En medio de las estrictas medidas político-sanitarias que continúan imponiéndose a la población por parte del Estado, el accidente del vuelo MU5735 coloca a China Eastern en un complejo escenario. A las pérdidas millonarias por más de dos años de restricciones de viaje, se agrega las consecuencias que puedan venir tras el accidente en la región de Guangxi, al menos hasta que no se aclaran las causas.
El 21 de marzo, un Boeing 737-800 de China Eastern (registro B-1791) que cubre el vuelo MU5735 entre Kumming y Guangzhou se estrella a 130 millas náuticas al oeste de su destino. Los primeros registros confirman que la aeronave se encontraba en descenso cruzando los 29.100 pies (FL291) cuando repentinamente cae e impacta contra el suelo en un terreno montañoso. Fallecen los 123 pasajeros y nueve tripulantes a bordo.
La Autoridad de Aviación Civil de China (CAAC, por sus siglas en inglés) confirma que la aeronave se estrella tras perder el contacto en Wuzhou. Para esclarecer las causas, abre una investigación sobre el accidente. Por ser una aeronave estadounidense, la Junta de Seguridad en el Transporte (NTSB) designa un representante acreditado, uniéndose a Boeing y a CFM International, fabricante de los motores.
Se trata del primer y más grave accidente en los últimos 12 años en China. El B737-800 involucrado es una aeronave nueva con una edad promedio de seis años. Si bien el accidente no debe confundirse con los sucesos del B737 MAX -dado que corresponde a otro modelo de aeronave y distinta tecnología-, la compañía paraliza desde el martes toda su flota de B737-800.
De acuerdo con los registros de la industria, China Eastern Group posee 277 B737 Next Generation de los cuales 52 corresponden a B737-700 y 225 a B737-800. De esas aeronaves, China Eastern opera 39 B737-700 y 108 B737-800, el resto están en las flotas de compañías subsidiarias que siguen la estructura de administración de las líneas aéreas chinas.
La paralización de la flota de B737-800 por parte de China Eastern es significativa. Con 24,6% del mercado mundial, China es el mayor operador de este modelo, seguido de Norteamérica (principalmente los Estados Unidos) el 22,8%. La línea aérea involucrada en el accidente está entre los principales operadores chinos junto con China Southern y Xiamen Airlines que tienen 133 y 120 aparatos, respectivamente.
China cuenta con un excelente récord de seguridad que responde al estricto control de sus autoridades, así como la inversión que el Estado realiza en los últimos años modernizar las flotas de sus líneas aéreas con aviones nuevos de fábrica de Airbus y de Boeing, principalmente. Antes de las restricciones por COVID-19, el país opera alrededor de 10.000 vuelos domésticos diarios con distintos tipos de aeronaves.
Para China Eastern detener su flota implica fuertes pérdidas que se suman a las provocadas por las propias restricciones del Estado con múltiples imposiciones de cuarentenas -tanto domésticas como a los que llegan desde el extranjero- que restringen la demanda e impiden reactivar. Aún cuando el tráfico aéreo chino es alto en comparación a otros mercados, los niveles están muy por debajo de 2019.
Los últimos datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) muestran que enero 2022, el tráfico doméstico (RPK) en la República Popular China está con una caída de 0,1% respecto al mismo mes de 2021. La capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK), se encuentra 3,2% por encima de enero 2021. Sin embargo, son muy inferiores a 2019. El factor de ocupación de las líneas aéreas chinas en promedio es bajo alcanzando al 60,6%.
Como consecuencia de las múltiples restricciones, China Eastern pronostica pérdidas de hasta US$2.100 millones para 2021, las que se suman a los US$1.851 millones de pérdidas de 2020. Si bien la compañía pertenece al estado, las finanzas son un tema importante como en cualquier empresa.
Se espera que la paralización temporal de la flota de B737-800 y las numerosas cancelaciones de vuelos producto de una flota altamente utilizada aporten más pérdidas para el primer y segundo trimestre 2022. El impacto principal del accidente está en los plazos más inmediatos, no así en el mediano y largo plazo.
Fotografía portada - China Eastern