Águila al ataque: el primer derribo de un F-15C

La tranquilidad de la noche sobre la antigua Mesopotamia se interrumpe. Un tétrico sonido de la estructura interna y las alas de un F-15C (registro AF85125) del 58º Escuadrón de Caza Táctico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés) se hace presente. Es sonido del disparo de un misil desde este caza, que hasta la fecha se jacta de tener el récord de derribar a más de 100 aeronaves.

Los milenarios paisajes sobre una de las cunas de la civilización humana se interrumpen por este particular acontecimiento. La acción se desarrolla en invierno del hemisferio Norte de 1991. El mundo ve con asombro la llamada Primera Guerra del Golfo Pérsico, el primer conflicto bélico que se transmite en vivo por televisión.

ILUSTRACIÓN: Luis Soto P.

Jon Kelk, piloto de la aeronave, está en el momento que sueña toda su vida y para el cual se entrena. Realiza una misión estratégica, misma que para algunos sólo la ciencia ficción y los entusiastas aeronáuticos imaginan por esos tiempos: un enfrentamiento entre aeronaves cazas de los Estados Unidos con una de la extinta Unión Soviética.

En la noche del inicio de la campaña contra Iraq, luego de que Saddam Hussein decide invadir el emirato de Kuwait, los F-15C del 58º Escuadrón se organizan en dos bandadas de cuatro aviones cada uno: “Citgo” y “Penzoil”. En esta última agrupación están los capitanes Rick Tollony, Larry Pitts, Jon Kelk y Mark Williams.

A las 03 horas con 05 minutos del 17 de enero de 1991, se da el aviso por parte de un Boeing E-3A Sentry de alerta temprana (AWACS) que los cazas iraquíes están en el aire. Desde Arabia Saudita, la agrupación Penzoil enfila rumbo norte. A una distancia aproximada de 35 millas (57 kilómetros), el radar del F-15C detecta un MIG-29 de la Fuerza Aérea Iraquí (IQAF). Comienza el combate aéreo.

Tras “enganchar con el objetivo” y confirmar de que se trata de una aeronave hostil, el capitán Kelk lanza un misil AIM-7B “Sparrow”, mientras realiza maniobras evasivas para despistar el radar enemigo. A 10 millas de distancia (16 Km), Kelk logra ver un destello blanco púrpura de sólo unos segundos de duración. Sin más información en su momento, recibe la “buena noticia” por parte de inteligencia estadounidense que logra derribar un MIG-29.

Probablemente, en ese momento el acontecimiento no tiene mayor importancia. El contexto hace que obviamente el interés esté en otros objetivos, considerando el inicio de la campaña contra el régimen de Hussein. Sin embargo, para los annales de la historia aeronáutica si lo tiene. Por primera vez, un F-15 derriba a una aeronave como es el MIG-29, uno de los cazas más avanzados en su momento y, por lo tanto, uno de los más temidos.

En entrevistas posteriores, Kelk asegura que en esos momentos logra conseguir una ventaja y está en “una mejor posición”. Además, indica que logra disponer de mejores herramientas para enfrentarse una temida aeronave de esos años.

El F-15 Eagle es catalogado como “un caballo pura sangre de primera línea” para las Fuerzas Aéreas. Concebido en la década de 1970, cuando los ingenieros estadounidenses deciden dar un gran paso -después de una gran obra anterior como el Phantom F-4-, para satisfacer las necesidades de un caza de superioridad aérea. De su puesta en servicio, se convierte en el principal avión de combate de la USAF. Aparece como una aeronave pesada de gran potencia, pero de gran maniobrabilidad. Sus dimensiones son 19,43 metros de largo, 13,05 de envergadura y 5,63 metros de altura. Está propulsado por dos turbofan Pratt & Whitney F100-220, ambos con postquemador permitiéndole alcanzar los 30.000 pies (FL300) en un minuto.

Demostrando la alianza y confraternidad entre los Estados Unidos e Israel, este país es el primer operador extranjero. Cuenta con las Águilas (Eagles) como se lo denomina al F-15 desde 1977 con las versiones A y B, reacondicionados por la USAF con equipamiento levemente inferiores.

Jon Kelk posando junto al “Kill Mark” (estrella verde) que señala el derribo del Mig-29. Foto: ANG

Posteriormente, Japón se convierte en el mayor operador de este avión. Con una fabricación por parte de Mitsubishi Heavy Industries se construyen 187 unidades de un total de 203 que operan desde 1981. La aeronave hace que el “país del sol naciente” mantenga una superioridad, lo que incluye varias actualizaciones posteriores, siendo la más importante la realizada en 2007.

Además de los países mencionados, otros operadores del “Águila”, son Arabia Saudita, Singapur, Corea del Sur. A la lista se espera que sume Qatar con 36 F-15Qa encargados, una variante del F-15E Strike Eagle.

En la industria catalogan al F-15 como una “magnífica ave”. El derribo realizado en Iraq más el récord alcanzado por el caza confirman esa apreciación. A esto también se le puede añadir sus prestaciones y los tiempos de permanencia en servicio.

Actualmente, el F-15 continúa siendo una columna vertebral de muchas Fuerza Aéreas de importantes países. Pese a sus años, el Águila tiene larga vida hacia el futuro. Recientemente, la USAF, realiza el primer pedido por la nueva versión (F-15EX) con ocho unidades iniciales para luego, en una primera etapa, aumentar a 80 en un plazo de cinco años hasta llegar a las 144 unidades. Estas aeronaves se repartirán en siete escuadrones en el país.

Se proyecta que el F-15EX sea la última evolución de este maravilloso avión por al menos 40 años más. Es decir, el Águila fácilmente podrá haber surcado los cielos del mundo por más de 60 años, todo un récord.

Fotografía portada – USAF

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