Tras presentar a Energia como su nueva familia de aviones sostenibles, el fabricante brasilero Embraer sigue adelante con sus planes para desarrollar aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, por sus siglas en inglés), su otra arista en el ámbito de una aviación sustentable. Para este propósito, tiene una filial especializada denominada Eve Urban Air Mobility orientada a trabajar todos los aspectos relacionados con este nuevo tipo de transporte aéreo.
Embraer es una de las muchas empresas que se están aventurando en los eVTOL o los taxis aéreos urbanos eléctricos. Si bien no menosprecian la llegada de nueva competencia, por el contrario, la valoran por generar procesos de mejora continua, creen que no todos los competidores lograrán cumplir con sus objetivos planeados anticipando que muchos pueden quedar en el camino.
“No estoy convencido de los objetivos de rendimiento de las nuevas empresas”, señala Arjan Meijer, CEO de Embraer Commercial Aviation, a Reuters en una entrevista.
Las opiniones del directivo no son nuevas en la industria aérea, sector que en el rubro de los eVTOL está repitiendo lo que anteriormente ocurre con los aviones y con los helicópteros. Basta recordar lo que ocurre en los comienzos de la aviación cuando existen muchos emprendimientos en la construcción de aeronaves, pero que terminan reduciéndose al mínimo.
En los albores de la aviación, prácticamente cualquier persona con recursos suficientes e ingeniería podía colocar un taller y fabricar aviones. Esto hace que existan múltiples modelos, pero que con el tiempo quedan en el camino, ya sea porque no tienen los recursos para sostener la cadena de producción o son modelos que no cumplen con las expectativas de los operadores en términos de rendimientos. Actualmente, los fabricantes de líneas aéreas están reducidos a prácticamente tres.
A diferencia de los primeros años de la aviación, hoy las líneas aéreas como cualquier operador no está dispuesto a transar el rendimiento. En la década de 1990, el fracaso del Mc Donnell Douglas MD-11 puede ser considerado un ejemplo de ello. Al igual que la seguridad, el control de los costos es fundamental. Si una aeronave no cumple con lo prometido rápidamente es desechada.
Bajo ese supuesto y las declaraciones de Meijer, se infiere que el segmento de los eVTOL tarde o temprano verá una reducción en el número de oferentes. Sólo quedarían aquellos fabricantes que logren demostrar que sus aparatos son confiables, seguros y cumplen con el rendimiento esperado, además de asegurar todo un respaldo post venta, otro aspecto no menor.
Respecto a la puesta en marcha de nuevas tecnologías como los eVTOL, Embraer considera que la aviación regional será la primera en adoptar nuevas fuentes de energía como el hidrógeno. La razón está en sus características por atender distancias cortas que no requieren grandes cargas de combustible o inversión. Prácticamente, es considerada la antesala para que toda esta nueva tecnología evolucione hacia las aeronaves de mayor capacidad. Por ejemplo, al presentar Energia el fabricante brasilero ya menciona la posibilidad de lograr un E2 H2, es decir, propulsado por hidrógeno.
"Es un segmento en el que creemos que hay muchas oportunidades por delante”, añade Meijer.
Si los nuevos conceptos de transporte aéreo logran prosperar, Embraer advierte que habría una competencia en un nicho altamente volátil para la industria aérea. De acuerdo con las tendencias vistas por el fabricante para los próximos años, los cambios en las cadenas de suministros y el trabajo remoto hacen que los vuelos de corta distancia tengan mayor relevancia en comparación.
Fotografía portada - Eve