Para la temporada que comienza el 31 de octubre, Iberia seguirá con su programación de siete vuelos por semana entre Madrid – Santiago con el objetivo de avanzar hacia una recuperación de la ruta. Sin embargo, por la situación general país considera una capacidad reducida por los próximos meses tanto en frecuencias como en material de vuelo.
Previo a la pandemia, la compañía española lleva la ruta Madrid – Santiago hasta las 10 frecuencias semanales que se traducen en 6.960 asientos en ambos sentidos. Desde que retoman los vuelos diarios en diciembre 2020, la intención es mantener un máximo de 4.872 plazas por semana al operar con Airbus A350-900, pero las restricciones gubernamentales que se colocan, como el cierre de fronteras y cuarentenas, obligan a reducir la capacidad cambiando en varias ocasiones esa aeronave por el A330-200.
Iberia dice que la oferta de vuelos semanales “evidencia el compromiso y la apuesta por el mercado chileno”, pero la operación con A330-200 durante varios días de la semana muestra que la situación país todavía sigue siendo desafiante para colocar una aeronave de mayor capacidad. Si bien se infiere que se trata de una situación temporal, la presencia del A330-200 por un periodo mayor de tiempo podría sugerir ciertos cambios en la demanda, ya sea por la alta volatilidad del mercado post pandemia como por la propia situación política-económica en Chile.
En Iberia, el A330-200 se coloca en rutas con menor densidad de pasajeros y menor demanda Premium. Para compensar, la aeronave se configura con mayor cantidad de asientos y de esta forma incrementar el punto de equilibro del factor de ocupación (BELF, por sus siglas en inglés). Siguiendo la filosofía de las estrategias de estímulo a la demanda, mientras más densidad de pasajeros más probabilidad de rentabilizar el vuelo “con pasajeros pagando menos”.
La configuración de los A330-200 de Iberia es para 288 pasajeros distribuidos en 19 asientos en Business Class en comparación con los 31 asientos que tiene el A350-900 en esta sección, y 288 en Turista. A diferencia de los otros modelos de la flota de larga distancia, no cuentan con la sección Premium Economy.
Esperando que Chile no experimente retrocesos como cuarentenas obligatorias o nuevos cierres de fronteras, la estrategia de Iberia para la próxima temporada es lograr una consolidación de la operación para luego avanzar a un crecimiento de la capacidad ya sea con un cambio de aeronave o bien con un aumento de frecuencias. En ese contexto, se espera que mix entre A330-200 y A350-900 marque la operación durante la temporada 2021-2022.
Una de las apuestas que hace la empresa está en la apertura de España y la inclusión de Chile en la lista de países seguros de la Unión Europea. Desde octubre, los ciudadanos chilenos pueden viajar a España por cualquier motivo y sólo mostrando el código QR de ingreso al país. La línea aérea asegura que mantener la oferta es clave para estudiar la evolución del mercado y determinar futuras acciones.
Además del tráfico punto a punto con España, el plan también considera potenciar las conexiones con los 90 destinos que Iberia atiende en Europa. Dicha estrategia también se inserta dentro del objetivo de posicionar a Madrid como un gran centro de conexiones europeo. Para tal propósito, se seguirá ofreciendo el horario tradicional saliendo de Madrid a las 23:55 horas para llegar a Santiago a primera hora. Las salidas desde Santiago están fijadas al mediodía para aterrizar en Madrid a las 06:05 horas lo que da acceso al primer banco de conexiones en el aeropuerto Adolfo Suárez de la capital española.
“Tras un año y medio complicado, es una inmensa alegría que Unión Europea haya incluido a Chile en la lista de países seguros. Este año, en Iberia celebramos el 75º aniversario de nuestros vuelos a América Latina, y no hay mejor manera de celebrarlo que retomando los viajes con una región como Latinoamérica que es nuestra vocación y el centro de nuestra estrategia”, comenta Víctor Moneo, director Ventas para Latinoamérica y Acuerdos Institucionales de Iberia.
Fotografía portada – Simón Blaise