La estatal venezolana Conviasa anuncia la recuperación de los enlaces regulares sin escalas entre Caracas y Santiago de Chile, perdidos tras los cierres de fronteras producto de la pandemia. La operación forma parte de un nuevo intento de expansión internacional gestionado desde el gobierno venezolano y considera también ciudades como Buenos Aires (EZE), Guayaquil, Quito, Lima y Madrid.
De acuerdo con la información oficial de la línea aérea, las operaciones de Conviasa en la ruta Caracas – Santiago están previstas para el 09 de diciembre con un vuelo semanal los jueves. Los vuelos están asignados a aeronaves Airbus A340-200 o -300, indistintamente.
Según los itinerarios, la salida desde el aeropuerto Maiquetía es a las 13:30 horas para aterrizar en Santiago a las 20:50 horas. El retorno está previsto para el mismo día saliendo desde la capital chilena a las 23:50 horas y aterrizando en Caracas a las 05:10 horas del día siguiente.
La operación a Santiago es la tercera en la región después de la apertura de los vuelos desde Caracas hacia Guayaquil y Quito (1º y 3 de diciembre) y Lima, prevista para el 07 de diciembre. En el caso de las ciudades ecuatorianas, Conviasa ofrece dos vuelos semanales con equipos Embraer E190, mientras hacia la capital peruana también prevé un vuelo semanal los martes con A340-200/-300.
Para las próximas semanas, se esperan vuelos a Buenos Aires (EZE) y Madrid. En el caso de la capital argentina, las operaciones de Conviasa son una de las pocas que realiza en la región como resultado de la alianza política entre Argentina y Venezuela, gestionada en 2010 por los Presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Chávez.
Como todas las operaciones aéreas bajo la administración de Nicolás Maduro, todos los vuelos se orientan a un tráfico étnico y V.F.R. (Visit Friends & Relatives), dirigido principalmente a las numerosas comunidades venezolanas que residen en el extranjero. En el caso de Chile o Perú, por ser destinos de las oleadas migratorias generadas por la crisis política, económica y social de Venezuela. Por lo mismo, las operaciones anunciadas tienen un número limitado de frecuencias a la semana.
Desde su creación hasta la fecha, Conviasa nunca realiza vuelos regulares a Santiago. Las operaciones que realiza con anterioridad a la capital chilena son vuelos chárter para misiones especiales de Venezuela (como “Misión Milagro”, por ejemplo) o vuelos de repatriación. Este tipo de servicios -y otros realizados a distintos países- son también objeto de cuestionamientos, especialmente por parte del Gobierno de los Estados Unidos. Durante la administración de Donald Trump, por ejemplo, se indican que las operaciones de Conviasa son utilizadas “para promover la agenda política de Nicolás Maduro”, resaltando los vuelos hacia Cuba e Irán, por mencionar algunos países destino.
El inicio de los vuelos regulares Chile permite también reemplazar los servicios realizados hasta la pandemia por Estelar Líneas Aéreas. Actualmente, por decisión gubernamental, y en favor de la compañía estatal, esta línea aérea privada ya no cuenta con permisos para volar a Santiago como a otros destinos, privándola de una fuente importante de ingresos.
Si bien Conviasa tiene abierta la venta de pasajes, los vuelos todavía no cuentan con la autorización correspondiente. Cabe mencionar, que de acuerdo con las restricciones gubernamentales, los vuelos a Santiago no están autorizados. Se espera que Instituto Nacional de Aviación Civil de Venezuela (INAC) modifique las restricciones para poder asegurar la operación de los vuelos.
Actualmente, Venezuela permite operaciones regulares desde y hacia Bolivia, República Dominicana, México, Panamá, Rusia y Turquía. Por consiguiente, las nuevas operaciones de Conviasa califican de especiales hasta un cambio en la normativa.
De acuerdo con datos de la industria, Conviasa cuenta con una flota conformada por un A340-200, un A340-300 y 15 E190. Para sortear las restricciones, en algunas ocasiones recurre a la adquisición de equipos mediante wet lease o ACMI (arriendo de avión, tripulación y mantenimiento) a terceras compañías.
Fotografía portada - Ricardo Zapata