Sin ayuda de OTAN, Ucrania está destinada a perder en los cielos

Las tensiones entre Ucrania y Rusia están lejos de disminuir. En las últimas jornadas, se ve un despliegue importante por parte de ambos lados. Rusia, sin duda, es el actor más fuerte en un eventual conflicto por su amplio arsenal, posición estratégica y como potencia hegemónica.

Suponiendo un eventual conflicto, llama la atención los medios con los que contaría Ucrania para enfrentar a Rusia. Esto considerando que la mayoría de su arsenal es heredado de la ex Unión Soviética.

Fuerza Aérea en la década de 1980

Desde su separación de la ex Unión Soviética, Ucrania vive en una estabilidad económica que merma su capacidad de modernizar sus Fuerzas Armadas al estándar requerido para su situación geopolítica, especialmente su Fuerza Aérea. Si bien en el ámbito de transporte táctico y estratégico suple las necesidades cotidianas de un país en tiempos de paz, parece no ser suficiente para un conflicto bélico.

El combate aéreo es un área crucial donde Ucrania demuestra una brecha importante a nivel tecnológico, tanto en superioridad aérea como de intercepción y defensa de zonas claves. Las principales aeronaves de combate son sus cazabombarderos Sukhoi Su-24, Su-25, Su-27 y MiG-29. También se puede considerar como fuerza bélica los L-39 Albatross de entrenamiento avanzado y ataque ligero.

En todos los casos anteriormente mencionados se trata de las primeras versiones producidas en masa en las últimas décadas del siglo XX. Ninguna cuenta con una modernización efectiva que logre rivalizar con el arsenal ruso actual. A favor de Ucrania, está la cantidad de material disponible.

Según el reporte de Fuerzas Aéreas del mundo de 2022 realizado por Flight International, Ucrania dispone de un total de 51 MiG-29; 12 Su-24; 17 Su-25; 32 Su-27 y 47 L-39, contabilizando un total de 159 aeronaves de combate de ala fija. El número es un aproximado según las fuentes oficiales y especializadas en el rubro, pero de todas maneras existe un margen de error fundamentado principalmente por el cada vez más recortado presupuesto para las Fuerzas Armadas. En consecuencia, se infiere que dicha flota se encuentre en su totalidad en condiciones de vuelo.

Otro punto importante a tomar en cuenta es la merma de personal calificado para una operación óptima de los aparatos. Esto incluye a personal de tierra como pilotos, escasos a raíz del desencanto de la población ucraniana hacia las Fuerzas Armadas por la crisis política vivida en 2014. Además, las fuerzas registran un considerable número de deserciones en los últimos años.

El problema

Al realizar una comparación basada en un análisis objetivo, se puede considerar que la situación de Ucrania frente a otros países con un gasto bélico similar es altamente prominente. No obstante, no es suficiente al compararla con Rusia.

Para brindar la superioridad aérea en los tiempos modernos es indispensable un trabajo de coordinación formidable, el lograr una estructura de trabajo que permita la fluidez de las operaciones aéreas y tiempos de respuesta rápidos. Ucrania dispone de estos aspectos, pero no al nivel requerido.

En ese sentido, urge un estudio previo del enemigo para así identificar los medios necesarios para llevar a cabo la misión requerida como, por ejemplo, un sistema de procesamiento de datos que permita la instantaneidad del flujo de la información a través de las distintas unidades en el teatro de operaciones. Las aeronaves de combate de alerta temprana y control (AEW&C, por sus siglas en inglés) como los con tecnología electrónica (ELINT) pueden ser de gran utilidad para recabar la mayor cantidad de información posible. Asimismo, los cazas deben estar equipados con los sistemas apropiados para el procesamiento de datos, lo que no poseen los aviones ucranianos de primera línea.

La tecnología usada en los MiG-29 y Su-27 ucranianos es la de la década de 1980. Incluyen configuraciones y tecnología de la ex Unión Soviética que no llegan a exportarse. Por lo tanto, Rusia las conoce mejor que nadie y es el país que logra desarrollarlas. Prueba de ello, son las evoluciones de los programas Su-27 al Su-35S, cuya versión Flanker está equipada para la guerra electrónica, armamento BVR, sistemas de procesamiento de datos a la vanguardia, radar tipo AESA, empuje vectorial, entre otros.

Ucrania tiene la enorme desventaja de ser la misma Fuerza Aérea que los rusos ven la década de 1980. No existe nada en el arsenal ucraniano que pueda tomar por sorpresa. Por lo tanto, sin la intervención de los países de la Organización del Atlántico Norte, Ucrania pierde en el aire.

Zona clave

Indiscutiblemente, Rusia es una de las principales potencias militares del mundo. En algunos casos, es considerada a la par de los Estados Unidos en la zona euroasiática, su zona de influencia más directa entre los países y zonas geográficas que antes conforman la ex Unión Soviética.

Rusia sigue con la convicción de disponer de aliados estratégicos que le permitan una posición favorable frente a los potenciales enemigos, principalmente desde Occidente. Cabe considerar que el gobierno durante la última busca aumentar su influencia en esas regiones. Por lo mismo, Ucrania es un punto clave, además de ser una de las ex repúblicas soviéticas más desarrolladas que limita directamente con Europa.

Cualquier acción con Ucrania es considerada como una amenaza para Occidente, pero también para las movilizaciones separatistas en la zona sean anti o pro-rusas, lo que aumentaría la inestabilidad en la zona como ocurre en 2014.

Fotografía portada – Ministerio de Defensa de Ucrania

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