En una nueva actualización de sus políticas de viaje, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los Gobiernos suspender o flexibilizar las restricciones de viaje internacionales impuestas por la pandemia del COVID-19. La medida se suma a las directrices anteriores y confirma la ineficacia de las medidas colocadas. Para la industria aérea, de los viajes y el turismo, los nuevos lineamientos confirman un triunfo de sus propuestas.
“El fracaso de las restricciones de viaje introducidas después de la detección y notificación de la variante Ómicron para limitar su propagación internacional demuestra la ineficacia de tales medidas a lo largo del tiempo”, dice el Comité del organismo de salud de las Naciones Unidas.
Para la OMS, el COVID-19 y sus variantes sigue siendo una emergencia a la salud de importancia internacional. No obstante, las nuevas directrices no sólo anticipan un escenario más favorable para la reactivación de la demanda de viajes, sino que también para eliminar algunos requisitos adicionales como el uso de las mascarillas, la realización de testeos PCR o antígenos, la cuarentena e incluso la vacunación.
“Las medidas de viaje (por ejemplo, el uso de mascarillas, la realización de pruebas, el aislamiento y la vacunación) deben basarse en la evaluación del riesgo y evitar que la carga financiera recaiga sobre los viajeros internacionales”, agregan.
Un punto importante es que los certificados de vacunación como el Pase de Movilidad o el Certificado Digital COVID-19 de la Unión Europea no deben ser requisito de entrada para los países. Esto también aparece en las directrices anteriormente mencionada, pero no es considerado por los Gobiernos. Para la OMS, estas medidas constituyen una base explícita de discriminación desde la base de la distribución limitada y desigual de las vacunas contra el SARS-CoV-2.
Con la aparición de Ómicron, los Gobiernos endurecen las políticas de entrada a los países por lo que se espera una recuperación de la demanda. En noviembre 2021, la tendencia de recuperación de la demanda internacional, medida en pasajeros pagos por kilómetro (RPK) se mantiene con un 47,0% por debajo de noviembre 2019, pero mejora respecto a la caída de 48,9% respecto a octubre 2021 con relación al mismo mes de 2019. Para la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las consecuencias de las medidas gubernamentales por Ómicron se verán en las estadísticas de diciembre en adelante, dependiendo de la región.
“La recuperación del tráfico aéreo continuó en noviembre. Desafortunadamente, los Gobiernos reaccionaron de forma exagerada ante la aparición de la variante Ómicron a finales de mes y recurrieron a los métodos probados y fallidos como el cierre de fronteras, pruebas excesivas a los viajeros y la cuarentena para frenar la propagación. No es sorprende que las ventas de pasajes aéreos internacionales realizadas en diciembre y principios de enero cayeron drásticamente en comparación con 2019, lo que sugiere un primer trimestre más difícil de lo esperado”, dice Willie Walsh, director general IATA.
Pese a algunas restricciones de viajes hacia algunos países y la exigencia de mayores testeos, son pocos los países los que adoptan cierres de fronteras. Con Omicron extendida por todo el mundo, es poco probable que se coloquen medidas adicionales, ya que su imposición carece de todo sentido. No obstante, el daño coloca una cierta pausa en la reactivación.
En diciembre 2021, las reservas aéreas para cualquier destino en cualquier fecha se ubican al 50,0% respecto al mismo mes de 2019, pero con una baja respecto a noviembre cuando las reservas aéreas llegan al 56,0% de 2019. Las reservas internacionales son los más afectadas ya que pasan de estar al 43,0% en noviembre respecto a 2019 a sólo el 30,0%, mientras que a nivel doméstico caen del 68,0% al 65,0%.
Desde el inicio de la pandemia, las autoridades basan parte de las restricciones impuestas a la población en la OMS. Por consiguiente, las nuevas recomendaciones debieran también guiar la apertura. Si eso ocurre, la reactivación de la demanda debiese continuar durante el primer trimestre de 2022, pese a los desafíos derivados de la situación del último mes.
Algunas compañías aéreas, anticipan que Ómicron es sólo una pausa en la reactivación y las perspectivas parecen seguir siendo más auspiciosas. “Se espera que Ómicron retrase temporalmente la recuperación de la demanda 60 días, pero a medida que miramos más allá, confiamos en una fuerte temporada de viajes de primavera y verano con una demanda acumulada significativa de viajes de consumo y de negocios”, dice Ed Bastian, CEO de Delta.
Algo similar indica Qantas. Pese a las reducciones de capacidad previstas para enero, la línea aérea anticipa un periodo “prometedor” hacia la temporada de vacaciones por la Pascua en abril.
IATA dice que la recuperación de la demanda continuará en la medida que las olas por Ómicron bajen y los Gobiernos saquen las restricciones adicionales. El caso del Reino Unido al eliminar las restricciones como testeos adicionales de ingreso es considerado como un buen punto de inicio para seguir reactivando.
“El anuncio de que el Reino Unido va a parar a testear a los pasajeros vacunados es una buena noticia para los viajeros y será un gran impulso para el asediado sector de los viajes y el turismo”, agrega Walsh.
Para América Latina y el Caribe, región donde no se aplican restricciones de fronteras y sólo pruebas de viaje adicionales, lo sucedido en el Reino Unido más las nuevas recomiendas de viaje deben alentar la recuperación de la aviación y del turismo. Para ello, recomienda a los Gobiernos evitar reintroducir medidas restrictivas a los viajes.
Un estudio de Oxera y Edge Health, concluye que una vez que la variante está presente en un territorio, las restricciones de viaje no tienen ningún propósito para reducir su transmisión. También señala que las medidas restrictivas de Boris Johnson son ineficaces.
“El restablecimiento de la prohibición de viajar no cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las prohibiciones generales de viajar no impedirán la propagación internacional, y suponen una pesada carga para las vidas y los medios de subsistencia”, dice el Consejo de Aeropuertos para América Latina y el Caribe (ACI-LAC).
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano