Tras 35 años de excelencia en servicio, la Real Fuerza Aérea de Australia (RAAF, por sus siglas en inglés) retira sus últimos F/A-18 Hornet de las series A y B. La salida de estos cazas forma parte del proceso de modernización de la flota por los nuevos Lockheed Martin F-35A Lighting II.
Desde 1986, la RAAF opera 75 “Hornet clásicos” en distintos tipos de misiones. Por lo mismo, califican a la aeronave como un aporte multipropósito a las necesidades del país y a su contribución a la seguridad en el escenario global. En sus tres décadas de servicio activo, los F/A-18 acumulan más de 400.000 horas de vuelo en más de 1.000 misiones dentro y fuera de Australia.
Entre las misiones más importantes figuran la protección de la base aérea estadounidense en la isla Diego García después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Cabe recordar que desde Diego García se lanzan parte de las operaciones militares contra los talibanes en Afganistán, así como algunas misiones contra el régimen de Saddam Hussein en Iraq en 2003. En 2018, también se utilizan para apoyar ataques contra el llamado “Estado Islámico” (ISIS o DAESH).
Para el ministro de Defensa de Australia, Peter Dutton, el F/A-18 es un verdadero ícono de la aviación australiana. Para la RAAF, significa en uno de los mayores avances tecnológicos en décadas, colocándola al nivel de las Fuerzas Aéreas con mayor capacidad de respuesta.
Los F/A-18 Hornet A y B están siendo reemplazados por una flota de 72 F-35A Lighting II. El cambio de aeronave forma parte de la renovación de flota con equipos de última generación con capacidad para responder a las nuevas amenazas a la seguridad y mantener la polivalencia de la RAAF en todos sus aspectos.
Recientemente, Australia recibe tres F-35A totalizando a la fecha 44 ejemplares entregados de un total de 72 encargados como parte del programa Joint Strike Fighter del Gobierno de la Commonwealth. El similar número permite reemplazar a la totalidad de los Hornets retirados.
Parte de los F/A-18 australianos son adquiridos por Canadá para reforzar las capacidades de su Fuerza Aérea hasta se tome la decisión de reemplazar sus propios CF-18 (versión local de sus aviones). El resto de los aviones quedan en manos de Air USA, una compañía privada que presta servicios de entrenamiento a distintas ramas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Fotografía portada - Royal Australian Air Force