Tal como ocurre en el pasado con el Concorde, el posible retorno de los vuelos comerciales de pasajeros con el proyecto de Boom Supersonic, está reactivando la idea de colocar restricciones para estas aeronaves en territorios continentales y vuelos a baja altura. Organizaciones medioambientales, principalmente en Europa, anticipan diferencias con la industria aérea por este tema.
Un panel de expertos en aviación en la Organización de Naciones Unidas (ONU) considera actualizar los estándares para 2025. La intención es considerar los intereses de todas las partes, tomando en cuenta también los avances de la industria aérea para reducir el ruido de los aviones. La propuesta Boom Supersonic es construir una aeronave de transporte pasajeros supersónica amigable con el medioambiente, lo que incluye una reducción significativa del ruido y menores emisiones contaminantes.
Sin embargo, la industria aérea no sólo deberá enfrentarse a grupos ambientalistas. También tendrá que hacerlo ante algunos países que tienen o están incorporando normativa en el tema de ruido. Francia junto con Noruega y Suecia, por ejemplo, buscan demorar el desarrollo de aeronaves supersónicas mientras trabajan en una normativa de emisiones para las actuales operaciones aéreas comerciales. Los tres países consideran el combate contra el cambio climático como una prioridad y buscan establecer a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) nuevos estándares para las actuales aeronaves, especialmente en lo que respecta a emisiones.
Para los fabricantes, cambios en la normativa pueden afectar los proyectos actualmente en desarrollo. Si bien no se oponen al establecimiento de nuevas reglas piden que estas sean claras desde un comienzo de manera tal de no arriesgar inversiones en proyectos que después quedan obsoletos o deben someterse a modificaciones por cambio en la normativa.
A través de una vocería, Boom plantea que lo mejor para la industria es tener estándares claros, oportunos y globales. Asegura que el Overture, su modelo supersónico para el transporte de pasajeros cumplirá con la normativa para vuelos subsónicos y funcionará con combustibles sostenibles de aviación (SAF).
En términos generales, existen dos posturas respecto a la regulación de los vuelos supersónicos. Una indica que es algo que es necesario y es la oportunidad de establecer una normativa estandarizada para evitar que cada país pueda adoptar medidas individuales y generar un “mosaico de regulaciones”. La otra sugiere que centrarse en una normativa especial para los vuelos supersónicos desviaría la atención y el tiempo para abordar temas más inmediatos como una reducción más amplia de las emisiones contaminantes para la aviación, tema que para los Estados miembros de OACI es una prioridad.
Fotografía portada - Boom Supersonic