el modelo, pero podría incluir al B737 MAX 10 el de mayor capacidad de la familia de pasillo único y que todavía se encuentra en proceso de desarrollo. Delta actualmente opera las versiones B737-800 y -900ER, por lo que pedido también puede considerar a los MAX 8 y MAX 9, sus respectivos reemplazos. Actualmente, la línea aérea cuenta 77 B737-800 y 130 B737-900ER.
El B737 MAX 10 nace como la última respuesta de Boeing para competir en rutas medias contra Airbus y su A321neo ante la incapacidad de desarrollar un nuevo modelo de avión. De acuerdo con datos del fabricante, puede transportar hasta 230 pasajeros en clase única o hasta 188 pasajeros en dos clases, con una reducción de emisiones de 14% y 50% menos de ruido en comparación con los B737 Next Generation.
La propuesta de Boeing con el MAX 10 es ofrecer al mercado aéreo una alternativa inmediata frente al A321neo, pero sin necesidad de incrementar sus costos en lo que respecta a modificaciones adicionales o la construcción de un nuevo avión. Para ello, aprovecha el desarrollo del B737 MAX para extender la célula del fuselaje en 1,67 con respecto al MAX 9 para quedar en un avión de 43,8 metros de largo y se incorpora un tanque auxiliar dando al MAX 10 un alcance de 3.215 millas náuticas (5.960 kilómetros).
El fabricante estadounidense se encuentra en conversaciones con la autoridad aeronáutica para conseguir la certificación del B737 MAX 10. La intención es conseguirla antes de que cambie la normativa a fin de lograr un proceso más expedito, pero de ser así, podría enfrentar al fantasma de controversias asociadas -y aún presentes- a todo el primer proceso de desarrollo y certificación de la familia MAX, incluyendo los dos accidentes que motivan la paralización por más de dos años.
El B737 MAX 10 en Delta sería más una alternativa para complementar a los a los B737-900ER o incluso renovar a algunos de los B737-800 más antiguos en el caso de apostar por un crecimiento del tráfico de pasajeros para los próximos años (lo que justificaría un crecimiento en la cantidad de asientos). También podría reemplazar a algunos B757-200 aunque con menores prestaciones, aunque para ello tiene el pedido de 155 A321neo con 70 opciones de compra adicionales. A fecha de hoy, la línea aérea con sede en Atlanta posee 96 B757-200 en servicio (de un total de 111), además de 15 B757-300 (de un total de 16).
A diferencia de sus competidoras más directas como American Airlines o United, Delta no utiliza sus aviones de fuselaje angosto en rutas trasatlánticas, salvo algunas excepciones como Islandia con el B757-200, previo a la pandemia. Los B737 y B757 están asignados a tramos domésticos e internacionales (rutas medias) dentro de América donde las prestaciones del MAX encajan perfectamente.
Sin embargo, con la competencia por volar rutas medias -incluyendo las trasatlánticas- con la nueva generación de aviones de pasillo único, Delta no descartaría utilizar al B737 MAX o un A321neo en esas rutas. Hoy, la compañía opera 127 A321 en rutas domésticas.
Si se firma el acuerdo de compra, sería el primer pedido de Delta con Boeing después de una década y podría revertir las relaciones entre ambas partes, que según fuentes de la industria, “estarían desgastadas”. En los últimos años, Delta viene renovando su flota prácticamente con aviones Airbus con el A321/A321neo, A330-300/-900, y A350-900.
Fotografía portada – Boeing