Con éxito culmina el primer vuelo de pruebas de la nueva versión M del bombardero estratégico ruso Tupolev Tu-160. Realizado en el aeródromo de Borisoglebskoye, propiedad de Kazan Aviation Enterprise (Tupolev), la primera operación tiene una duración de 30 minutos con un sobrevuelo establece a 2.000 pies.
Desarrollado durante la ex Unión Soviética, pero con una producción interrumpida tras su caída, Rusia asegura haber desarrollado un Tu-160 totalmente nuevo. Para ello, menciona una serie de mejoras como una nueva planta motriz NK-32-02 de fabricación rusa y un sistema de posicionamiento global, denominado GLONASS. Incorpora también una aviónica resistente a emisiones radioactivas, una capacidad de portar armamento guiado que incluyen los misiles de crucero Kh-55 en sus versiones nucleares como convencionales.
Con el fin de incrementar sus capacidades para distintos tipos de misiones, la aeronave puede transportar satélites de pequeño tamaño tanto civiles como militares. En ese sentido, Rusia apuesta con el Tu-160 a ganar una posición de ventaja frente a otros países, tanto económica como estratégica, al ofrecer una capacidad de lanzamiento de satélites a un menor costo.
Inicialmente, Tupolev entrega a la ex URSS cerca de 27 Tu-160, pero que a fecha de hoy, sólo quedarían 16 en servicio. Las razones que permiten entender la disminución de equipos guardan relación con la falta de mantenimiento, reducción de presupuestos en la Fuerza Aérea rusa y la pérdida de aeronaves por encontrarse en Ucrania al momento de la desintegración de la federación de repúblicas.
Desde sus inicios, el uso de bombarderos estratégicos atrae la atención de los países. En el caso de Rusia, el Tu-160 aparece como la posibilidad de disponer de una aeronave de largo alcance, de gran altitud de vuelo y gran capacidad de carga que permita contrarrestar la capacidad bélica similar. Sus características también colocan a la aeronave como potencial plataforma de lanzamiento de armamento nuclear.
El perfil desarrollado para el Tu-160 también se puede apreciar en los Estados Unidos con el Boeing B-52 Stratofortress, cuya capacidad de ataque se busca extender hasta 2040.
Fotografía portada - UAC