Al realizar un balance de seguridad en las líneas aéreas, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) resalta una mejora significativa en distintos aspectos relacionados con la seguridad como los accidentes. Sin embargo, para la industria aérea el escenario todavía presenta desafíos a corto plazo, especialmente con el reintegro de las tripulaciones en un escenario altamente volátil.
“La seguridad es siempre nuestra máxima prioridad. La severa reducción en el número de vuelos el año pasado en comparación con el promedio de cinco años magnificó el impacto de cada accidente cuando calculamos las tasas”, comenta Willie Walsh, director general de IATA.
En 2021, IATA informa una tasa de 1,01 o un accidente por cada 0,99 millones de vuelos lo que se traduce en mejora respecto a 2020 con una tasa de 1,58 o un accidente de cada 0,63 millones de vuelos. Las tasas se reducen para los operadores miembros de la Asociación a 0,44 para 2021 y 0,77 para 2020.
Durante el último año se producen 26 accidentes en comparación con los 35 en 2020. En los últimos cinco años (2017-2021), el promedio de accidentes alcanza a 44,2. Si bien el número de accidentes en 2021 es menor al de años anteriores no deja de ser preocupante considerando la disminución de operaciones producto de la pandemia. En ese contexto, un accidente con pérdidas fatales tiene un mayor impacto.
Al respecto, IATA explica que el riesgo de muerte en 2021 a una tasa de 0,23 responde al aumento de accidente con un avión turbohélice, mientras que la tasa de fatalidad en aviones jet es de 0,04 lo que representa una mejora en los últimos cinco años. La tasa de fatalidad de 0,23 significa que una persona necesitaría tomar un vuelo todos los días durante 10.078 años para estar involucrada en un accidente con al menos una muerte.
“Las operaciones en turbohélice serán un área de enfoque para identificar formas y medios para reducir la cantidad de incidentes relacionados con ciertos tipos de aeronaves”, anticipa el director de IATA. Las regiones con mayores desafíos en este aspecto son África y la llamada Comunidad de Estados Independientes (CEI) en Asia Central.
Los datos muestran que la aviación aún en la mayor crisis de su historia es una industria segura. Sin embargo, esta percepción reafirmada con evidencia científica no exime de desafíos y de responsabilidades mancomunadas para prevenir incidentes y accidentes.
Durante la pandemia, uno de los aspectos más preocupantes guarda relación con el estado de las tripulaciones de vuelo que vuelven al servicio después de meses de estar fuera de la cabina de mando. Si bien las líneas aéreas invierten en capacitación y entrenamiento para minimizar cualquier riesgo distintos reportes advierten de que los pilotos son más propensos a cometer errores en fases críticas producto de estar meses fuera de los mandos.
Por ejemplo, ya en julio de 2020, la propia IATA advierte de un creciente número de aproximaciones desestabilizadas fuera de los parámetros establecidos. Los casos llegan al doble en comparación a los incidentes reportados previos a la pandemia. Paralelamente, aparecen informes similares en todo el mundo de organizaciones y gremios ligados a la aviación, especialmente aquellos que se refieren a la seguridad. Uno de los más importantes, es el Sistema de Informes de Seguridad de Aviación de la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA por sus siglas en inglés) en el cual las tripulaciones pueden reportar incidentes de forma anónima, para su discusión y aprendizaje.
Una de las advertencias que se hacen respecto a las tripulaciones que permanecen fuera de vuelo por un largo tiempo es la pérdida de la conciencia situacional, la eficiencia en toma de decisiones y resolución de problemas. Si bien el retorno a los empleos es sumamente positivo, el contexto está obligando a reforzar y enfatizar aspectos más allá de lo estrictamente operacional, todo en medio de un escenario altamente volátil. Por lo mismo, el tema no debe ser abordado a la rápida y menos un enfoque estrictamente comercial.
“Está claro que tenemos mucho trabajo por delante para llevar todas las regiones y tipos de operaciones a niveles globales de desempeño en seguridad”, puntualiza Walsh.
Fotografía portada – Munich Airport