Ante la movilización de las fuerzas militares de Rusia en su territorio, Ucrania establece el cierre de su espacio aéreo para todo tráfico aéreo civil. La decisión marca un punto de inflexión en la comunicación del gobierno de ese país, que hasta el 23 de febrero, intenta mostrar un escenario de seguridad y calma.
Previo al amanecer de hoy 24 de febrero, Rusia realiza un gran despliegue militar en distintos puntos de Ucrania con bombardeos en al menos cinco puntos estratégicos del país. Según la Embajada de los Estados Unidos en la capital y reportes de prensa, las ciudades afectadas son Kiev, Kharkiv, Odesa, Ivano-Frankivsk y Mariupol.
Por su parte, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) declara el espacio aéreo ucraniano como una zona en conflicto. De acuerdo con la última información aeronáutica para ese país, la medida afecta a los FIRs de Lviv, Kiev, Dniepropetrovsk, Simferópol y Odesa, para todos los niveles de vuelo y alrededor de 100 millas náuticas dentro de las fronteras de Belarús y Rusia que rodean Ucrania.
La autoridad aeronáutica europea indica que todos los operadores deben tener en cuenta esta y otras informaciones relevantes junto con cualquier guía o directriz disponible, según corresponda. Además, recomienda realizar sus propias evaluaciones de riesgo al decidir si operar o no en el espacio aéreo de Ucrania, así como aterrizar o despegar desde los aeropuertos de ese país.
EASA declara que la situación es altamente volátil y está sujeta a cambios rápidos. Por lo mismo, monitoreará el desarrollo del conflicto y ajustará la información aeronáutica, así como toda recomendación según corresponda.
La operación rusa comienza con ataques de misiles crucero y cohetes. Los primeros blancos son los aeropuertos y bases aéreas con el objetivo de neutralizar a la Fuerza Aérea Ucraniana, especialmente aquellas que albergan los escuadrones de aviones caza como MiG-29 o Sukhoi Su-27 y sistemas de defensa antiaéreos. Posteriormente, sigue un despliegue terrestre con tanques y artillería que cruza las fronteras Norte, Este y Sur del país.
El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, justifica la acción con el objetivo de desmilitarizar a Ucrania. Desde su perspectiva, pretende poner freno a lo que considera una “invasión” de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y sus aliados en la frontera de Rusia. En su discurso desde Moscú, apela a “proteger la región” donde se emplazan las repúblicas separatistas reconocidas a principios de esta semana.
Los líderes políticos de países de Occidente responden con sanciones económicas contra Rusia en respuesta a las acciones militares realizadas. Se espera que otras medidas se discutan hoy por parte de los países del G7.
Al otro lado del Atlántico, el Presidente los de Estados Unidos, Joe Biden, acusa a Putin de lanzar una ataque no provocado y apostar por una “guerra premeditada” provocará pérdidas catastróficas. Advierte que “el mundo hará que Rusia rinda cuentas”.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, insta a Rusia a detener todos los ataques contra Ucrania. Desde su perspectiva, califica la invasión como una violación del derecho internacional y una amenaza seria para la seguridad de Europa como de los países del Atlántico.
Mientras la población de Kiev, como de otras ciudades, busca refugio en zonas cerca de la frontera con Polonia y de las bases de la OTAN, el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, impone una ley marcial en el país. Describe la operación rusa como una “invasión engañosa y cínica totalmente injustificada”, agregando que el país mantendrá y luchará por su independencia.
El conflicto es considerado como la mayor escalada militar desde la Segunda Guerra Mundial. La invasión rusa continúa generando inestabilidad en la zona conformada por parte de los países incluidos en la ex Unión Soviética. Como toda amenaza a la seguridad moderna, se esperan consecuencias de distinta índole a nivel global.
Fotografía portada – Ministerio de Defensa de Ucrania