En su intervención en el Foro de Líderes de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), Willie Walsh, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) resalta las oportunidades que tiene América Latina para salir de esta crisis. A pesar de ser una de las últimas regiones golpeadas por la pandemia del COVID-19 y de tener medidas draconianas con estrictos cierres de fronteras y largas cuarentenas, resalta que la conectividad se está recuperando.
Lo anterior, responde a que muchos países cada vez más adoptan un enfoque de apertura a sabiendas de que la aviación no es vector de contagios, lo que está respaldado por la evidencia científica. Además, con la transformación del COVID-19 en una enfermedad endémica, no hay tiempo para seguir colocando restricciones y condenando a los países.
Según Walsh, América Latina y el Caribe se está recuperando de manera más rápida que otras regiones en el mundo. Si bien es algo positivo, no permite sacar cuentas alegres. Todavía existen numerosas restricciones y diferencias entre un país y otro. La falta de estandarización en las medidas dentro de la región e incluso dentro de los propios países siguen atentando contra la libertad de las personas.
En esa línea, destaca a México por ser el país que nunca decidió cerrar sus fronteras. También menciona a Colombia y a otros Estados, que después de cierres retoman la actividad con ciertos controles y hoy, están completamente abiertos.
En la vereda opuesta está Chile. País que por años fue líder en liberalización, hoy destaca por su burocracia, restricciones y medidas de confinamiento, aún cuando el país tiene más del 91% de la población totalmente vacunada contra el COVID-19, incluso con más de dos dosis. Para la industria aérea, Chile es el fantasma que todos temían: tener una población vacunada, pero sujeta a restricciones que afectan su libertad.
“¿Cómo es posible que llevemos más de 18 meses con esta pandemia y sigamos teniendo enfoques tan diferentes? ¿Especialmente cuando los datos nos dicen que restringir severamente los viajes a estas alturas de la pandemia tiene poco sentido?”, se pregunta el director de IATA ante más de 350 personas en el plenario del Foro de Líderes de ALTA. “Los datos de las pruebas realizadas en el Reino Unido durante el periodo de febrero a septiembre muestran, por ejemplo, que la positividad de las pruebas de los viajeros entrantes fue del 1%, en comparación con el 7% de la población general”.
Al respecto, cuestiona si todos están interesados en reactivar la economía, incluyendo los propios Gobiernos, no se entiende el por qué siguen colocándose medidas o se mantienen las diferencias de protocolos. La falta de armonización es la gran ausente durante esta pandemia y pone en duda el multilateralismo de la toma de decisiones, especialmente en la región.
“Nuestra visión del restablecimiento de la conectividad aérea coincide ampliamente con las conclusiones de la Conferencia de Alto Nivel de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) sobre COVID-19 que acaba de concluir la semana pasada. Son buenas noticias. Pero, por supuesto, las palabras de una declaración deben ponerse en práctica. Recordar a los Gobiernos sus compromisos será un punto importante en esta región y en todo el mundo. Garantizar el restablecimiento de la libertad de volar es sólo una parte de la ecuación. Debemos hacerlo mejor. Esto cobra mayor relevancia en esta región, en la que no podemos volver al entorno operativo anterior al COVID-19”, expresa Walsh.
Para IATA, las restricciones y medidas de confinamiento no son un aporte ni en lo sanitario, ni en lo económico y menos en lo social. Los únicos beneficiados son las personas más ricas ya que tienen las capacidades de todo tipo para sortear los encierros.
“Hemos visto que todo el mundo sufre cuando la aviación se detiene. El COVID-19 ha desmontado el mito de que volar sólo beneficia a los más ricos. Y nunca ha estado más claro que la aviación es demasiado importante para ser tratada como una vaca lechera que los Gobiernos puedan ordeñar”, agrega su director.
A pesar de que la aviación está consiguiendo transformarse mediante cambios en los modelos de negocios e importantes reducciones de costos (alrededor de un 35% respecto a 2019) para asegurar su continuidad, los Gobiernos continúan amenazando al sector con impuestos y otras afecciones.
En ALTA, Walsh toma un espacio para criticar la ausencia de ayudas de los Gobiernos de la región a las líneas aéreas, obligándolas indirectamente a solicitar préstamos comerciales que aumentan las deudas o la contribución adicional de sus accionistas como medio de supervivencia.
“En todo el mundo se pusieron a disposición de las aerolíneas US$243.000 millones, de los cuales US$81.000 millones apoyaron las nóminas y aproximadamente US$110.000 millones se proporcionaron en forma de ayudas que deben ser devueltas. Lamentablemente, en esta región ni un solo Gobierno proporcionó ayuda financiera directa a las aerolíneas. En la mayoría de los casos, el alivio financiero llegó en forma de impuestos diferidos o de reducción o exención de tasas”.
En lo que respecta a las alzas de impuestos, IATA pone como ejemplo el caso de Argentina al aumentar la carga tributaria sobre la venta de pasajes en moneda local y la tasa de salida internacional de US$51 a US$57. En Costa Rica, se tiene previsto aumentar la tasa de seguridad aeroportuaria en el aeropuerto Juan Santamaría de San José en más de un 70%. En República Dominicana se considera un alza de las tasa en los servicios de handling en algo más del 6% en 2022, y en El Salvador, se tiene previsto añadir un impuesto de US$1,50 a los pasajes aéreos por una tasa de inspección agrícola.
Otro aspecto preocupante, son los problemas de infraestructura en algunos aeropuertos de la región. Uno de los más complejos es la situación del aeropuerto El Dorado de Bogotá con el programa de retraso en tierra que se utilizan casi a diario desde mayo. Según IATA, esta política de Aerocivil está afectando a más de 850.000 viajeros con retrasos de entre dos a cuatro horas.
Destacando el liderazgo del Presidente de Colombia, Iván Duque, el director de IATA señala que hay buenas noticias para trabajar en conjunto para mejorar la situación y devolver a la terminal aérea de la capital colombiana todo su potencial. “El aeropuerto El Dorado de Bogotá es un activo fantástico para este país, con un enorme potencial y trabajando juntos podemos mejorar la situación actual”, puntualiza.
Fotografía portada - IATA