En un intento por mantener la conectividad aérea del país, Ucrania mantiene abierto su espacio aéreo, pese a las advertencias de Estados Unidos de una posible invasión por parte de Rusia. Buscando dar seguridad a las líneas aéreas, el Ministerio de Infraestructura de ese país asegura que está trabajando con la industria aérea para prevenir y minimizar los riesgos que podría suponer cualquier tipo de ataque.
Con ese propósito, el gobierno ucraniano destina US$592 millones para garantizar la continuidad de los vuelos hacia y desde el país. La intención es evitar a toda costa que los operadores aéreos suspendan o desvíen sus vuelos durante este periodo producto de las tensiones con Rusia.
Pese a la disposición de Ucrania para asegurar la conectividad, la situación no es fácil de resolver. Con el antecedente del derribo del vuelo de Malaysia Airlines MH17 en 2014 por parte de grupos rebeldes respaldados por Rusia. Los Países Bajos es uno de los Estados más sensibles con la situación y, por lo mismo, KLM decide suspender los vuelos desde y hacia Kiev ante las alertas de seguridad emitidas.
Dentro de Ucrania existen diferencias entre las autoridades de gobierno y el proveedor de servicios aeronáuticos (perteneciente al estado). Ante los ejercicios navales de Rusia en el Mar Negro, cerca de la península de Crimea, los servicios de control ucranianos recomiendan a las líneas aéreas evitar sobrevolar el área.
Otro inconveniente que frena los planes de Ucrania para garantizar su conectividad aérea son los aspectos legales asociados al transporte aéreo. Muchas aseguradoras ya tienen informadas a las líneas aéreas que ante la amenaza de una posible invasión tiene suspendidas las coberturas sobre el espacio aéreo ucraniano. También empresas de leasing piden que los aviones de su propiedad salgan del país y se reubiquen en lugares seguros como la Unión Europea. Ambas decisiones, obligan en la práctica a las líneas a suspender sus operaciones hasta nuevo aviso.
Hoy, Ukraine Air International recibe la notificación de las compañías de leasing de sacar algunas aeronaves de su territorio. De esta manera, informa el envío de cinco Boeing 737-800 a España y otros dos a Serbia.
Lufthansa monitorea la situación de cerca, mientras que Qatar Airways reduce frecuencias a Kiev, para asegurar una conectividad mínima a las personas que deseen salir del país. Algo similar realiza Ryanair desde el domingo. Otras líneas aéreas mantienen por ahora los vuelos regulares, aunque no se descarta que ante un incremento de la tensión, la situación se revierta.
El aeropuerto Borispol de Kiev se mantiene abierto y sus operaciones no registran cambios significativos en la operación regular. Ante la situación, piden a los pasajeros mantener la calma y monitorear el estado de sus vuelos.
La preocupación asociada a la mantención de los servicios aéreos en Ucrania demuestra que más que la voluntad política, es necesario disponer las condiciones mínimas para garantizar la seguridad de las operaciones. En una especie de comparación, la situación que se plantea guarda cierta relación con lo que acontece en Afganistán, donde el talibán busca una recuperación de la conectividad aérea del país, pero la falta de garantías fuerza a mantener suspendidas las operaciones o que estas sean muy puntuales.
Fotografías - Fuerza Aérea de Ucrania