Ecuador busca una ley para derribar aeronaves irregulares

Durante las celebraciones del 101 aniversario de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), el Presidente Guillermo Lasso, anuncia el envío al Parlamento un proyecto de ley para normar el derribo de aeronaves irregulares, es decir, aquellas que no acaten las instrucciones de los controladores de tránsito aéreo o de las Fuerzas Armadas. La iniciativa busca combatir las amenazas a la seguridad del país, especialmente del crimen organizado relacionado con el narcotráfico.

“Pronto presentaremos en Asamblea Nacional una ley que autorice el derribo de naves irregulares que no acepten las órdenes de la Fuerza Aérea Ecuatoriana”, dice el Mandatario.

En los últimos años, en Ecuador se han hecho mediáticos casos de aeronaves menores que operan desde pistas clandestinas para mover droga dentro y fuera de Ecuador. Se trata de una amenaza que no es nueva en el país como en el resto de América Latina lo que obliga a las autoridades a tomar medidas para enfrentar. En el caso de Ecuador, las acciones sólo se centran en un mayor monitoreo utilizando equipos Lockheed P-3 Orion.

A diferencia de otros países de la región, la FAE no cuenta con una normativa que permita intervenir o derribar una aeronave, independiente si esta vuela con o sin autorización. La situación aplica incluso para aeronaves detectadas que ingresen ilegalmente al país. Sólo se puede derribar una aeronave en el caso de un conflicto armado o en caso de real amenaza a la soberanía de Ecuador.

Hasta hoy, la FAE sólo puede aproximarse a la aeronave “irregular”, intentar establecer un contacto para solicitar intenciones o forzarla a su desvío a un aeropuerto controlado, siempre y cuando, esté en espacio aéreo ecuatoriano. Si una aeronave civil entra al espacio aéreo ecuatoriano y es clasificada como “intruso identificado” o “intruso no identificado y hostil”, la intercepción se realiza mediante coordinación entre los pilotos y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas o la jurisdicción correspondiente donde ocurra el hecho.

Como parte de las acciones para enfrentar distintos tipos de amenazas a la seguridad, el Presidente Lasso, anuncia la puesta en marcha de un nuevo radar en Montecristi para controlar el espacio aéreo de la zona de Manabí y que pronto entrará en funcionamiento el radar en Santa Elena en la región del suroeste. Ambos equipos buscan lograr un 100% de cobertura radar del país.

“El espacio aéreo de Manabí está protegido”, dice el comandante general de la FAE, Geovanny Espinel. Dado que en esa zona se movilizan aeronaves menores con cargamentos de drogas, señala que el objetivo del nuevo radar será identificar el sobrevuelo de aeronaves ilegales.

Al estar ubicado entre Colombia y el Perú, países catalogados como los principales productores mundiales de cocaína, Ecuador es considerado como un país de paso y de exportación de narcóticos hacia otras partes del mundo. Entre los factores que influyen son la debilidad en el control de las fronteras, la presencia de importantes puertos y una economía dolarizada. Ante la amenaza que representa el narcotráfico y crimen organizado a la seguridad del país, el Gobierno de Ecuador busca invertir en un mejoramiento del equipamiento de las Fuerzas Armadas y de Orden.

Según datos recogidos por la prensa ecuatoriana, los decomisos de drogas pasan al récord anual de 147 toneladas entre enero y octubre de 2021. La tasa de homicidios aumenta de 7,8% por cada 100.000 habitantes en 2020 a 10,6% octubre 2021.

En América Latina, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, México, Paraguay, Perú y Venezuela, entre otros, cuentan con normativas para el derribo de aeronaves que representan una amenaza a la seguridad. En términos generales, estas acciones son de última instancia en el caso de que no resulten esfuerzos previos de intercepción y desvío.

Fotografía portada - Fuerza Aérea de Ecuador

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