Ucrania busca recuperar al Antonov An225, pero su futuro es altamente incierto

Asumiendo finalmente una destrucción, el consorcio estatal de Ucrania encargado de fabricar equipos industriales y militares, Ukroboronprom, señala que el Antonov An225 Mriya se recuperará. Si bien no queda claro si el proceso considera una reparación de los daños de la aeronave o de la fabricación de una nueva, establece un costo de al menos US$3 mil millones y que tomará “varios años”.

La empresa estatal confirma que al momento del ataque ruso la aeronave se encuentra en el aeropuerto de Hostomel por trabajos de mantenimiento lo que le impide abandonar el país antes del conflicto. Cabe recordar que medio de informaciones y contra informaciones, las primeras versiones señalan que el avión logra salir del país lo que es reafirmado por el jefe de pilotos de Antonov Airlines. Sin embargo, al poco tiempo la incertidumbre de su estado vuelve hasta que se confirman sus daños y/o destrucción.

“Rusia ha golpeado al Mriya, símbolo de las capacidades de aviación de Ucrania. El An-225 Mriya, es el avión más grande del mundo con récord para el transporte de carga comercial. Desafortunadamente, estas opciones se perdieron, sin embargo, definitivamente se restaurarán”, señala Ukroboronprom. “Los ocupantes (del país) destruyeron el avión, pero no podrán nuestro sueño común. Mriya definitivamente renacerá”.

Ucrania busca que todos los costos de la reparación o la fabricación de una nueva aeronave sean asumidos por Rusia. Sin embargo, las declaraciones sólo representan un anhelo de esperanza como parte de la propaganda ucraniana para mantener alta la moral frente al conflicto.

“Rusia ha destruido nuestro Mriya, pero el sueño de Ucrania de liberarse de su ocupación no puede destruirse. Lucharemos por nuestra tierra y nuestro hogar hasta vencer. Y después de la victoria, definitivamente terminaremos nuestro nuevo Mriya”, declara Yuriy Husyev, director general de Ukroboronprom.

La idea de recuperar del An225 representa a la fecha una intención de un país, más que una realidad. Más allá de un conflicto que recién empieza y el desconocimiento de la fecha y las condiciones de término, existen distintas variables a considerar para recuperar la aeronave.

En primer término, Antonov fabrica el An225 en un contexto muy distinto al actual. Diseñado en la década de 1980 para apoyar el programa espacial de la ex Unión Soviética, la disponibilidad de los recursos es diferente bajo la realidad actual en un país que tendrá otra serie de prioridades una vez terminada la guerra. Si bien Ucrania quiere que Rusia asuma los costos, es poco probable que esto ocurra, al menos bajo una administración de Vladimir Putin.

Si bien el An225 tiene un nicho muy específico como atender la demanda de carga de grandes dimensiones, también está en duda si realmente ese mercado es suficiente para justificar la inversión que requiere la recuperación de la aeronave. Pese a ello, y con un criterio político-moral que podría imponerse, la industria de carga probablemente termine beneficiándose del programa del nuevo Mriya. Mientras tanto, su aporte en capacidad será compensada por equipos de menores dimensiones como los An124, Boeing 747-400F/8F o Ilyushin Il-76.

Otro factor no menor es el estado en que se encuentra la industria aérea ucraniana, ya afectada desde el fin de la ex Unión Soviética. Si bien Antonov tiene una larga tradición en la historia de la aviación y logra desarrollar nuevos aviones en las últimas décadas, entre los que están el An148, An158 y An178, ninguno de los programas logra tener un impacto en los mercados. Al igual que los An124 y An225, los equipos desarrollados atienden nichos gestionados más por relaciones político-estratégicas que estrictamente comerciales.

Independiente de todo lo anterior, una recuperación del An225 Mriya puede ser la instancia adecuada para realizar una adecuada actualización de la aeronave, tanto en lo que respecta a fabricación, eficiencia operativa, incluyendo el consumo de combustible, y prestaciones, por mencionar algunos aspectos. De esta manera, la actual crisis podría transformarse en una oportunidad.

El An225 destruido se caracteriza por un largo de 84 metros, una envergadura de 88,4 metros y 18,1 metros de alto. Está equipado por seis motores turbofan ZMKD Progress D-18 con 229,5 Kg. de empuje. El alcance máximo del avión es de 2.600 millas náuticas o 4.000 kilómetros a máxima carga (253 toneladas), pero vacío puede recorrer más de 8.300 mn. o 15.400 Km. Con un peso máximo de despegue (MTOW) de 640.000 kilos, el decolaje lo consigue tras recorrer 3.500 metros.

El apodo “Mriya” en ucraniano significa “sueño o inspiración”. La denominación se la otorga por todo lo que representa su fabricación.

Fotografía portada – FlyRosta / Antonov Airlines

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