Tras la decisión del Banco Central de Argentina de prohibir desde el 26 de noviembre las compras de pasajeros al extranjero utilizando las cuotas de tarjetas de crédito, la industria aérea manifiesta sus críticas por considerar la medida como un nuevo golpe a directo al sector de viajes y el turismo. La industria lamenta la decisión porque representa un freno a la reactivación después de meses de afecciones producto de la pandemia del COVID-19 y las restricciones gubernamentales.
“Lamentamos la aplicación de esta disposición que vuelve a poner en jaque al sector cuando aún no había salido de la peor crisis de su historia”, sentencia Peter Cerdá, vicepresidente Regional de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). “Esta recuperación ya está en riesgo, dado que casi la mitad de los pasajes vendidos por agencias de viaje se emite a través de tarjetas de crédito, y en particular aquellas financiadas en cuotas”.
La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) expresa su profunda preocupación ante las medidas informadas por el Banco Central de la República Argentina. Considera que la medida es repentina, abrupta y golpea fuertemente a la ya debilitada industria de viajes y turismo. Además, señala que representa un obstáculo más para los ciudadanos en el país que deseen o deban viajar al extranjero.
Para la aviación, la restricción en la adquisición de los servicios turísticos en el exterior es un impacto negativo para el país. Además de restar competitividad, quita atractivo para que las líneas aéreas y los prestadores de servicios aumenten servicios, imposibilitando que muchos argentinos viajen al exterior y extranjeros visiten argentina. Desde ALTA agregan que se “merman las oportunidades de desarrollar el turismo nacional que genera tantos empleos”.
“Esta medida, sumada a las restricciones de viajes ya existentes que no brindan aun certeza ni confianza para el eventual ingreso de pasajeros a partir de 2022, tendrá un impacto sumamente negativo para el bienestar socioeconómico del país”, añaden en ALTA. Desde la organización, piden a las autoridades argentinas a ponderar las consecuencias negativas de esta medida y trabajar juntamente con la industria en medidas que generen beneficios para el país.
Similar opinión tienen en IATA al indicar que si se restringe la demanda, probablemente se experimente una caída en la oferta de los vuelos y menor número de pasajeros entrando a Argentina lo que se traduce en menor cantidad de divisas. Cerdá agrega que en la actualidad, Argentina ya pone barreras no menores para comprar un pasaje aéreo o un servicio turístico con una alta carga tributaria. “Debe considerarse que los pasajes internacionales comprados en Argentina en pesos imponen una gran carga tributaria, a lo que ahora se suma la imposibilidad de afrontar el pago en cuotas”, manifiesta.
En Argentina, el valor de una tarifa aérea está fuertemente condicionada por impuestos. Al precio ofrecido por el operador se aplica un 30% del impuesto país, más un 35% de percepción, más un 7% de impuesto de turismo, y más un 45% de tasa de financiación. Como resultado, las personas pagan un 117% más que el precio real.
Desde el 26 de noviembre, el Banco Central de la República Argentina impone que todos los pasajes aéreos al exterior o servicios turísticos fuera del país deben ser cancelados con un pago único a través de tarjetas de crédito o bien con cuotas una tasa del 43% para el pago mínimo. También establece que los pasajes aéreos para destinos nacionales se pueden financiar con tarjeta de crédito dentro de los programas impulsados por el Gobierno nacional.
De acuerdo con datos de la industria, Argentina genera más de US$38,9 mil millones por parte de la industria de los viajes y el turismo. La cifra representa un aporte del 9,4% al Producto Interno Bruto (PIB) y el 7,6% de los empleos, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés).
Pese a que Argentina es un país altamente atractivo para el turismo lo que se refleja en el interés de muchas personas de viajar y en la colocación de capacidad por parte de distintos operadores, las medidas que se impulsan representan un grave retroceso. “Estas medidas adoptadas en forma abrupta atentan contra la planificación tan necesaria en la industria de transporte aéreo y de turismo”, sentencian desde ALTA.
Fotografía portada – Aeropuertos Argentina 2000