Apostando por el lucrativo mercado del puente aéreo entre Boston y Nueva York, más la posibilidad de desarrollar nuevos tipos de movilidad aérea, dos empresas buscan lanzar los primeros vuelos entre las dos ciudades utilizando hidroaviones eléctricos. Se trata de las compañías Airflow, empresa que busca desarrollar este tipo de aeronaves y Tailwind Air, un operador de aeronaves anfibias en la costa noreste de los Estados Unidos.
Desde Airflow señalan que el desarrollo de la aviación y las nuevas tecnologías abren oportunidades para introducir soluciones innovadoras en distintos tipos de mercados que hoy no están bien atendidos. Mediante la introducción de nuevas aeronaves más eficientes y amigables con el medioambiente, es posible ofrecer este tipo de soluciones.
Con ese objetivo, trabajan en el desarrollo de un hidroavión eléctrico denominado M200. Pensado para rutas cortas, especialmente en la costa atlántica estadounidense y Nueva Inglaterra, pero de tener éxito podría convertirse en una aeronave exportable hacia otros mercados que cuenten con condiciones similares a las de esos lugares. En ese sentido, Alaska, la zona austral de Chile o los países escandinavos aparecen como posibles zonas atractivas para utilizar la aeronave.
De acuerdo con datos de Airflow la aeronave puede llevar nueve pasajeros o 907 Kilos de carga en rutas de 500 millas náuticas (804 Kilómetros), sin emisiones contaminantes. Como ventaja es su operación en agua lo que da una flexibilidad para atender comunidades aisladas tanto en costa como en lagos. Una de sus características es su capacidad para despegar en menos de 100 metros por lo que se lo denomina una aeronave del tipo eSTOL (electric Short Take off and Landing).
Tailwind Air es un operador de aviación general basado en el condado de Westchester, Nueva York. Desde 2014, opera una flota de hidroaviones anfibios Cessna Caravan en servicios regulares y chárter en todo el noreste de los Estados Unidos. Dependiendo de las necesidades de demanda también alquila otras aeronaves para atender distintos tramos regionales.
Apostando a su segmento de nicho y como operador de hidroaviones, Tailwind Air firma una carta de intenciones (LOI, por sus siglas en inglés) para ser el cliente de lanzamiento del M200. La compañía tiene la intención de adquirir 20 M200 para satisfacer la conectividad entre Boston y Nueva York, brindando accesos más directos.
La propuesta de Tailwind Air es utilizar los ríos e infraestructura fluvial y marítima de ambas ciudades para operar los hidroaviones eléctricos y ofrecer a los clientes accesos más directos. Desde su perspectiva, los distintos núcleos urbanos a lo largo de Long Island o de la costa atlántica podrían verse muy beneficiados. Las personas podrían viajar sin tener que desplazarse a los aeropuertos de Logan en Boston, o La Guardia, John F. Kennedy o Newark en el área de Nueva York para viajar entre ambas ciudades y después trasladarse hasta su destino final. En Nueva York, se podrían utilizar distintos muelles a lo largo de Manhattan, brindando accesos más directos. También se podrían reducir los traslados en automóviles a través de una aviación sostenible.
“La flexibilidad que ofrece nuestra aeronave es una forma para que los operadores existentes como Tailwind Air obtengan una ventaja competitiva, reduzcan las emisiones y ofrezcan nuevos servicios. Ahora estarán a la vanguardia del vuelo sostenible y podremos perfeccionar aún más el diseño de nuestro avión para las operaciones de hoy y también de mañana”, Marc Ausman, CEO y cofundador de Airflow. “Inmediatamente después de nuestra colaboración con Pipistrel y la inversión de líderes de la industria como Plug Power, estamos seguros de que nuestra aeronave brindará beneficios esperados, además de sostenibilidad, incluidos costos operativos más bajos, operaciones más silenciosas, distancias de despegue y aterrizaje más cortas y velocidades de crucero más rápidas”.
Para Alan Ram, CEO de Tailwind Air, el M200 forma parte de acelerar la descarbonización de la aviación en su segmento de mercado. “Con la combinación de propulsión eléctrica y una estructura de avión moderna, pero que todavía utiliza la construcción tradicional, controles de vuelo y similares, la aeronave de Airflow tiene una línea de tiempo de desarrollo definible y un camino claro hacia la certificación”.
Desde su perspectiva, no todas las nuevas aeronaves eléctricas lograrán el desarrollo esperado. Por lo tanto, la combinación de tecnologías entre la actual y las nuevas permiten asegurar un mayor éxito. “Se están produciendo muchas innovaciones interesantes en la aviación, pero no todas tendrán un impacto significativo en la próxima década. Creemos que esta (el M200) lo hará”, añade Ram.
Airflow nace en 2019 con un equipo conformado por gente que participa en Airbus, Eclipse Aviation, Northrop Grumman, Uber Elevate, Airwave y Scaled Composites. La propuesta es desarrollar aeronaves eSTOL en rutas de pasajeros y de carga (principalmente logística) de corta distancia.
Fotografía portada – Airflow