Tras mantener una caída de más de 85% durante los últimos 18 meses respecto a los niveles de 2019, el tráfico aéreo de pasajeros en rutas internacionales por fin podría comenzar a ver señales de reactivación. La decisión del Gobierno de Chile de eliminar parcialmente las cuarentenas, más la autorización de ingreso para extranjeros, permitirá un aumento gradual de la demanda en lo meses siguientes. Sin embargo, todavía hay factores pendientes que todavía deben ser revisados.
Siguiendo la situación experimentada por otros países durante la pandemia, cada vez que existen anuncios de apertura o levantamiento de las restricciones se evidencia un incremento significativo de la demanda, especialmente tras meses de prohibiciones. Tal situación se manifiesta en el Reino Unido, luego en los países de la Unión Europea, los Estados Unidos y también en América Latina como Colombia, por ejemplo.
Existen una combinación de factores que explican el efecto catalizador del levantamiento de las restricciones impuestas durante la pandemia. En primer lugar, están los numerosos viajes postergados desde marzo 2020 en adelante que se puede denominar como “demanda retrasada”. Luego están las necesidades de viaje naturales que se dan en distintas épocas del año las cuales vuelven a medida que los países reabren sus fronteras y flexibilizan las restricciones. En tercer punto están los traslados de placer y V.F.R. (Visit Friends & Relatives) que dominan durante este periodo tras los meses de encierro y separación de familias y seres queridos. Finalmente, están las acciones catalizadoras de la propia industria de la aviación y del turismo que a través de políticas comerciales puede incentivar la demanda.
Con un levantamiento parcial de la cuarentena obligatoria, Chile podría ver un comportamiento similar de la demanda de viajeros similar a otros países, pero en un menor grado. La razón está en la existencia de puntos pendientes como terminar de eliminar las cuarentenas, brindar alternativas para las personas no vacunadas, habilitar otros puntos de ingreso, entre otros aspectos.
“Lo importante es que el Gobierno de Chile elimine la cuarentena porque eso va a ayudar la recuperación, sobre todo porque Chile va a entrar a una época de verano y es importante reabrir el país cuanto antes para que las personas puedan empezar a planificarse”, dice Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). “Ya es hora de que se abra el país”.
En Chile, están presentes todas las condiciones para reactivar. Tanto desde la industria aérea, con compañías aéreas que han sabido poner al país como líder regional en viajes per cápita (1 millón de viajes en avión por habitante) como también desde el “ámbito sanitario” con más del 91% de la población totalmente vacunada contra el COVID-19. Se espera que con la apertura de fronteras más el término parcial de la cuarentena, las líneas aéreas puedan incrementar su capacidad hacia fin de año, tanto en frecuencias por destino como por la reanudación de rutas e inauguración de otras nuevas. En octubre, ya hay anuncios al respecto como la ruta Santiago – Río de Janeiro (GIG) por parte de LATAM o el regreso de Air Canada previstos para noviembre, entre otros.
Actualmente, en Chile operan 12 líneas aéreas (chilenas y extranjeras) de un total de 23 que operan en 2019. La mayoría lo hace con frecuencias reducidas respecto a un año normal, siendo las líneas aéreas estadounidenses las que reportan una recuperación más rápida, Para las compañías nacionales los anuncios gubernamentales respecto al término de cuarentenas podrían favorecer un mejor escenario para retomar sus planes de expansión detenidos, especialmente para el caso de las de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés).
Además del daño a los negocios, la conectividad para el país y para las personas, las múltiples restricciones de fronteras también afectan la planificación de una línea aérea. Cuando existen múltiples acciones para limitar el ingreso de personas en un mercado pequeño, se produce un desequilibrio entre la capacidad humana-operativa a nivel doméstico e internacional que podrían complicar la organización y la seguridad, prioridad número uno de la industria aérea.
“Hay medidas de seguridad y de entrenamiento que se tienen que cumplir. Por eso, la previsibilidad es tan importante. Lo hemos pedidos a nivel regional. Los cambios que hacen los Gobiernos no se pueden aplicar de un día a otro, se debe hacer con varios meses de anticipación. Operar una línea aérea es compleja porque tenemos que mantener unos niveles de seguridad muy rígidos”, añade Cerdá. “Por eso es tan importante la coordinación con los Gobiernos”.
Como la aviación, la industria turística también se encuentra seriamente afectada por las medidas de la administración de Sebastián Piñera. En su rol de canalizador -y a veces también de catalizador- de demanda, valoran el cambio de las políticas de ingreso.
La Asociación Chilena de Empresas de Turismo (ACHET) califica la última medida como un paso muy importante para iniciar la reactivación de la industria del turismo y los viajes. Sin embargo, advierten que todavía existen espacios de incertidumbre que se deben atender. “Estamos trabajando con nuestros asociados para posteriormente resolver con las autoridades de gobierno las dudas surgidas acerca de los procedimientos futuros, con el fin de orientar e informar debidamente a operadores internacionales y a sus pasajeros”, dice la secretaria general de la asociación gremial.
Helen Kouyoumdjian, vicepresidente ejecutivo de la Federación de Empresas de Turismo (FEDETUR), señala que el término de la cuarentena permitirá iniciar el camino a una recuperación. Sin embargo, concuerda con sus pares y con la industria aérea de que existen temas pendientes y un largo camino por recorrer.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano