Desde el 21 de diciembre, Uruguay es oficialmente el primer país de Sudamérica en adoptar el Certificado Digital COVID de la Unión Europea (DCC, por sus sigla en inglés). La adopción de este documento permitirá armonizar los protocolos de viaje y facilitar la reactivación demanda al entregar a los usuarios medidas de confianza. Uruguay también reconoce al DCC como un documento válido para los ciudadanos europeos que ingresen al país.
La armonización de protocolos de viaje es algo que la industria aérea está pidiendo a las autoridades de distintos países desde el inicio de la pandemia con el objetivo de establecer estándares de control uniformes, sencillos y eficaces que brinden confianza a los viajeros. De esta manera, se puede recuperar la experiencia de viaje con tránsitos facilitados en los puntos de control en los aeropuertos, tanto a la llegada como a la salida.
Para la industria aérea, la aceptación del DCC se justifica por tres razones: es un software de acceso abierto, interoperable y gratuito disponible para cualquier país del mundo. Abarca un certificado de vacunación, un certificado de prueba diagnóstica y un certificado de recuperación. Los certificados de vacunación emitidos por países adscritos al DCC se aceptan con las mismas condiciones y derechos que aquellos que actualmente expiden y utilizan este certificado.
Actualmente, más de 100 países alrededor del mundo lo aceptan o están en trámites para validar su uso, lo que facilita aún más la armonización de las políticas de viaje a nivel global. Hasta diciembre 2021, Panamá y El Salvador son los únicos países de América Latina que tienen aceptado el DCC. Uruguay es ahora el tercero de la región y el primero de Sudamérica. De acuerdo con la industria aérea, Colombia también manifiesta interés en adoptarlo, mientras que Argentina, Brasil, Chile y República Dominicana tienen establecidos contactos preliminares.
Ante un retroceso en las políticas de viaje con la aparición de la variante OMICRON del SARS-CoV-2, el Consejo Internacional de Aeropuertos para América Latina y el Caribe (ACI-LAC), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Organización de Servicios de Navegación Aérea Civil (CANSO) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), piden a los Gobiernos de América Latina y el Caribe adherir al DCC. El propósito busca lograr la armonización de requisitos de viaje, ante un retroceso significativo de esta producto de las múltiples restricciones impuestas por la pandemia.
Para la industria aérea, los viajes internacionales se verán favorecidos si los pasajeros vacunados están exentos de restricciones de viajes y cuarentenas y se adopta un enfoque armonizado que simplifique la libre circulación, manteniendo las medidas de prevención. Para que esto sea posible, es necesario contar con un sistema de certificación y verificación de vacunación que sea simple, ágil, robusto y asequible. Por las razones que se indican, el DCC cumple con todas las características solicitadas.
Para las organizaciones que norman y representan al transporte aéreo mundial, una reanudación armonizada del transporte aéreo se traduce en mayor confianza, eficiencia y seguridad. Como resultado, se pueden esperar una recuperación de los beneficios socioeconómicos para los países, incluyendo sus economías y el bienestar para las poblaciones.
La Unión Europea defiende que el DCC contribuye a la recuperación de la libre circulación porque es aceptado en los países miembros. Permite garantizar que las restricciones puedan suprimirse de manera coordinada. Al viajar, el titular del DCC debe, en principio, quedar exento de las restricciones a la libre circulación. Los Estados miembros deben abstenerse de imponer restricciones adicionales de viaje a las personas titulares de un DCC de la Unión Europea, a menos que dichas restricciones sean necesarias y proporcionadas bajo el argumento de salvaguardar la salud pública.
Fotografía portada - Corporación América