Crisis Rusia – Ucrania amenaza la recuperación de la aviación

Mientras las líneas aéreas y los aeropuertos todavía no se recuperan de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 y las medidas políticas adoptadas por los Gobiernos, llega la invasión de Rusia a Ucrania. Si bien el conflicto tiene aún un impacto específico, las consecuencias ya se perciben de carácter global lo que pone en riesgo la recuperación de la aviación.

La crisis Rusia – Ucrania vuelve a poner en evidencia de que las amenazas del mundo moderno por muy local que estas sean tienen consecuencias globales. Con los primeros ataques, las bolsas de comercio caen tras la apertura y se espera un aumento en los precios del gas y del petróleo de manera significativa, además de poner en riesgo el suministro de materias primas.

La conectividad aérea ya está afectada. Primero, directamente con Ucrania con el cierre de su espacio aéreo para todo el tráfico aéreo civil en todos los niveles de vuelo, lo que deja al país aislado, mientras que las líneas aéreas que cruzan por su territorio deben desviarse incrementando los costos de operación. Ucrania es uno de los países utilizados para las rutas entre Europa y parte de Asia, así como el tráfico Norte-Sur entre Rusia y los países del golfo Pérsico, principalmente.

Ukraine International Airlines (UIA) tiene sus vuelos suspendidos. La invasión rusa le afecta en sus proyecciones de verano que considera la reanudación de los vuelos de ultra alcance entre Kiev y Nueva York (JFK), además de volar a Toronto. En paralelo, la mayoría de los operadores comerciales dejan de volar a Ucrania luego de que muchas aseguradoras retiran sus coberturas ante las amenazas de un ataque -que se concreta- por parte de Rusia. No se sabe hasta cuando esta situación pueda extenderse.

Con una menor capacidad de flota y un nuevo golpe a sus finanzas, UIA probablemente reanude sus vuelos más debilitada. El resto de las líneas aéreas que operan en Kiev, principalmente, cuentan con mayor capacidad disponible y están con una relativa mejor situación para atender la demanda cuando las operaciones militares se detengan. Los principales operadores que pueden tomar protagonismo son Air France – KLM, Aeroflot, Lufthansa Group, Emirates, flydubai, Qatar Airways, Ryanair, Turkish Airlines, Wizz Air, entre otras.

Otro punto preocupante es el alza en el precio del petróleo. Se trata de un escenario asumido por la industria para este año, de acuerdo con la encuesta de confianza del negocio realizada en diciembre 2021 y enero 2022 por parte de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Sin embargo, no considera la posibilidad de que un ataque ruso a Ucrania se materialice. En la jornada del 24 de febrero, el valor del crudo supera los US$100. De mantenerse el conflicto en el tiempo se espera un incremento importante que afectará la estructura de costos y las finanzas de las líneas aéreas.

Como tercer factor son las sanciones que los países de Occidente, principalmente, pueden tomar contra Rusia. Tras el ataque, Rusia ya bloquea los vuelos comerciales hacia y desde Ucrania. Como represalia, el Reino Unido prohíbe temporalmente a Aeroflot operar en su territorio y puede que otros países de Europa adopten medidas similares. De ocurrir, se arriesgan que Rusia impida que líneas aéreas de aquellos países que los sancionan tampoco vuelo por su territorio. Si ocurre, la medida afectaría las rutas hacia Asia como China, Corea del Sur o Japón, algunos de los mercados más importantes en esa región.

Airbus A350-900 de Aeroflot. Fotografía – Airbus

La industria aérea no está dispuesta a arriesgar una situación como el derribo de un vuelo comercial como el Malaysia Airlines MH17 en 2014, abatido por misiles lanzados de grupos rebeldes pro-rusos cuando sobrevuela la región del Donbas. Las compañías aéreas están evitando el espacio aéreo ucraniano atendiendo las directrices emitidas por las autoridades aeronáuticas.

Si el conflicto aumenta, no se debe descartar un reforzamiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos. Si bien es poco probable, no se debe ser descartado, al menos en ciertas rutas que conectan Rusia y Ucrania, suponiendo posibles acciones de grupos radicales ya sea en ataque o represalias.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) califica el escenario como significativamente triste para el mundo. En representación de las líneas aéreas responsables del 82% del tráfico mundial de pasajeros en el mundo, espera que los líderes políticos logren una solución pronta y lo más pacífica posible al conflicto.

“IATA está ayudando a facilitar a las líneas aéreas toda información relevante y oportuna de parte de los Gobiernos y organizaciones no gubernamentales para apoyarlas en sus operaciones alrededor del espacio aéreo cerrado de Ucrania y algunas partes de Rusia”, dice Willie Walsh, director general de la Asociación.

El Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) a través de su oficina en Europa (ACI-Europa) indica que el conflicto entre Rusia y Ucrania comienza a generar efectos en la aviación. El cierre del espacio aéreo tiene implicancias para los vuelos, los pasajeros y los aeropuertos. “Esos aeropuertos que están en el corazón de la zona de conflicto están críticamente impactados en sus operaciones, en su personal y en las familias que están en un entorno cambiante”, expresa Olivier Jankovec, director de ACI-Europa. Resalta que la seguridad de los aeropuertos como del personal es la prioridad principal.

Finalmente, está todo el impacto en la cadena de producción. Rusia suministra titanio y otros metales para la fabricación de aeronaves y componentes. En el Singapore Air Show 2022 realizado a mediados de febrero, la industria descarta un impacto inmediato.

Christian Scherer, director Comercial de Airbus, resta importancia en esa oportunidad de un gran impacto en la producción. “No estamos preocupados por el tema”, dice. Algo similar ocurre con Safran al asegurar que tiene reservas de metal para la fabricación de motores para varios meses. En los Estados Unidos, fuentes de la industria también indican que Boeing estaría en una situación similar.

La crisis de Rusia-Ucrania es una muestra de la volatilidad de los escenarios globales. A diferencia de 2020 y 2021, cuando el COVID-19 pareciera ser la única prioridad -al menos visualizada-, las aperturas muestran que otros asuntos del sistema internacional siguen presentes y amenazan con inyectar más presión tanto a la aviación como a otras industrias.

Fotografía portada – Boryspil Airport

Destacados

Noticias Relacionadas