Con la confirmación de la compra de tres aviones de alerta temprana Boeing E-3D Sentry por parte de Chile a la Real Fuerza del Reino Unido (RAF), surge la interrogante de la utilidad de estos aviones en un país que no participa directamente en conflictos bélicos. Estos cuestionamientos tienen lógica desde el punto de vista de la población, cuando la operación de este tipo de aeronaves no es tan expuesta a la luz pública. Las nuevas amenazas a la seguridad global y las capacidades previamente adquiridas por la Fuerza Aérea de Chile (FACh) son sólo algunos aspectos que permiten entender la importancia de contar con estas aeronaves.
A diferencia de lo que ocurre con el EB-707 “Cóndor”, avión único en su clase, Chile dispondrá por primera vez de tres aeronaves del mismo modelo – aunque fuentes indican que una de las unidades será usada como repuesto, dejando dos en servicio activo -. Lo anterior, le permite tener una mayor capacidad de despliegue y cobertura a lo largo del extenso territorio.
La oportunidad que se presenta es única para el país considerando las inminentes necesidades de renovación del material que dispone FACh en su inventario. Lo anterior, considerando las pocas unidades de este tipo de aeronaves disponibles en el mercado de segunda mano, en caso que no se puedan adquirir unidades nuevas, y sumado a que este tipo de tecnologías sólo está disponible solo para algunos países.
AWACS es la denominación que se le da a las aeronaves que poseen un sistema de control y advertencia aérea o alerta temprana (acrónimo de Airborne Warning and Control System). Entre sus misiones que pueden llevar a cabo en tiempos de paz se considera:
Alerta temprana
Es la característica más notoria para este tipo de aeronaves. Principalmente, por su equipamiento con radares de gran potencia, sean del tipo PESA o AESA. Los aviones AWACS realizan un escaneo del escenario de operaciones en búsqueda de vehículos aéreos, marítimos y terrestres con la finalidad de tener la mayor cantidad de datos en tiempo real de su ubicación, vectores, velocidad, altitud e identificación. Con esto, se mantiene la “trama de datos” hacia los operadores de mando y control de manera instantánea. El avión se convierte en los ojos en el cielo para los estrategas.
Ante el surgimiento de nuevas amenazas a la seguridad global principalmente con el uso y disponibilidad de nuevas tecnologías, la capacidad de alerta temprana se convierte en una herramienta adecuada para una rápida respuesta ante cualquier tipo de amenaza.
Reconocimiento e inteligencia electrónica (ELINT)
Además de su cobertura radar, estos aviones pueden estar equipados con sistemas de reconocimiento, vigilancia aérea e inteligencia. Estos pueden ser del tipo óptico a través de cámaras FLIR o sensores y antenas que permitan interceptar comunicaciones y recibir información por medios electrónicos. Este tipo de capacidades son de utilidad para el control y vigilancia de la extensa frontera, el resguardo del espacio aéreo, la prevención y combate a organizaciones que representen una amenaza.
Patrullaje marítimo
Las misiones a desarrollar por los aviones de alerta temprana requieren de tener a la aeronave durante horas en el aire, por lo que disponen de una gran autonomía de vuelo, alcance en su operación y amplio rango de detección gracias a sus sistemas. Por sus características, son ideales para distintas misiones de patrullaje en alta mar y una solución del tipo ASuW (Anti-Surface Warfare ó guerra anti-superficie) para la detección de embarcaciones. Los E-3D británicos están equipados con un sistema de escáner marítimo mejorado debido al tipo de misiones que realizaban en el Reino Unido considerando su geografía de isla.
Actualmente este tipo de misiones está encargada a los P-295 “Persuader” y P-3 “Orion” de la Armada de Chile, sin embargo contar con estas capacidades podría complementar las operaciones de ambas ramas de las Fuerzas Armadas. Un ejemplo de esto podría darse en las misiones de monitoreo de flotas internacionales de embarcaciones pesqueras que entren a aguas territoriales, como las ya conocidas flotas pesqueras chinas, misión realizada actualmente por la Aviación Naval.
Mando y control
Uno de los elementos esenciales en los aviones AWACS es disponer de un puesto de mando y control, el cual es manejado por operadores encargados de recabar la información para posteriormente interpretarla y controlar el espacio aéreo según las conclusiones que los datos otorguen en el momento. Para ello, se dispone de un equipo capacitado para funcionar como puesto de mando de avanzada y así efectuar una correcta toma de decisiones.
Dada la geografía de Chile y los distintos desastres naturales que le afectan, incluída una gran actividad sísimica, una aeronave de estas características puede transmitir información inmediata a centros de mando, sobre la situación en sectores del territorio que puedan quedar aislados e incomunicados.
En términos generales, las aeronaves AWACS se consideran como un instrumento eficaz para la seguridad de los países. Si bien en la adquisición de este tipo de aeronaves el carácter militar es el principal, pueden ser herramientas de gran utilidad ante escenarios de catástrofes. Como ejemplo, destacan las misiones de búsqueda y rescate de las víctimas de los huracanas “Rita” y “Katrina” en los Estados Unidos, en las cuales los E-3 Sentry de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) participan en la coordinación y monitoreo de las operaciones.
En un caso más cercano, la tecnología AWACS se podría haber aplicado en la búsqueda del Lockheed KC-130R de FACh accidentado en el Canal de Drake en 2019. Sin embargo, la falta de capacidad en esos momentos impide este tipo de misión dificultando la búsqueda. En aquella ocasión, el EB-707 “Cóndor” se encuentra en trabajos de mantenimiento, por lo que se recurre a los F-16 por disponer de una capacidad de escáner por radar y pods incorporados, aunque limitada en comparación a un sistema AWACS. La disposición del sistema habría sido clave en la precisión de la organización de las misiones de búsqueda, además de un complemento y maximización de los recursos.
Fotografía de Portada – Simón Blaise O.