Viajar en avión o en cualquier medio de transporte público en Chile no será lo mismo para cualquier persona, al menos en el corto plazo. Quienes estén completamente vacunados y cuenten con su “Pase de Movilidad” podrán hacer “uso normal” de aviones, trenes y buses interurbanos. Quienes no cuenten con el documento, lo pierdan o no puedan ser vacunados, deberán a recurrir a las pruebas PCR para certificar su estado de salud respecto al COVID-19, encareciendo y sometiendo su viaje a más incertidumbre.
El Ministerio de Salud oficializa que desde el 1º de noviembre todas las personas que se trasladen en medios de transporte público como buses, trenes y aviones, en viajes de mayores de 200 kilómetros deberán contar obligatoriamente con el “Pase de Movilidad”. En caso contrario, deberán someterse a pruebas PCR negativo, cuya muestra no debe superar las 72 horas previas al embarque.
La medida no considera a las personas calificadas como “contactos estrechos” quienes no podrán hacer uso de los medios de transporte, independiente de su estado de salud. Asimismo, las autoridades de la administración de Sebastián Piñera mantienen la prohibición a quienes lleguen del extranjero de realizar conexiones inmediatas con vuelos domésticos u abordar otro medio de transporte para su traslado dentro de Chile, ya que deberán esperar el resultado de la prueba PCR adicional que se le toma al ingreso al país para realizar su viaje.
El “Pase de Movilidad” o la prueba PCR negativa con un máximo de 72 horas para las personas no vacunadas reemplazan al documento C19 que permitía o no un viaje interregional. Este salvoconducto queda únicamente reservado para aquellos viajeros procedentes desde el exterior, independiente si son chilenos, residentes o extranjeros no residentes.
Con la nueva disposición se elimina el temor que tenían la industria aérea y de transporte interurbano de colocar aforos en aviones y buses. Inicialmente, ambos sectores manifiestan aprensiones al respecto calificando de dicha posibilidad como una “mala política” por ser totalmente inviable.
En la Asamblea General de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Roberto Alvo, CEO de LATAM, indica que colocar aforos en los aviones es una medida “que no tiene lógica”. “Imagínate que una persona no vacunada decide comprar un ticket. Legalmente, nosotros no podemos negar la venta. Si pasa lo del “Pase de Movilidad” y limitar los aforos en los aviones, ¿vamos a tener que bajar pasajeros que están vacunados para que vuele el pasajero no vacunado?”, cuestiona.
Consultado al respecto, Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Américas y el Caribe, manifiesta la importancia de usar mecanismos alternativos como las pruebas PCR o de antígenos para quienes no estén vacunados o no tengan la posibilidad de vacunarse. En ese sentido, se infiere que la nueva disposición está parcialmente en sintonía con lo que solicita la industria aérea.
Pese a los avances, Chile aún sigue calificando como un país altamente restrictivo en el mundo considerando la alta tasa de vacunación contra el COVID-19. De hecho, en materia de viajes internacionales sigue sin seguir las recomendaciones del organismo dependiente de Naciones Unidas. El país todavía necesita continuar flexibilizando y eliminando restricciones colocadas más por temas políticos que por razones sanitarias.
Por tener más del 91% de la población completamente vacunada -algunos con dosis de refuerzos-, la nueva disposición para viajes dentro del país no tendrá un impacto muy significativo en términos prohibitivos. No obstante, si hay afecciones en términos económicos para las personas no vacunadas o quienes pierdan el “Pase de Movilidad” ya que deberán incurrir en mayores gastos en pruebas PCR al momento de viajar y por consiguiente en una incertidumbre a la espera de su resultado. Para ellos, los cambios en las políticas de flexibilidad en las líneas aéreas crean un ambiente menos favorable en el caso de solicitar cualquier cambio. En resumen, una barrera económica impuesta por la autoridad política.
Chile quedaría como el único país del continente en obligar a su población a utilizar un “Pase de Movilidad” o en su defecto una prueba PCR para viajar dentro del territorio. En los 19 meses de pandemia, sólo el Perú y los Estados Unidos intentan colocar pruebas de salud para traslados domésticos. En el primero, este tipo de disposición dura un corto periodo de tiempo, luego de que la autoridad revisara la medida por representar una barrera económica para la población. En el país norteamericano, son los gremios aeronáuticos quienes se oponen a esta idea porque cualquier afección a la cantidad de pasajeros a transportar representa una amenaza a sus fuentes de trabajo.
El Gobierno de Chile argumenta que el “Pase de Movilidad” es una herramienta que permite a las personas recuperar sus libertades. Sin embargo, en la práctica eso no es una realidad, ya que se trata de un condicionamiento de la libertad que continúa afectando a las personas.
Fotografía portada – Simón Blaise O.