Con la esperanza de no volver a suspender nuevamente los servicios, British Airways retoma sus vuelos a Santiago. Después de más de un año de interrupciones, la línea aérea británica vuelve a conectar a Chile con Londres (LHR) y desde ahí al resto del mundo.
El reinicio de los vuelos son resultado de la flexibilización de las restricciones políticas establecidas por los Gobiernos para el control de sus fronteras. Entre las que destacan están una mayor apertura que rige desde el 01 de noviembre para el ingreso a Chile, la remoción del país de la lista roja del Reino Unido, según los criterios de clasificación de riesgo de los países para el COVID-19.
No obstante, a diferencia de los anuncios de hace un mes. El retorno de los vuelos están inmerso en la incertidumbre por la colocación de nuevas medidas ante la aparición de la variante Omicron del SARS-CoV-2. Si bien las primeras investigaciones indican que, pese a su mutación no es más contagiosa, los Gobiernos continúan actuando con políticas en base al miedo que se reflejan en la imposición de controles adicionales.
En el caso específico del Reino Unido, los pasajeros que ingresen o en tránsito deben presentar un certificado de vacunación completo, además de pruebas PCR con tres días de anticipación al vuelo. Además, quienes ingresen al territorio británico deben realizar una cuarentena obligatoria a la espera del resultado su segundo PCR tomado al día 2 de la llegada, independiente si la persona está o no con su esquema completo de vacunación. Los cargos del testeo adicional y los gastos del lugar de aislamiento corren por cuenta del viajero.
La imposición de nuevas restricciones complican la reactivación de la demanda, especialmente hacia aquellos destinos donde se imponen cuarentenas. De acuerdo con el último estudio elaborado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), un 73% de los viajeros mundiales considera que las cuarentenas no son necesarias para pasajeros vacunados. Este dato se agrega al 84% de las personas considera no visitar un destino donde se imponen cuarentenas obligatorias.
Pese a las medidas transitorias, British Airways considera una operación de tres vuelos semanales para la primera etapa de retorno post COVID-19. Desde Londres (LHR) a Santiago opera los lunes, miércoles y sábado, mientras que desde Santiago hacia Londres (LHR) los martes, jueves y domingo. Para todos los vuelos la aeronave asignada es el Boeing 787-9 con capacidad para 216 pasajeros. No obstante, pueden aplicar algunos cambios en la operación, al menos en el corto plazo.
La oferta para esta etapa de reactivación queda en 1.296 asientos por semana en ambos tramos. Como resultado, la capacidad para la temporada 2021 – 2022 se encuentra en un 75% en comparación con los niveles de 2019 cuando la línea aérea llega a contar con 1.728 asientos semanales en sus cuatro frecuencias.
No obstante, la compañía espera una rápida reactivación de la demanda, siempre y cuando, persista una flexibilización y eliminación de las barreras de ingresos. En ese contexto, para 2022 espera incrementar frecuencias a cuatro veces por semana, lo que significa en la recuperación de su oferta previo a la pandemia.
El regreso de British Airways a Santiago implica la reactivación de la conectividad sin escalas con Londres (LHR), uno de los centros de conexiones más importantes a nivel mundial, lo que amplía las alternativas de viaje. En cuanto a servicios al usuario, considera la reintroducción del producto First al mercado chileno. Cabe recordar que tras la salida de Emirates, la línea aérea británica queda como la única en ofrecer el producto First en el mercado chileno.
Por la configuración de la aeronave, la oferta de British Airways está enfocada principalmente a un producto casi exclusivamente Premium. Tanto en ese aspecto como en conectividad global, es el competidor más directo de Air France.
Fotografía portada - Alfredo Vera