El crecimiento de la aviación hace que los espacios aéreos cada vez estén más concurridos. Si bien hay más acceso al medio aéreo, el aumento del parque de aeronaves tiene sus implicancias y es la saturación de los cielos.
En todos los países, el trabajo de los controladores de tránsito aéreo (ATC, por sus siglas en inglés) tiene la misión de ordenar los flujos de aeronaves que entran, salen o sobrevuelan un determinado territorio. A mayor cantidad de aeronaves, su trabajo es más complejo, el cual se incrementa aún más en zonas geográficas complejas o bajo una meteorología adversa. El ATC es el responsable del movimiento de tráfico en distintos espacios aéreos, teniendo como principal tarea la seguridad de vuelo.
Ante espacios aéreos cada vez más congestionados, es fundamental el control del tiempo en el uso de dichos espacios. Con el objetivo de regular y coordinar horarios de despegues y aterrizajes, el ATC puede ordenar cambios de velocidad, vectores de radar, como también restricciones horarias de cruce y autorizaciones.
Dado lo anterior, existe un procedimiento denominado patrón o circuito de esperas (holding en inglés) para cuando los tiempos, principalmente para llegar a un aeropuerto, son excesivos o existe una causa de fuerza mayor que obliga a demorar una aproximación o el aterrizaje. El proceso de circuito de espera es un algo normal dentro del vuelo por instrumento. Está diseñado para ofrecer a una aeronave, ya sea por solicitud propia o requerimientos por parte del ATC, la posibilidad de permanecer en una zona geográfica específica por un tiempo definido.
Dentro de las posibilidades para ingresar en un circuito de espera está una petición de separación de tráfico aéreo en zonas de alta congestión (solicitado por el ATC) o que una aeronave solicite mantener la espera, a modo de seguir un procedimiento de emergencia y preparar una aproximación en condiciones anormales. Una última posibilidad corresponde a que el aeródromo se encuentre bajo mínimos meteorológicos para aproximaciones de vuelo por instrumentos (IFR), razón por la cual no se autorizan este tipo de procedimientos, pero si a proceder a un circuito, por espera de mejoría en la meteorología.
Como en todo lo relacionado con la aviación, los circuitos de espera cuentan con márgenes de seguridad para el franqueamiento de obstáculos y separación con el terreno de forma vertical y lateral. De esta manera se pueden acomodar una cantidad importante de aviones separados a distancia lineal, lateral y vertical. Por consiguiente, los patrones de espera se pueden dar a distintos niveles de vuelo.
Si bien es algo que se considera dentro de lo normal, para los operadores aéreos representa un gasto importante porque es mayor tiempo de uso de la aeronave y más gasto de combustible. En el caso de las compañías aéreas, donde la puntualidad es fundamental y eje central del servicio a los pasajeros, los costos que implica entrar en estos procesos es un gasto considerable. Si bien por razones de seguridad está considerado se busca a toda costa evitarlo.
¿Cuánto gasto implica para una compañía aérea entrar en un circuito de espera? Es difícil determinarlo por la multiplicidad de factores que lleva a este cálculo. Uno gasto para una empresa no es igual para otra, independiente de que utilicen el mismo tipo de aeronave.
En términos generales, el consumo de combustible depende del peso de la aeronave, además de la altitud o nivel vuelo en la cual se realiza el procedimiento. Mientras mayor sea el peso, mayor es el gasto. Por otro lado, a mayor altitud, menor es el gasto por menor densidad del aire.
Tomando como referencia el Airbus A320neo, por ser hoy y en los próximos años una aeronave referente en América Latina, el consumo de combustible fluctúa entre 630 y 1.130 Kg/H/ENG (kilos, por hora por motor). De acuerdo con datos de la industria, la familia A320 tiene una cuota de mercado de alrededor de 60% y es utilizado por las mayorías de las líneas aéreas responsable del tráfico de pasajeros.
Si se tiene un circuito de espera promedio de cuatro minutos, el A320neo en condición de menor gasto, es decir, bajo de peso y a 25.000 pies (FL250), 630 Kg/H/ENG corresponde a 84 Kg. de combustible por cada circuito de espera. El caso más restrictivo, pesos bajos y a 1.500 pies, los 1.130 g/H/ENG corresponden a 151 Kg. por cada espera.
El precio de combustible es uno de los ítems que determina el gasto que hace una línea aérea y también influye si una aeronave de la flota ingresa o no a un patrón de espera. Si se evita, es combustible ahorrado, por lo que siempre es bienvenido. Actualmente, el jet fuel tiene un valor promedio de US$1,82 por galón hasta agosto del 2021. Entonces, cada circuito de espera de 4 minutos tiene un costo que fluctúa entre los US$50 y los US$91. Independiente si el circuito de espera es voluntario o a solicitud del ATC, el procedimiento siempre es financiado por el operador.
Si bien es un ítem que siempre se busca evitar, ya sea por ahorros como para llegar a tiempo a destino, los procedimientos de espera no se consideran un gasto despreciable para las compañías aéreas. Si bien el ahorro al evitarlos es gigantesco, disponer de combustible necesario en caso de incurrir en procedimiento de holding es fundamental para garantizar la seguridad del vuelo.
Cada operación comercial debe tener el combustible mínimo para operar hacia su aeródromo o aeropuerto de destino, además de su alternativa en caso de que sea realizada una aproximación frustrada. Al planificar un vuelo, los encargados de operaciones de vuelo (EOV), deben calcular y asignar una cantidad de combustible para estar en promedio 30 minutos en un circuito de espera a 1.500 pies sobre el nivel del terreno. En el caso de no considerarlo, tanto el EOV como el operador incurre en una falta grave a la seguridad.
A nivel mundial, la industria aérea trabaja con los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP), los aeropuertos y las autoridades aeronáuticas de los países para asegurar una buena administración de los espacios aéreos, y de esta manera, poder acomodar a una mayor cantidad de aeronaves. La optimización de los espacios aéreos es fundamental, tomando en cuenta que en los próximos años la cantidad de aeronaves aumentará de manera significativa. Para reducir las demoras en los cielos y evitar los circuitos de espera, inversión tecnología y equipamiento en aeropuertos, así como ayudas a la gestión y navegación aérea es fundamental.
Fotografía portada - London Heathrow Airport